En defensa de las libertades individuales, por la salud pública, por la ineficacia de la legislación actual y por su potencial como negocio para el país. Estas son las razones que Íñigo Errejón y el diputado regional de Más Madrid Jorge Moruno han esgrimido en una tribuna publicada en EL PAÍS este 13 de octubre para apostar por la regularización de la marihuana en España. Según ha explicado Moruno a este diario, desde Más País apuestan "por la legalización del cannabis medicinal y recreacional. Sin pasar por etapas".
Más País se suma así a la lista de partidos que han planteado alguna forma de regularización de la marihuana en España, ya sea medicinal, recreativa o ambas. Antes lo hicieron Podemos, PSOE o Ciudadanos. Hace justo un año, después de que Canadá se convirtiera en el primer país del G20 en legalizar el uso recreativo de esta droga, Podemos organizó en el parlamento el Foro Hacia una Regulación Integral del Cannabis en España, en el que defendían una regularización en la que el Estado fuera el encargado de otorgar licencias para la plantación, producción y venta.
Estas propuestas de Podemos –donde por aquel entonces militaba Moruno– son similares a las que han aplicado países como Uruguay, Canadá y algunos estados de los Estados Unidos. También son similares a las que defienden Moruno y Errejón en su tribuna: “La regulación está pensada para proteger mejor la salud y la seguridad de los usuarios, alejar el cannabis de los menores y mantener los beneficios fuera del mercado negro”, escriben. “La regulación integral del cannabis es más justa, más eficaz y supone una oportunidad económica”. Pero, ¿cuál es la situación actual en España? ¿De qué se habla cuando se habla de regular? ¿Qué tipos de regularización existen?
Hacia la regularización, ¿pero cuál?
Aunque Errejón y Moruno no han presentado una propuesta concreta de legalización, desde su partido apuntan a un modelo similar al que han aplicado países como Canadá, Uruguay o el estado de Colorado: una regularización integral, tanto para uso recreativo como medicinal, en la que se cultivaría, procesaría y comercializaría el cannabis de forma legal, pero con un control por parte del estado similar al que se ejerce en el alcohol o el tabaco. Después se venderían los derivados en lugares como farmacias y, al contrario de lo que sucede en Uruguay, las dosis para el uso recreacional en "otro tipo de dispensarios", según puntualiza Moruno a EL PAÍS.
Este modelo –que también defiende Podemos– es uno de los caminos hacia la legalización, pero no el único. En otros países como Israel y más de 30 estados de Estados Unidos, solo se ha legalizado el uso terapéutico: es legal la producción de marihuana –con licencia gubernamental– y la venta, con receta, en puntos de venta especializados. Este es el modelo que también ha defendido Ciudadanos para España en alguna ocasión.
Otro modelo posible es el que permite la compra y consumo en lugares determinados y con límite de compra, aunque esto no implique que la producción sea legal. Martí Cànaves, director de DMT Advocats y abogado especializado en cuestiones relacionadas con el cannabis, explicaba a Verne en este reportaje de preguntas y respuestas sobre la legalización de la marihuana que que este modelo es el aplicado en Países Bajos, donde se vende marihuana únicamente en los coffee shops –solo a mayores de edad y con límite de compra de cinco gramos– mientras que “el estado hace la vista gorda sobre cómo llega la marihuana a los coffee shops”.
El cannabis y su situación actual en España
Actualmente, en España no se puede consumir, cultivar ni vender marihuana de forma legal, aunque hay algunas excepciones. Cànaves explica que según la Ley 17/1967 sobre estupefacientes el consumo de esta planta es ilícito tanto en el ámbito público como en el privado si no está prescrito por un médico. Sin embargo, el consumo y posesión no tiene ninguna sanción salvo que se realice en la vía pública, en cuyo caso el consumidor sería penalizado Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, también conocida como Ley Mordaza.
Al igual que ocurre con el consumo, el cultivo en un espacio privado para propio uso no es legal, pero no está penalizado salvo que se encuentre en la vía pública o sea visible desde esta. Sí es legal plantar marihuana en España es para su uso medicinal, pero solo para su consumo en el extranjero. La venta y tráfico sí están penados: de uno a seis años de cárcel según el tamaño de la plantación incautada.
Antes hemos comentado que existen excepciones a la norma del consumo de marihuana en España y tal vez te estés preguntando si fumar porros con fines medicinales es una de ellas. La respuesta es no: la planta de la marihuana, como tal, no está considerada como un medicamento y por tanto no puede recetarse, pero sí productos con los principios activos del cannabis. En el reportaje sobre preguntas y respuestas sobre la marihuana, el médico y miembro de la Sociedad Española de Investigación Sobre Cannabinoides (SEIC) José Martínez Orgado nos explicaba que “las sustancias químicas que producen los efectos de la marihuana [llamados cannabinoides], pueden extraerse para hacer medicamentos, e incluso producirse de forma sintética".
Aun así, en España se puede cultivar marihuana medicinal, pero para consumo en otros países donde la planta de la marihuana sí se receta como medicamento. "Se necesita una autorización por parte de la Agencia Española del Medicamento", explica Martí Cànaves. "Para conseguirla, tienes que tener un contrato con una empresa extranjera autorizada y en el que se refleje la cantidad de cannabis que solicitan, que es el límite que podrás plantar", cuenta el jurista.
El nuevo mercado de las marihuanas “light”
Es posible que durante los últimos meses hayas escuchado hablar –o hayas fumado– de un tipo de marihuana “light” que puede comprarse en algunas tiendas físicas y a través de internet. Este tipo de cannabis se conoce como "marihuana CBD" debido a que su principal cannabinoide es el cannabidiol (cuyas siglas son CBD), que a diferencia del THC (tetrahidrocannabinol) no tiene efectos piscoactivos. "Según Naciones Unidas, lo que diferencia el cannabis legal del ilegal es es el índice de psicoactividad de la planta", explica a Verne Martí Cànaves. Si no contiene THC, la marihuana no se considera estupefaciente.
Imagen de Cañamera Española, una de las empresas que vende marihuana CBD en España.
En España se permite el cultivo de cáñamo no estupefaciente, incluso sin licencia, cuando el THC tiene una concentración inferior al 0,2% en la planta. Estas plantas y sus cogollos pueden venderse, pero ahí es donde este producto entra en un limbo legal: en España existe un Real Decreto (579/2017) que regula la fabricación y comercialización de los "productos a base de hierbas para fumar". Según este decreto, estos deben llevar un etiquetado similar al de tabaco, advirtiendo sus efectos nocivos y prohibiendo su venta a menores. Los vendedores de marihuana CBD, sin embargo, han aprendido cómo evadir este reglamento: no indican en ningún sitio que sus productos sean para fumárselos.
"Estas flores [de marihuana] se venden sin indicaciones de que sean para fumarlas", explica Cànaves. "Si quisieras venderlas como cigarrillos liados, por ejemplo, sí deberían atenerse a las normas del decreto". Una de las tiendas que vende este producto online aclara en su blog: "El uso que el ciudadano privado decida hacer del cannabis light después de la compra se remite enteramente a su arbitrariedad". En otras, los cogollos aparecen bajo la denominación de "flores aromáticas". "Es como si te compras un geranio, si luego te lo quieres fumar es cosa tuya", pone como ejemplo Cànaves.
Argumentos a favor y en contra de la regularización
Errejón y Moruno son claros en su tribuna: "El cannabis resulta perjudicial para la salud, especialmente entre los menores", escriben. "Un 1,6% de la población española tiene un consumo problemático, pero no más que otras drogas legales, y no por ello pensamos que resultaría mejor ilegalizarlas, sino que buscamos la forma de reducir su consumo por medio de la prevención, la regulación y la educación", cuentan. Los problemas para la salud asociados al cannabis son uno de los argumentos que suelen esgrimirse en contra de una posible regularización, pero hay más. Tanto a favor como en contra. En nuestro reportaje "6 preguntas que surgen cuando hablamos de legalizar la marihuana" enumeramos algunos de ellos, que reproducimos a continuación:
En contra:
- Tendría los mismos problemas que el resto de drogas reguladas. En España el alcohol y el tabaco están regulados y, sin embargo, "son unas de las drogas que más problemas producen, y también las que más consumen los menores", cuenta a Verne Ignacio Calderón, de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).
- Problemas de adicción. La marihuana, según el informe 2017 del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, es la segunda droga con más admisiones a tratamiento para su desintoxicación en España, a muy poca distancia de la cocaína.
- Perdería (todavía más) la percepción de sustancia peligrosa. Para Ignacio Calderón, de FAD, la legalización de la marihuana acarrería que hubiera menor percepción de sus riesgos, por que aumenta la permisividad.
A favor:
- Mejoraría la salud de los consumidores. Si la marihuana se legalizara, explica el abogado Martí Cànaves, podrían establecerse controles sobre su calidad, de la misma manera que se hacen de los alimentos.
- Supondría una importante fuente de ingresos. Es uno de los motivos por los que Más Madrid y Podemos abogan por la regularización. La marihuana es la tercera droga más consumida de España, y las dos primeras pagan impuestos: son el alcohol y el tabaco. De gravarla con IVA y con un impuesto especial como el alcohol y el tabaco, "el Estado podría ingresar millones de euros anuales", defiende Cànaves.
- La prohibición no hace que el consumo disminuya. En España el consumo de cannabis no es legal y, sin embargo, es una de las drogas más utilizadas. Holanda, uno de los países que más tiempo tiene legalizada la compra y consumo, tiene un menor porcentaje de habitantes que hayan consumido marihuana.
- Reduciría el narcotráfico. Moruno y Errejón defienden en su tribuna en EL PAÍS que, con un cannabis totalmente regulado, "el 100% de los usuarios se podrían ver integrados, no dando opciones o reduciendo drásticamente al mercado negro". Sin embargo, en países como Uruguay, donde la marihuana lleva totalmente regulada desde 2017 –y de forma parcial desde 2013– el mercado negro no ha desaparecido, aunque sí se ha reducido.