El experto en datos Chris Said publicó este viernes 3 de enero una ilusión óptica en Twitter que se ha compartido más de 1.300 veces en menos de dos días. A pesar de lo que puede parecer al ver el gif, las líneas verticales azules y rojas no cambian de tamaño ni se mueven formando ondas: tienen siempre la misma longitud. Solo cambian las puntas de flecha: cuando apuntan hacia dentro, el segmento parece más corto que cuando apuntan hacia fuera, a pesar de que miden lo mismo en todo momento. (Para verla bien, pincha en el botón de play).
Tengo mis sesgos aquí, pero esta es una de las ilusiones visuales más fuertes que he visto nunca. Ninguna de las líneas de colores se mueven.
La ilusión es tan fuerte que en los comentarios al tuit hay quien dice no entender la ilusión, al “solo” ver líneas que cambian de longitud… Hasta que otro comentarista aclara que ese es precisamente el efecto.
Por si hay escépticos, quizás esto ayude: es una captura de dos momentos diferentes del gif, a la que hemos añadido las líneas verdes para que se aprecie que la longitud de los segmentos verticales no cambia y el efecto viene producido solo por las puntas de flecha.
Como explica el propio Said en otro tuit, se trata de una variante de una ilusión del artista italiano Gianni A. Sarcone, que a su vez es una variante de otra ilusión clásica, la Müller-Lyer. A la versión de Sarcone, Said cuenta que ha añadido más cuadros a la imagen (para que el movimiento sea más fluido), más líneas y ángulos más agudos. Por correo electrónico, Sarcone explica a Verne que los colores también influyen a la hora de crear el efecto de ilusión de onda, "al crear lo que los científicos llaman un efecto de difusión de color de neón".
Es una variante de la ilusión de Gianni Sarcone, que a su vez es una variante de la ilusión original de Müller-Lyer.
Sarcone ya fue finalista de The Illusion Of The Year Contest en 2017 con un trabajo que se basaba en esta ilusión clásica. Este concurso de ilusiones ópticas está organizado por Susana Martínez-Conde, directora del Laboratorio de Neurociencia Integrativa en la Universidad del Estado de Nueva York.
El efecto fue descubierto por el psicólogo alemán F. C. Müller-Lyer en 1889, con precedentes como el del también psicólogo y también alemán Franz Brentano. La ilusión se mantiene incluso aunque sepamos lo que de verdad ocurre. También en movimiento, como muestran las versiones de Sarcone y Said.
En su web, Sarcone tiene aún más versiones de este efecto clásico, que considera "sencilla, pero efectiva". Cuenta a Verne que empezó a trabajar en su versión en movimiento hace tres años, tras un taller de ilusiones ópticas para niños. En una placa de metal había pintado una línea y los niños podían modificar la orientación de tres puntas de flecha, constatando cómo funcionaba esta ilusión visual. "Para mi sorpresa, algunos niños jugaban sin parar con estas flechas giratorias, hipnotizados por el efecto".
Como apunta el propio artista, no está clara la causa. Una de las explicaciones apunta a cómo nuestro cerebro interpreta la perspectiva: interpretamos las líneas como una representación en 3D y los ángulos cerrados como esquinas más cercanas. Al considerar que las líneas con ángulos abiertos están más lejos, compensamos la longitud de un modo similar a cuando sabemos que alguien es alto aunque esté a cierta distancia.