Este año se conmemoran los cien años de la muerte de Benito Pérez Galdós (1843-1920). El novelista y dramaturgo es uno de los grandes clásicos de la literatura española. A lo mejor te apetece aprovechar la excusa para atacar o retomar alguna de sus decenas de obras y quizás incluso tengas tiempo para hacerlo durante estos días de confinamiento. Como aperitivo, te ofrecemos las frases más subrayadas en Kindle de algunas de sus novelas más conocidas, con datos facilitados por Amazon a petición de Verne.
Se trata de pequeños fragmentos de Fortunata y Jacinta, Miau, Misericordia, Marianela, Doña Perfecta y los Episodios Nacionales (en este caso, las frases más subrayadas proceden de tres novelas de la primera serie).
Episodios Nacionales
“Pero nada hay más repugnante que la justicia popular, la cual tiene sobre sí el anatema de no acertar nunca, pues toda ella se funda en lo que llamaba Cervantes el vano discurso del vulgo, siempre engañado”. (Napoleón en Chamartín).
“Esto es achaque antiguo, y no sé qué tiene para la gente de este siglo el tal mando, que trastorna las cabezas más sólidas, da prestigio a los tontos, arrogancia a los débiles, al modesto audacia y al honrado desvergüenza”. (Gerona).
“¡Oh España, cómo se te reconoce en cualquier parte de tu historia adonde se fije la vista! Y no hay disimulo que te encubra, ni máscara que te oculte, ni afeite que te desfigure, porque a donde quiera que aparezcas, allí se te conoce desde cien leguas con tu media cara de fiesta, y la otra media de miseria, con la una mano empuñando laureles, y con la otra rascándote tu lepra”. (Napoleón en Chamartín).
“¿No es triste considerar que solo la desgracia hace a los hombres hermanos?". (Trafalgar).
Fortunata y Jacinta
“La falta de educación es para el pobre una desventaja mayor que la pobreza”.
“Vivir es relacionarse, gozar y padecer, desear, aborrecer y amar. La lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo”.
“Estamos bajo la influencia del norte de Europa, y ese maldito norte nos impone los grises que toma de su ahumado cielo”.
“D. Baldomero no había podido sustraerse a esa preocupación tan española de que los padres trabajen para que los hijos descansen y gocen”.
“Ningún himno a la libertad, entre los muchos que se han compuesto en las diferentes naciones, es tan hermoso como el que entonan los oprimidos de la enseñanza elemental al soltar el grillete de la disciplina escolar y echarse a la calle piando y saltando”.
“Así es el mundo, así es España, y así nos vamos educando todos en el desprecio del Estado, y atizando en nuestra alma el rescoldo de las revoluciones. Al que merece, desengaños; al que no, confites. Esta es la lógica española. Todo al revés; el país de los viceversas…”
“La lógica española no puede fallar. El pillo delante del honrado; el ignorante encima del entendido; el funcionario probo debajo, siempre debajo”.
“Lo previsto no ocurre jamás, sobre todo en España, pues por histórica ley, los españoles viven al día, sorprendidos de los sucesos y sin ningún dominio sobre ellos".
“En las mayores calamidades, permite siempre un suspiro; en las dichas que su misericordia concede, se le olvida siempre algún detalle, cuya falta lo echa todo a perder".
“Es ley que los mayores conserven el afecto a la descendencia, aunque esta les martirice, les maltrate y les deshonre”.
“La señá Casiana, alta y huesuda, hablaba con cierta arrogancia, como quien tiene o cree tener autoridad; y no es inverosímil que la tuviese, pues en donde quiera que para cualquier fin se reúnen media docena de seres humanos, siempre hay uno que pretende imponer su voluntad a los demás, y, en efecto, la impone”.
“Rechazada por la familia que había sustentado en días tristísimos de miseria y dolores sin cuento, no tardó en rehacerse de la profunda turbación que ingratitud tan notoria le produjo; su conciencia le dio inefables consuelos: miró la vida desde la altura en que su desprecio de la humana vanidad la ponía; vio en ridícula pequeñez a los seres que la rodeaban, y su espíritu se hizo fuerte y grande".
“Se ha declamado mucho contra el positivismo de las ciudades, plaga que entre las galas y el esplendor de la cultura, corroe los cimientos morales de la sociedad; pero hay una plaga más terrible, y es el positivismo de las aldeas, que petrifica millones de seres, matando en ellos toda ambición noble y encerrándoles en el círculo de una existencia mecánica, brutal y tenebrosa”.
“No comprendía que una palabra cariñosa, un halago, un trato delicado y amante que hicieran olvidar al pequeño su pequeñez, al miserable su miseria, son heroísmos de más precio que el bodrio sobrante de una mala comida”.
“Pero tú y tus amigas rara vez os acercáis a un pobre para saber de su misma boca la causa de su miseria... ni para observar qué clase de miseria le aqueja, pues hay algunas tan extraordinarias, que no se alivian con la fácil limosna del ochavo... ni tampoco con el mendrugo de pan…”
“Hay en nuestras sociedades enemigos muy espantosos, a saber: la especulación, el agio, la metalización del hombre culto, el negocio; pero sobre estos descuella un monstruo que a la callada destroza más que ninguno: es la codicia del aldeano”.
“Los ciegos serían felices en este país, que para la lengua es paraíso y para los ojos infierno”.
“Anhelo la tranquilidad de una vida sin luchas, sin afanes, ni envidioso ni envidiado, como dijo el poeta”.
“Rey no conocía la dulce tolerancia del condescendiente siglo que ha inventado singulares velos de lenguaje y de hechos para cubrir lo que a los vulgares ojos pudiera ser desagradable”.
“Si me contesta Vd. con lágrimas y suspiros, me conmoverá, pero no me convencerá. Razones y no sentimientos me hacen falta”.
Si quieres leer más sobre el centenario de Galdós…
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… El Madrid de Galdós, de café en café.
… Galdós para entender la España de hoy, de Almudena Grandes. “Más allá de la emoción, de la admiración, del placer, el mejor motivo para leer hoy al otro gran narrador español de todos los tiempos es su asombrosa capacidad para explicarnos lo que nos ha pasado, lo que nos está pasando todavía”.
… Admirando a Galdós, de Antonio Muñoz Molina. “Galdós es tan contemporáneo nuestro en su ciudadanía como en su literatura”.
… El mal español en la obra de Galdós, de Juan Luis Cebrián. Reseña de La epopeya de una derrota, ensayo en el que Luis Gonzalo Díez analiza el pensamiento político del escritor.