En España se han superado los 10.000 muertos por la Covid-19 este 2 de abril. Eso significa que hay miles de madres, hijos o nietos que no han podido despedirse físicamente de sus seres queridos. En muchas ocasiones, debido al confinamiento, la familia ni siquiera ha podido hacer una ceremonia en su recuerdo. Según el real decreto del estado de alarma, por medidas de seguridad, solo se permite que tres personas asistan al velatorio de su familiar y apenas pueden hacerlo durante 10 minutos. “Es muy importante dar palabras al dolor, o el corazón se rompe”, dice a Verne Roberto Álvarez, que es psicólogo experto en duelo.
Ante esto, los expertos recomiendan conectar con la realidad de la pérdida haciendo videoconferencias o intercambiar con familiares y amigos fotos y recuerdos sobre la persona fallecida. “La pantalla no le quita el efecto de ritual. Somos seres humanos que necesitamos espacios emocionales donde podamos poner a nuestro ser querido en medio de los que lo aman. El luto es poder llorar en sociedad, y si eso se hace a través de una videoconferencia, funciona igual”, explica Álvarez, que trabaja como psicólogo de la Obra Social La Caixa en el Hospital Fundación Instituto San José, en Madrid.
Así lo ha hecho Héctor Sánchez, de 37 años. Perdió a su madre, María Jesús Maestre, de 66 años, esta semana. Ni Sánchez ni su padre pudieron asistir a la cremación de su madre por estar confinados. “Hicimos un grupo de WhatsApp con mi primo y por ahí hemos mandado fotos, vídeos y contado anécdotas de mi mamá, es una forma de recordarla”, dice. “Con mi padre hemos hecho videoconferencia todos los días para sentirnos menos solos en el duelo”, explica Sánchez, que ahora se ha dado cuenta de lo importante que es el cariño y los abrazos de la gente de su entorno. “A veces me llaman amigos o mi familia llorando por una pantalla y es muy difícil pelear con las ganas de abrazarlos y no poder”, lamenta Sánchez que vive en Getafe en compañía de su esposa.
Ricarda Sánchez era conocida en el barrio madrileño de Orcasitas como la señora Ricarda. Esta semana, el coronavirus acabó con su vida a los 94 años, y ahora su familia busca maneras de honrar su vida durante el confinamiento. Su hijo, Ricardo Galiano, de 59 años, le pidió al cura de la iglesia del barrio hacer una misa en su honor, aunque la hiciera solo, con el edificio vacío por la situación que vive el país. Para su sorpresa, la iglesia decidió transmitir la misa a través de YouTube, con lo que pudo verla en directo y rezar junto con su familia.
“Mi madre estaba en una residencia y no nos dejaron despedirnos de ella. Llevamos días esperando para que la puedan cremar, pero nos dicen que hay mucha cola en la funeraria”, afirma Galiano. Cuando todo esto pase, a Ricardo le gustaría hacer un torneo de fútbol en reconocimiento de todos los que han caído en esta guerra invisible. “Un momento en donde podamos encontrarnos con nuestra gente y volvernos a abrazar”, dice Galiano, que es entrenador de fútbol.
Durante nueve tardes, la familia de Ana Saturia García se reunió por videoconferencia para hacer un novenario en su honor. Cada tarde, a las cinco, todas las primas y nietas se conectaban para rezar el rosario en honor a García, que murió el pasado 20 de marzo con 94 años. “Rezamos, hablamos de la vida y la muerte y agradecemos por todo lo que nos enseñó, esta es nuestra forma de dejarla ir en paz”, dice su hija, Ana Saturia Franco.
José María Ezquiaga, de 88 años, falleció a causa de la Covid-19. Todos sus familiares hicieron una gran videoconferencia la noche que murió. “Fue un momento muy catártico”, dice su nieto Miguel Ezquiaga, de 29 años. “Lo peor de perder a mi abuelo ha sido no poder vivirlo en familia”, confiesa Ezquiaga, que tuvo que llorar frente a una pantalla. “Para mí fue muy impactante, una imagen muy distópica”.
Canciones y poemas de despedida
La empresa municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid habilitó por esta razón desde la segunda semana de confinamiento un programa para que las personas que han perdido a sus seres queridos puedan hacer una ceremonia a través de videoconferencia en la que miembros de la familia puedan participar en un homenaje póstumo. “Nosotros somos más que unos simples gestores que recogemos y llevamos a los cuerpos. Por esto se nos ocurrió que este servicio podría servirle a mucha gente que, dadas las circunstancias, no ha podido despedirse de sus familiares”, dice a Verne un portavoz de la Funeraria Madrid.
Este servicio es totalmente gratuito y permite elegir entre una ceremonia con contenido religioso o una ceremonia laica, acompañarla de fotografías, vídeos o audios realizados por personas cercanas que dejen testimonio de lo que significó la persona que se ha ido. También se puede hacer una ceremonia en la que participen distintos miembros de la familia o amigos y donde verbalicen en directo lo que representó esa persona en su vida. O escuchar una melodía, leer un poema, una carta o un texto elegido que recuerde de esta persona que ya no está. Es similar a las reuniones que muchas empresas están realizando estos días debido al teletrabajo, en el que un maestro de ceremonias se encarga de organizar el acto, totalmente personalizado y emitir esos recuerdos y aportaciones de la familia.
La funeraria ha llegado a un acuerdo con el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid para ofrecer un servicio de acompañamiento terapéutico gratuito durante el estado de alarma para todas las personas que lo necesiten durante esta crisis. “Tenemos más de 100 psicólogos voluntarios apoyando a las familias que han perdido a sus seres queridos por videoconferencia”, explica a Verne la directora del grupo de trabajo de Psicooncología y cuidados paliativos del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Valeria Moriconi.
****Si estás interesado en buscar acompañamiento psicológico puedes escribir a: ayudaduelocopm@cop.es indicando en el correo un número de teléfono de contacto y si estás interesado en hacerle una ceremonia virtual a tu ser querido escribe a: ccid@telefonica.net indicando en el correo un número de teléfono de contacto o llama al teléfono: 667 63 12 84. Para más información, puedes pinchar aquí.