Un manto blanco en el suelo de algo que parece polen se va consumiendo de una manera casi hipnótica y deja visible el verde del césped que hay debajo. “¡Qué pasada!”, exclama la persona que ha grabado esta escena, producida el pasado miércoles en el Parque del Cidacos de Calahorra (La Rioja). El vídeo, que fue subido en el Facebook de el Club de Montaña de Calahorra, ha logrado captar la atención de muchos usuarios después de que la cuenta no oficial de los Vigilantes y Bomberos Forestales de Castilla y León lo subiera a su perfil de Twitter. En solo dos días, ha logrado más de 700.000 visualizaciones, y numerosas reacciones se preguntan a qué se debe este fenómeno.
Eduardo López, bombero del Parque de Bomberos de Calahorra, explica que "lo que se ve blanco son las semillas que va echando el chopo en forma de pelusas. Con este tiempo, el viento se las lleva volando y, como hay césped, se va creando una capa cada vez más alta que simula a la nieve”. Este arder tan rápido se debe a que "entre estas bolitas de pelusa siempre hay aire, que es lo que necesita el fuego para ir tan rápido, y por tanto arde con tanta facilidad y de una manera tan voraz”.
En el vídeo, la persona que graba exclama un “¡no pasa nada! Mira qué limpieza le está haciendo”, pero realmente estos incendios sí que pueden llegar a ser muy peligrosos. “En los parques, al estar habitualmente limpios de maleza y arbustos, se suele quemar solo la pelusa y, como pasa tan rápido por encima, no le da tiempo a prender”, explica López, “sin embargo, cuando se queda en lugares con hojas secas hay bastante riesgo y empiezan a arder los arbustos”.
Aunque algunas respuestas al tuit de los Vigilantes y Bomberos Forestales de Castilla y León hayan sostenido que este incendio se puede provocar de una manera fortuita, por una gran incidencia solar, López descarta esta posibilidad. “Es muy difícil, o prácticamente imposible, que el sol lo haga arder. Para que esto pase, tendría que haber algo como un cristal que haga efecto lupa”, comenta. La causa más habitual de estos incendios, por tanto, es intencionada. “La energía de activación suele venir de prenderlo con un mechero o de manera accidental, como con la colilla de un cigarro”, explica López.
Como cuenta López, estos incendios son muy habituales en esta época del año. El miércoles, día en el que se grabó el vídeo ahora popularizado, los bomberos de la zona tuvieron que intervenir en numerosas ocasiones. “Mis compañeros salieron por lo menos tres veces solo al Parque del Cidacos. Y este jueves también se produjo otro aviso”, comenta. Su esperanza para acabar con estos incendios está puesta en las lluvias. “A ver si hay suerte y se producen. Lo que hacen estas precipitaciones es que se apelmacen las pelusas y que sea más difícil que vayan a arder. Al haber menos cantidad de aire y oxígeno entre ellas es más complicado que suceda”, explica el bombero.
El año pasado, a finales de mayo, el canal de televisión regional La 8 de Palencia contó cómo una de estas quemas de pelusas había arrasado con varias fincas junto a la Dársena del Canal de Castilla. Uno de los bomberos partició en el efectivo para sofocar el incendio avisó del riesgo que suponen estas prácticas. “Los vídeos en las redes sociales, en vez de un efecto disuasorio, están provocando un efecto llamada que hace que cada día vayamos a más incendios y de más intensidad”, comentaba. “Ha estado cerca de llegar a las viviendas así que lo que tratamos es que la gente tenga un poco de conciencia social y trate de evitar jugar con las pelusas”, sostuvo el bombero.