La cuarentena de los libros prestados: 14 días aislados en la biblioteca esperando al siguiente lector

Desde el 11 de mayo algunos usuarios han podido devolver los ejemplares que se quedaron en el confinamiento

Estantería de la Biblioteca Nacional de España (BNE). Foto: Ricardo Rubio (Europa Press)

Cuando el tercer fin de semana de marzo se declaró el estado de alarma, 6.000 libros de la Biblioteca Central de Cantabria se encontraban fuera de su estantería, prestados. Ahora ya se han recuperado la mayor parte. Aunque por norma general los usuarios de esta biblioteca de Santander pueden quedarse con los libros durante un mes, en esta ocasión han permanecido en sus casas el doble de tiempo. La primera mañana que reabrió la biblioteca, el 11 de mayo, las colas de personas que esperaban para devolver los ejemplares llamaron la atención del personal del centro. Esos libros, sin embargo, no podían volverse a prestar de inmediato, tenían que almacenarse y vivir su propia cuarentena.

“En esa fecha aún no se podían coger libros, solo devolver, y sin embargo había muchísima gente. Me emocionó esa sensibilidad de las personas que querían entregar los ejemplares que habían tenido tanto tiempo en sus casas para que otros los puedan disfrutar cuanto antes”, cuenta a Verne por teléfono Mercedes Muriente, responsable del Área de Servicios, Referencia e Investigación de la biblioteca. La de Cantabria es una de los primeros centros que reabrió cuando la ley lo permitió, aún así, según la responsable, han aumentado el plazo de devolución de los libros hasta finales del mes de julio para que la gente no se aglomere y para que si a alguien aún le da miedo ir a lugares cerrados no se sienta presionado.

Así se almacenan los libros devueltos en la Biblioteca Regional de Murcia. Foto: cortesía de la biblioteca.

Las bibliotecas, públicas y privadas, pueden reabrir desde el 11 de mayo si su ciudad está en fase 1, aunque aún no prestan la totalidad de los servicios en ninguna zona de España. Respecto a las devoluciones de los libros, el BOE del 9 de mayo recoge que deberán estar apartados y que las bibliotecas deben reservar un espacio para este almacenamiento. La mayoría de los centros están colocando los libros en cajas con la fecha del día que se devuelven para calcular esas dos semanas para después liberarlos y que otras personas puedan disfrutar de ellos.

La única forma para saber que un libro está limpio del virus es mantenerlo aislado, ya que, tal y como recoge la orden que explica las medidas de higiene que seguir en las bibliotecas, “no se desinfectarán los libros y publicaciones en papel”. Que las bibliotecas puedan abrir no significa que todas lo hayan hecho, son las autoridades quienes deciden si reúnen las condiciones para volver a funcionar. En algunos lugares, como en la Comunidad y la ciudad de Madrid, han decidido esperarse hasta estos días (ya en fase 2) para abrirlas.

En la Central de Cantabria se ha habilitado una sala solo para depositar las cajas de cartón que contienen los libros devueltos. En ellas se escribe la fecha en la que llegaron a la biblioteca y en el sistema informático entonces aparece que están en cuarentena. Hasta que no pasen 14 días no volverán a aparecer como disponibles en el catálogo que pueden consultar los lectores. Este proceso de cuarentena también se aplica a los libros que se han prestado desde las reaperturas y están siendo devueltos.

Son los propios usuarios los que dejan los préstamos en la Biblioteca Regional de Murcia.

El 11 de mayo también reabrió las puertas la Biblioteca Regional de Murcia. Su directora, Juana García, cuenta a Verne por teléfono que durante el confinamiento había 20.000 libros prestados. García, que reconoce que desayuna cada sábado leyendo las novedades del BOE para las bibliotecas, explica que en su centro han diseñado un circuito para que sea el usuario quien deposite el libro en las cajas de cartón, para así no exponer a los trabajadores. Además, han montado una estación higiénica para que cualquiera que llegue pueda lavarse las manos y coger mascarillas y guantes.

Otro de los requisitos para que estos centros reabran es que tiene que haber “carteles y otros documentos informativos sobre las medidas higiénicas y sanitarias para el correcto uso de los servicios bibliotecarios”. En el caso de la murciana, a los carteles se suma un Batman a tamaño real que ataviado con una mascarilla recuerda que hay que protegerse.

Este Batman recuerda en la biblioteca murciana que hay que protegerse.

La decisión de que los libros pasen una cuarentena de 14 días también lo respaldó el Ministerio de Cultura en una guía en la que explicaba que en su preparación se habían tenido en cuenta las recomendaciones internacionales de buenas prácticas de manipulación de libros y otros materiales en bibliotecas durante la crisis. En este artículo de la American Libraries Magazine, Evan Knight, especialista en preservación de la Biblioteca de Massachusetts, explica que "no hay nada publicado o compartido de epidemias anteriores" en cuanto a cómo conservar los libros. Los expertos recomiendan esos 14 días de aislamiento porque “no hay desinfectante mejor” y algunos estudios, como el que publicó en enero The Journal of Hospital Infecion, apuntan a que coronavirus parecidos persisten en papel hasta cinco días.

Una de las estaciones higiénicas para lavarse las manos y coger mascarillas y guantes.

A pesar de que durante los días más duros del confinamiento las bibliotecas no pudieron recibir a sus lectores habituales, los préstamos en formato electrónico de libros, películas y otros recursos han seguido activos. [Aquí te explicamos cómo acceder al catálogo gratuito de películas y series]. Emilio del Río Sanz, director General de Bibliotecas, Archivos y Museos de la capital, explicó en una rueda de prensa online este 10 de junio que solo en abril aumentaron los préstamos en formato electrónico un 300%. “Si algo ha quedado claro estos meses es que la lectura forma parte sustancial de nuestra vida, la cultura es una de las cosas que le da sentido a esta y ha sido una de las forma de combatir el confinamiento”, ha afirmado.

Muriente, de la Biblioteca Regional de Cantabria, también resalta el aumento de los préstamos online, incluso, cuenta que muchas personas han aprovechado esta situación para hacerse el carné de la biblioteca. “Hacer carnés de manera telemática nos hacía sentir que seguíamos estando al lado de la gente. Cada vez que alguien te contestaba un e-mail dándote las gracias por haberle gestionado permisos para poder coger libros o películas era muy gratificante. Los funcionarios no estamos muy acostumbrados a que nos digan estas cosas tan bonitas”.