El artista urbano Nean (Barcelona, 30 años) cuenta a Verne que, la semana en la que España entró en la nueva normalidad, acudió a la calle San Simón, en el madrileño barrio de Lavapiés. Allí, junto a la placa con el nombre de la calle, instaló un mosaico de más de 800 piezas que forma la cara del doctor Fernando Simón. Su obra ha aparecido en decenas de tuits, algunos con miles de retuits, algo que el artista, dice, no se esperaba. “He canonizado a Fernando Simón, aunque no era mi intención”, dice por teléfono.
Nean es solo
el nombre artístico de este catalán afincado en Alcorcón, que prefiere no revelar su verdadera identidad. "Quiero mantener mi anonimato como Banksy, porque me da libertad a la hora de poder crear. Me gusta que la gente no me tenga identificado, ni mis padres saben lo que hago", afirma. Tampoco quiere revelar el momento exacto en el que colocó su obra dedicada a Fernando Simón. Solo habla de fechas aproximadas –la semana del 22 al 28 de junio, cuando arrancó la nueva normalidad– y el método para hacerlo: primero, en casa, montó las 800 teselas (las piezas que componen el mosaico) que forman la figura del doctor. Tardó cerca de tres horas en pegarlas todas. Después, durante la noche, las colocó con ayuda de una escalera. “Quería hacerle un homenaje al personaje del momento”, cuenta.
El doctor Fernando Simón se ha convertido en un icono pop de la pandemia. Su imagen, como explicábamos en este artículo, se ha utilizado en centenares de memes y vídeos (algunos de admiración sincera, otros irónicos) durante los últimos meses. Se han hecho camisetas, tazas… e incluso tatuajes con su cara. Esta tendencia no se le escapa al propio Simón, al que preguntaron por ello durante una rueda de prensa: "Estoy encantado de que la gente que lo necesite haga negocio con mi cara, pero me gustaría más que dieran un pequeño porcentaje a ONG", respondió.
Esta admiración a la figura de Fernando Simón es sobre todo un meme, material para hacer humor y chistes en redes sociales. Aunque haya usuarios que lo utilicen de forma sincera, el doctor también es objeto de críticas por su papel durante la pandemia. Este fenómeno no es, además, único de España: en Estados Unidos, el doctor Fauci, una figura similar a la de Simón, también cuenta con un club de fans en Facebook con más de cien mil seguidores. Y ni siquiera es el primer epidemiólogo que aparece en un tatuaje. Hace unos meses, un ciudadano sueco se tatuó a Anders Tegnell, epidemiólogo estatal de Suecia. Pero, de momento, Fernando Simón es el único que tiene un mosaico de 800 piezas en una calle de Lavapiés.
Además de la obra dedicada a Fernando Simón, Nean ha intervenido más de 100 calles de la Comunidad de Madrid en el último año con sus mosaicos. Su arte está inspirado en el popular artista urbano francés Invader, uno de los pioneros en utilizar mosaicos en el arte urbano. “Cuando empecé lo hice sin ninguna esperanza, pero me sorprendí al ver lo cómodo que me sentía con la técnica, así que decidí comprar más teselas e intervenir Alcorcón”, recuerda.
Cuando se le pregunta sobre quienes opinan que este tipo de intervenciones en espacio urbano son vandalismo, responde que él es consciente de que el arte urbano es ilegal porque no pide permiso para hacerlo. Su objetivo es usar el poder que tiene el arte urbano para cambiar una ciudad: "No tengo la intención de mandar ningún mensaje concreto, ni quiero hacer acciones políticas. Me gusta hacer que el barrio sea mejor".
INICIA SESIÓN PARA SEGUIR LEYENDO
Solo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis.
Regístrate Iniciar sesiónGracias por leer EL PAÍS