A menudo en Instagram parece que todo es maravilloso: los planes, la vida de la gente y hasta sus cuerpos. La modelo y periodista estadounidense de 33 años Danae Mercer lleva tiempo en esta red social publicando fotos en las que trata de demostrar que la realidad, en ocasiones, está muy alejada de esa narrativa en la que todo es perfecto, y que eso no significa que esté mal. Una imagen en la que muestra cómo puede cambiar el cuerpo de una persona en función de la luz y la pose ha alcanzado en los últimos días una gran repercusión, acumulando más de medio millón de likes desde el pasado 25 de junio.
En la imagen, Mercer muestra a través de dos fotografías cómo la realidad tiene muchas caras. En la imagen de la izquierda, con la luz adecuada y una pose forzada, parece que su cuerpo no tiene ninguna marca y su piel es tersa y perfecta. Sin embargo, como ella misma cuenta y cómo se puede apreciar en la foto de la derecha, la realidad es muy distinta. “La luz más suave oculta mi celulitis y suaviza la mayoría de mis estrías”, cuenta en la publicación de Instagram. “Quiero recordaros cómo todo tiene un filtro aquí. Planeado. Perfeccionado”. Aunque la periodista, que trabaja como freenlance en diferentes medios internacionales, aclara que para ella no hay nada malo en querer lucir bien, sí es importante “no compararse jamás con una persona desconocida de Internet”.
Esta es solo una de las muchas imágenes que Mercer ha publicado en los últimos años en su Instagram, que siguen más de un millón de personas, para responder a los cánones de belleza irreales y las inseguridades que provocan. En otra publicación, en la que también muestra cómo la pose puede ocultar algo tan natural como la celulitis, hace hincapié en la necesidad de “cambiar la conversación”. Según cuenta en el post, en las redes sociales “las personas muestran sus mejores ángulos, sus momentos más felices y aquellas partes de las que están orgullosos. Pero eso no es humano. Las personas tienen vulnerabilidades, miedos, esperanzas, fragilidades, celulitis y mentes que pasan tanto días buenos como malos. Todos pasamos por ello. Eso sí es humano”.
Desde su perfil también trata de concienciar en redes sociales a través de su propia historia. En una publicación de Instagram explica cómo la imagen irreal de cuerpos que veía en la televisión o en las revistas la hicieron pensar desde los 13 años que no era normal que tuviese celulitis. Según detalla más extensamente en un vídeo publicado en febrero de su canal de YouTube que acumula más de 4.000 suscriptores, la obsesión por obtener un cuerpo perfecto fue yendo a más y desarrolló trastornos de la alimentación. Con tan solo 19 años, Mercer había perdido en menos de tres meses más de una tercera parte de su peso. Por ello, anima a todo aquel que “cuente calorías de una manera obsesiva” a buscar ayuda profesional.
Muchas veces se señala a las redes sociales como un lugar en el que se produce un culto desmedido al físico. Pero también es cierto que existen muchas cuentas, como en el caso de Danae Mercer, que ha aprovechado la capacidad de llegar a la gente de las redes para denunciarlo. Las iniciativas de cuentas en las que se representan distintos tipos de cuerpos han ayudado a popularizar la idea de la “belleza real”, como en el caso de Any Body (Cualquier Cuerpo) @any.body_co, una cuenta conjunta de dos amigas y modelos australianas. En ella, comparten fotos para mostrar la diversidad de una talla 36 y una 46 juntas.