Marta C. González, una mujer enferma de alzhéimer, volvió a recordar por unos momentos su pasado como primera bailarina de su propia compañía en Nueva York al escuchar de nuevo El Lago de los Cisnes de Tchaikovsky.
En un video difundido por la organización Música para despertar de Granada (España), la mujer, fallecida hace un año, levanta los brazos lentamente y recuerda poco a poco no solo sus movimientos, sino los de todas sus compañeras en el escenario. Las imágenes intensas y emocionantes de Marta Cinta, como era conocida en el medio escénico, han sido vistas por millones de personas en pocos días.
"Me emociona", dice la mujer al finalizar la música. "Y tú nos emocionas a nosotros", dice uno de los facilitadores de la organización. "Hay que coger las puntas", dice la mujer, feliz, al final del video. Los fragmentos compartidos en las redes sociales de la asociación forman parte de una sesión más larga que hicieron en la residencia de la tercera edad donde González pasó sus últimos años. Gracias a su música favorita, los enfermos de alzhéimer recuperan algunos recuerdos.
Las canciones que marcaron nuestra vida, según el grupo de psicólogos y voluntarios de la organización, es de las últimas cosas que olvidamos: "La música de sus vidas y el amor, para convivir con el Alzhéimer. Lo último que se pierde", apuntan desde las redes sociales de Música para despertar.
El video de Marta C. González ha generado mucha curiosidad sobre la vida de la artista y su paso por Nueva York en 1967.
En una primera versión de este artículo, publicamos que Marta González había sido primera bailarina del Ballet de Nueva York en 1967. La asociación Música para Despertar ha especificado que si bien fue primera bailarina en Nueva York, lo fue de su propia compañía de baile 'Rosamunda'.
Marta González se formó en los años 60 en Cuba con la Escuela de Ballet de Nicolay Yavorsky, desde muy joven fundó su propia compañía y escuela de ballet, de la que fue directora, coreógrafa y primera bailarina. Desde Música para Despertar dicen que Marta Cinta creó su propio método de enseñanza, haciendo mucho hincapié en el valor artístico y estético del ballet. "Sabemos que después de estar en EEUU llevó su escuela de danza a Madrid, en el Barrio de la Estrella", refieren desde la asociación.