Las imágenes son potentes: una secuencia que muestra cómo una madre, su hija y la muñeca de esta van desapareciendo debajo de la tela -cada vez más abundante y opaca- de un pañuelo, un hiyab y un burka. Finalmente, el negro y ni rastro de las protagonistas. Tal vez por eso el texto que acompaña a la imagen y que más se repite estos días en Twitter es “Desaparición. Obra de un fotógrafo yemení”. Pero ni la obra es reciente, ni se llama así, ni ha sido realizada por un fotógrafo. La autora es la fotógrafa (yemení, eso sí) Boushra Almutawakel. El título de las imágenes es mucho más simple: ‘Madre, hija y muñeca’. Y las protagonistas son la propia fotógrafa, su hija mayor y la muñeca de esta.
“Es gracioso porque siempre hay alguien que me dice que ha visto mi trabajo en Facebook, pero no soy yo la que lo publica ahí”, cuenta por correo electrónico Almutawakel, de 45 años. De vez en cuando, desde 2010- cuando tomó las fotografías -alguien las descubre, las rescata y vuelven a compartirse.
En esta ocasión, la imagen está de actualidad en España porque puede verse en el VIII Festival Internacional de Fotografía Getxophoto, que se celebra en esta ciudad vasca hasta el 28 de septiembre. En las redes, el tuit que las rescató provenía de la cuenta @gisb_sus que, con menos de mil seguidores, ha conseguido más de 4.000 retuits desde el pasado 7 de septiembre.
‘Madre, hija y muñeca’ forma parte de 'The Hijab Series', series de fotografías con las que la primera mujer que se hizo fotógrafa profesional en Yemen intenta abordar la reivindicación de los derechos de la mujer y la religión. "Yemen ya era un país muy conservador en 2010. Estaba preocupada al ver la propagación de las interpretaciones extremistas del Islam. Y una de las formas en las que podía verse era en que las mujeres estaban cada vez más cubiertas. Pero taparlas no las protege más. En lugar de cubrir a las mujeres, deberían centrarse en los hombres, educarlos en cómo tratar y respetar a las mujeres, lo que creo que está más acorde con el Islam, al menos para mí".
Almutawakel protagoniza las fotos porque entiende bien el problema. Ha vivido en Yemen y en el extranjero y usa habitualmente el velo. Pero cree que tiene que ser una decisión de cada mujer y no una imposición. "Tengo sentimientos encontrados al respecto. Cuando estoy en Yemen, me siento cómoda con él porque todo el mundo lo usa y en cierta manera me siento más segura de algunas miradas de los hombres. Es, de cierto modo, liberador. Pero para mí no tiene sentido cubrirse los ojos o llevar guantes. Otra cosa que me genera un problema es ver a las niñas con velo o incluso con el niqab. Aunque finalmente creo que cada mujer tiene derecho a elegir cómo desea presentarse al mundo, ya sea con hiyab, niqab o con ninguno de ellos".
La fotógrafa es crítica con las formas más extremistas de interpretar el Islam pero también advierte que también se oprime a las mujeres en Occidente: "Son esclavas de la maquinaria mediática de ventas, que dicta cómo deben vestir y cuánto deben pesar. O las convierten en objetos sexuales en anuncios. En el resto del mundo también ocurre, desde la prostitución a la pornografía".
Ella sabe que sus fotografías no suelen dejar indiferente a quien las observa y que, por eso, de cuando en cuando vuelven a la actualidad, como durante la Primavera Árabe, cuando muchos volvieron a utilizarla. "Creo que el velo es un símbolo muy icónico que despierta emociones muy fuertes". Boushra Almutawakel cuenta cree que, además del velo, las imágenes pueden servir para representar "la locura del mundo que va de la luz a la oscuridad" por culpa de las guerras, el sectarismo político, los extremismos, la intolerancia, etc. "Me alegra que la obra tuviera tanta repercusión y diferentes interpretaciones".
'The Hijab Series' reúne fotografías de mujeres que posan con banderas a modo de velo o de hombres con burka. Almutawakel piensa que aún hay mucho por lo que luchar en cuanto a los derechos de las mujeres y, su manera de hacerlo, es a través de una cámara fotográfica. "Cuando hice las fotos, mi hija tenía siete años. En octubre va a cumplir once. No creo que hayan cambiado muchas cosas desde entonces en cuanto al estatus de las mujeres y sus derechos. En todo caso, han empeorado".