Hay pocos motivos para seguir una cuenta corporativa o institucional en Twitter, aparte de informarse de descuentos y participar en sorteos. Aunque encontramos excepciones: algunos community managers se están arriesgando algo más de lo habitual y además de colgar fotos de productos y avisar de supuestos ofertones, están permitiéndose el lujo de utilizar el humor y el lenguaje propio de esta red social para atraer seguidores.
El CM de Alcampo es probablemente la estrella de las últimas semanas en lo que a este tipo de cuentas de empresas se refiere. Con 26.700 seguidores, lo mismo habla del hipermercado usando un meme tuitero bien reconocible, que se une al juego de hacer saltar bots: escribes, por ejemplo "croqueta" y un bot te contesta con una foto de un plato de croquetas.
Y además usa el hashtag #AlcampoChef para proponer recetas hechas (parece) en su propia casa.
Su momento de máximo esplendor vino con la troleada de la ruka, a la que respondió con elegancia. De hecho, se la intentó devolver, con gracia, a Mediamarkt.
Esto recuerda a los diálogos en Twitter que han mantenido en alguna ocasión marcas comerciales estadounidenses. No sabemos si esto ayuda a cosechar mejores ventas, pero al menos sí distrae a sus seguidores con contenidos más allá de precios y productos.
Por cierto, “ruka” ya se ha convertido en un término de uso habitual en Twitter.
Precisamente, el CM de Mediamarkt es un viejo conocido en Twitter, gracias a su apuesta por un humor más alborotador. Lo que ha contribuido a sus más de 80.000 seguidores.
Aunque también se ha metido en líos.
Y metido en líos a otros:
La cuenta de la policia nacional es una pionera en España en lo que se refiere a salirse del discurso esperado en redes por parte de una cuenta institucional. A pesar de las críticas, que las hay, el modelo ha tenido éxito y su cuenta suma 1,26 millones de seguidores, por lo que no es de extrañar que la Guardia Civil haya decidido seguir sus pasos. Algunas de las claves son un humor desenfadado y un lenguaje que, siendo simpático, a veces cae en el mismo error que Montgomery Burns cuando se viste con la ropa de Jimbo para parecer un joven molón.
Otra cosa que la Guardia Civil hace a menudo, también usando el estilo de la policía, es advertir de #timos y #estafas, salpicando de #hashtags el tuit, #por #algún #motivo #que #tampoco #está #muy #claro. En todo caso, cuidado, #nopiques.
Y por si a alguien le queda alguna duda acerca de quién es el gurú tuitero de la Guardia Civil, aquí va un ejemplo más:
No es tan gracioso ni desenfadado como los ejemplos que hemos visto, pero el community manager de la Real Academia Española es, probablemente, el más paciente de todos. Recordemos cómo explicó, tuitero a tuitero, por qué la entidad había decidido incorporar al diccionario la palabra “amigovio”, en lugar de otras opciones más comunes en España y algo más bruscas. Su último ejemplo de aguante fue cuando tuvo que soportar las amenazas y los ataques de Álvaro Carmona (nota: Álvaro Carmona es guionista y cómico).
En este caso era broma, pero lidiar con clientes descontentos es muy difícil. Fnac se arriesgó más que la Rae, pero su admisión de soplapollez tuvo buena acogida.
La clave es el humor, que suele ser bien recibido, motivo por el cual incluso las cuentas más serias lo usan de vez en cuando.
Lees el tuit y ya no te acuerdas de los problemas que has tenido en la web al comprar un par de billetes, ¿verdad? No, claro que no. Bueno, vale, un poco. Y a lo mejor te enfadas menos cuando recuerdas lo del vagón sin catalanes en el Ave. No, espera: eso era una broma de El Mundo Today. Aunque alguno se lo tomó en serio.
De hecho, la mayor parte de cuentas de marcas se acaba permitiendo alguna concesión con el humor, aunque no sea su arma habitual. No tiene nada de raro: las marcas siguen buscando su hueco en Twitter y en Twitter sigue funcionando el humor.