De los millones de personas que usan Instagram en todo el mundo (ya tiene más usuarios que Twitter), pocos sabrán que esta aplicación se inspira y debe su nombre a las cámaras Kodak Instamatic. Unas máquinas que, como Instagram, permitían hacer fotos en formato cuadrado para facilitar la tarea de encuadrar a los novatos. También los famosos filtros de esta app buscaron desde sus comienzos darle un aire viejuno a las fotos.
Pero, tremenda paradoja, con el paso del tiempo aquellos filtros vintage se han quedado anticuados. Por eso hoy muchos usan Instagram sólo para publicar sus fotos, pero prefieren recurrir a otras aplicaciones, como Afterlight o VSCO Cam, para editarlas y añadirles filtros. Incluso la app de Twitter también cuenta con funciones para editar fotos.
Lo que seguramente ha hecho reaccionar al equipo de Instagram es sobre todo el auge de VSCO, que desde hace meses también es una red social. Algunos emigran a ella intentando alejarse de las hordas de famosos, la publicidad encubierta y el spam que circula por Instagram.
De hecho, basta con echar un vistazo a las cuentas de algunos instagramers para ver que también cuentan con un perfil en VSCO. Será por eso que la nueva versión de Instagram incorpora cinco nuevos filtros (no añadía ninguno nuevo desde 2012) cuya estética recuerda poderosamente a los de VSCO.
También se ha aprovechado la ocasión para modernizar el diseño de la app. Ahora los iconos ya no están basados en las pautas del skeumorfismo, algo que les daba un aspecto bastante infantil. Otra novedad es que es posible ordenar los filtros para darle prioridad a los que más usamos. Incluso podemos eliminar los que no utilicemos nunca.
También llama la atención que el nuevo Instagram se vaya desentendiendo de los marcos. De hecho, los cinco filtros que se han añadido al nuevo Instagram sólo permiten seleccionar un mismo tipo de marco, con un blanco neutro. Se selecciona pulsando dos veces en el icono del filtro.
Para poner a prueba las novedades, nos hemos convencido de que vivimos en San Francisco y hemos ido a merendar té y tarta de manzana, acabando la tarde con un paseo hasta un tiovivo. Todo por lograr dos fotos cliché con las que poner a prueba los nuevos filtros de Instagram.
- Slumber. Añade un halo grisáceo y cálido a la imagen (sí, se pueden hacer ambas cosas). También le resta saturación a los colores, rebaja el contraste y logra que las luces más intensas se vean menos luminosas. Ideal para aquellos que se regodean en la melancolía fotografiando piscinas vacías en pleno invierno.
- Crema. Este filtro también está pensado para rebajar la saturación del color a la vez que se añade cierta frialdad a la foto. Vamos, que está les gustará a los que casi prefieren estar resfriados a no estarlo. Suelen ser los mismos cuyo deporte favorito es tumbarse en el sofá con una manta, un mando a distancia, un gato y un termómetro.
- Ludwig. Si pasas por un mal momento y estás intentando superarlo comprando ropa de colores chillones este es tu nuevo filtro, pues resalta la saturación de los tonos y añade luz a las zonas más iluminadas de la imagen. Además aumenta la calidez general de la imagen, con lo que lograrás convertir el invierno en verano. Algo que resulta tan artificial como las poses de Taylor Swift.
- Aden. Este filtro rebaja bastante el contraste de la foto diluyendo las sombras y añadiendo un cierto tono magenta a la foto. Está especialmente pensado para esos momentos en los que te apetece algo dulzón. Va que ni pintado para hacer fotos de muffins de fresa o en su defecto pastelitos de la Pantera rosa.
- Perpetua. Si eres de los que vas recorriendo mercadillos buscando trastos para que tu casa parezca un decorado de Cuéntame este es el filtro que debes elegir. Básicamente lo que hace es rebajar la saturación general de la imagen y añadirle una buena ración de color sepia con un toque de verde.