Es una pregunta recurrente que suelen escuchar los reporteros que se ganan el pan viajando a lugares delicados. “¿Cuál es el peor sitio en el que has estado? ¿El más peligroso?”. Existen centenares de respuestas porque existen centenares de sitios espinosos en el mundo. Desde barrios de Johannesburgo o San Salvador hasta zonas de conflicto como Gaza o Ucrania. Un vistazo en la web del Ministerio de Exteriores nos dará alguna pista. Hay otra pregunta más concreta: ¿cuáles son hoy los lugares en los que no se puede poner un pie?
La lista que a continuación te ofrecemos muestra estos sitios. Agujeros negros en los que no es viable entrar si no eres nativo. Mucho menos si no eres nativo y, además, eres occidental. Son lugares en los que no hay periodistas y de los que las ONG tuvieron que huir. Tierras de nadie. Por reducirlo a una frase sencilla pero contundente: he aquí siete lugares en los que si entras, tendrás más posibilidades de no salir que de salir. Que se dice pronto.
1. Yemen
Yemen era un destino seguro hasta hace pocos años. Visitar este maravilloso país en 2006 suponía una inversión impagable para el viajero: historia, cultura, arquitectura, parajes naturales y población local afable y educada. La percepción comenzó a cambiar en 2007 cuando seis turistas españoles fueron asesinados en un ataque suicida. Aquella tragedia avisó de la nueva deriva: el país, situado en la costa sur de la península arábiga, se ha convertido con los años en un bastión de Al Qaeda, en concreto del grupo Al Qaeda para la Península Arábiga (el mismo que reclama la autoría del atentado contra la revista Charlie Hebdo). Desde hace meses este grupo controla casi todo el territorio yemení, incluida la capital Saná. En sitios donde no tienen el mando, como el norte, mandan los rebeldes houthi, con los que no se llevan muy bien. Por ello, circular como visitante por Yemen sin saber en qué territorios se adentra uno es como comprar todas las papeletas para un secuestro o un ataque.
2. Línea Durand (frontera Afganistán-Pakistán)
La Línea Durand es un límite de 2.400 kilómetros trazado en 1893 por el secretario de Asuntos Exteriores del protectorado británico, Henry Durand, quien quiso establecer el confín de la colonia India. Con el nacimiento de Pakistán en 1947 la línea se convirtió en una frontera que ni Pakistán ni Afganistán reconocen. Esto hace que desde hace años ambos ejércitos tengan constantes choques y la zona se haya convertido en un ataque de nervios permanente.
Pero, no es broma, este es el menor de los problemas aquí: resulta que la Línea Durand atraviesa sin rubor la enorme región de los pastunes, un pueblo que no entiende de Estados y que vive a ambos lados de la frontera (hay pastunes afganos y pastunes pakistaníes) organizados en sociedades tribales. Muchos son nacionalistas y exigen el control e independencia de la zona, Pastunistán. Por si fuera poco, sus líderes son integristas religiosos muy violentos. A estos últimos los conoceréis por otro nombre: talibanes. Aliados con Al Qaeda y decenas de milicias islamistas, dominan una región sin Estado desde los años 80, después de que, a raíz de la intervención soviética, Estados Unidos les dotara de armas y formación. Una generación entera de terrícolas hemos crecido sin conocer un segundo de paz en este lugar.
Restrepo es el nombre de un documental que unos periodistas estadounidenses grabaron empotrados con el Ejército americano en el corazón de este territorio.
3. Zonas de Siria e Irak controladas por el Estado Islámico
O si prefieren, el Califato Islámico. Este sería el país más inhóspito del mundo si fuera reconocido. En el año 2011 estalló la Primavera Árabe en el que era uno de los países más estables de Oriente Medio, Siria. En pocos meses la revuelta mutó en guerra civil y lo que en principio era un enfrentamiento entre Gobierno y rebeldes acabó dando paso a un tercer contendiente: el Estado Islámico, que en origen eran milicias islamistas llegadas de Irak. En 2013 hicieron suyo el conflicto y proclamaron sus intenciones: exterminar a todo aquel que no fuese suní e imponer una sociedad regida por la interpretación más estricta de la sharia (ley islámica). Esto incluye ablaciones, decapitaciones para infieles, exterminio de cualquier otra religión, compraventa de mujeres y todo aquello que alimente la yihad. Desde ese momento nadie puede entrar en los territorios que controlan: quien lo haga será secuestrado o asesinado. O ambos.
4. Territorio controlado por Al Qaeda para el Magreb Islámico
Echen mano de un mapa y tracen un círculo que albergue el norte de Chad, Níger, el norte de Mali y el sur de Argelia y Libia. Más o menos la zona central del desierto del Sáhara.
Aunque incluye varios Estados, la realidad es que casi todo este arenoso territorio –hogar de los tuareg- está realmente controlado por el grupo terrorista Al Qaeda para el Magreb Islámico, especialmente la zona del triángulo del Sahel (Níger, norte de Mali y sur de Argelia). Este triángulo es el epicentro de este grupo conocido por no dar calurosas bienvenidas a los turistas. Antes de 2006 existían facciones terroristas en esta región, pero ese año anunciaron al mundo su vinculación a Al Qaeda y los periodistas extranjeros y las ONG tuvieron que retirarse. Si os adentráis en esta zona, lo más probable es que seáis secuestrados. Así de claro. Y si eres español, con más rapidez todavía, porque los secuestradores saben que nuestro país paga rescate. Les ocurrió a Ainhoa y Enric en 2011, mientras trabajaban como cooperantes en el campo de Tinduf, al sur de Argelia. Se supone que estaban fuera del radio de acción de este grupo, pero su extensión cada vez es mayor. Al panorama hay que añadirle la situación de inestabilidad interna que vive Chad, con varios grupos rebeldes en conflicto, y Libia, en guerra civil desde hace años. En resumen, una región que, seguramente, no encuentres entre las ofertas de las agencias de viajes.
5. Norte de Nigeria
Bienvenidos al califato de Boko Haram, el grupo terrorista islámico que se dio a conocer en las televisiones occidentales después de secuestrar a doscientas niñas el año pasado. Niñas que, por cierto y pese a la cantidad de tuits que lanzamos con el hashtag #BringBackOurGirls en Twitter, todavía siguen cautivas y, tal y como explicó el propio grupo, “ya casadas y al servicio de los yihadistas”. Este Ejército integrista está liderado por Abubakar Shekau y desde 2002 controla todo el norte de Nigeria, con incursiones a Chad y Níger. Pretenden lo que el Estado Islámico en Medio Oriente y usan los mismos métodos: hace unos días obligaron a tres niñas de diez años a inmolarse y el año pasado mataron a 9.000 personas. Si estabas pensando visitar esta zona de Nigeria, olvídalo.
6. Regiones de Somalia controladas por los islamistas
Ocurre en Somalia lo que ocurre en muchos países: que el Estado no llega a todo el territorio que le corresponde. Y delega el control en otras entidades, como grupos políticos con brazos armados. Estos grupos no tiene por qué ser necesariamente peligrosos, simplemente sustituyen al Estado. Lo que sucede en este caso es que el Estado no controla casi nada. De hecho, hasta hace unos años, lo único que controlaba era un par de barrios de Mogadiscio, la capital, donde el presidente vivía en un búnker. Hoy el Gobierno oficial –con apoyo extranjero- ha ampliado su dominio, aunque la mayoría de zonas del país siguen estando bajo el control de grupos milicianos islamistas. El más potente de todos ellos y que controla toda la zona central del país es Al Shabab que, entre otras cosas, financia a los famosos piratas somalíes. Si por casualidad te despistas y te adentras en algunas de estas zonas, da media vuelta. Rápido.
7. Frontera Venezuela-Colombia
Lejos del calificativo de infierno, existen otras zonas en el planeta prohibidas para el visitante europeo. Si bien no pueden encuadrarse en el mismo nivel que las anteriores descritas, algunos puntos de la frontera entre Colombia y Venezuela son zonas que se escapan al control gubernamental y, por tanto, la seguridad del visitante es muy precaria. En algunos tramos, la frontera es difusa y determinadas áreas manejadas por las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como rutas frecuentadas por narcotraficantes, son inaccesibles para el visitante. Eso a pesar de que en la actualidad se está llevando a cabo un proceso de pacificación y diálogo.
Este artículo ha sido editado para aclarar la situación de la frontera Venezuela-Colombia.