Una noche, mientras esperaba un autobús, al ilustrador argentino Iván Kerner (Ivanke) se le ocurrió un viaje. Lanzado a la aventura gracias a un micromecenazgo, cuando vuelva a casa, por Navidad, habrá recorrido en dos años 32 países de Asia, Latinoamérica, África y Europa en una vuelta al mundo haciendo talleres para dibujar con chavales.
En Tailandia
A su idea la llamó Pequeños Grandes Mundos, un proyecto con el que ahora visita España y Portugal. "Por un lado [el dibujo] es un lenguaje universal y vemos un montón de cosas que se van repitiendo a lo largo de los países. Pero al mismo tiempo es genial observar las particularidades de cada comunidad (...) como la influencia del anime en los dibujos de los chicos japoneses o la multiplicidad de colores y estampas típicas de África", cuenta vía email a Verne.
En Bolivia
Un niño dibujando se parece a cualquier niño dibujando. "La necesidad de jugar de los chicos es la misma en todos lados. Nos encontramos con que en la gran mayoría de los países, los adultos están totalmente concentrados en tus tareas y no juegan con sus hijos. Sentimos eso en Tokio como en una remota tribu de Etiopía", cuenta. De hecho los chavales de distintas partes del mundo le hablan de pintar de forma similar: "Cuando yo pinto es... un sueño", "Cuando dibujo me siento superpoderoso porque uno puede dibujar lo que quiera", "Siento que las cosas que dibujo salen de mi corazón, mis dibujos son como mis sueños"...
En este periplo, que realiza acompañado de su pareja Mey Clerici -también dibujante y maestra- y de la fotógrafa Sofia Nicolini Llosa, se han encontrado con niños y adultos que nunca habían dibujado en su vida. Les ocurrió una de las veces en Etiopía, en la aldea de la tribu Dassanech: "Desde chicos habían aprendido a cazar, a interpretar los sonidos de los pájaros, a mirar el cielo y adivinar el clima, pero a dibujar jamás. Con las hojas y los crayones adelante eran como nenes chiquitos pero en cuerpos de adultos y viejos. Aún así nunca sintieron vergüenza ni se sintieron intimidados. Todo lo contrario: se dejaron llevar desde el primer momento por esta nueva experiencia".
Ha sido una de las grandes experiencias de su viaje. "Uno puede ver a un niño dar sus primeros pasos, ver como hace sus primeros trazos, como aprende a hablar y escribir, pero no está acostumbrado ver a alguien que está en el polo opuesto del ciclo de la vida hacer algo por primera vez", relata.
Sus talleres ocurren en cualquier sitio, "desde un par de chicos en la calle a 600 a la vez", en escuelas,orfanatos, campos de refugiados, el desierto, librerías, centros culturales, hospitales o tribus perdidas en la selva. Y el papel no es el único lienzo: piedras, cocos, pelotas, caras... "En el Amazonas, yo les enseñé a los chicos como mezclando el azul con el amarillo podían formar el verde pero ellos me enseñaron como pescan y cazan", cuenta Ivanke, que además ha ido creando con alguno de los chavales una curiosa cadena de regalos, a partir de la cual han creado un documental.
A veces ha contado con intérpretes pero para comunicarse con niños basta ponerle ganas: "En general los niños se ríen de las mismas cosas, les gusta correr, cantar, aman los animales, las cosas dulces… Pero, sobre todo, creo que disfrutan cuando se sienten contenidos, cuando un adulto les presta atención y los escucha. Los contextos y las necesidades pueden diferir muchísimo, pero lo esencial se parece mucho más de lo que podría suponerse".
En India
En India
En Palestina
En Perú
En Argentina
En Perú
El viaje -para el que mantiene este crowdfunding abierto, de cara a poder visitar campos de refugiados- está documentado en su cuenta de Facebook (con 13.000 seguidores), su herramienta fundamental a la hora de conseguir los contactos locales y que les sirve como plataforma para compartir su experiencia.
Actividades en Madrid. El domingo 8 de Noviembre (11:30 horas), taller de arte para niños en La Biblioteca BPM Eugenio Trías (Casa de Fieras de El Retiro). En su Facebook irá promocionando fechas de otras actividades abiertas al público en España