"Cuando lancé Mr. Wonderful pensaba en no tener un trabajo de horarios imposibles y en no salir cada día a las ocho de la tarde" cuenta a Verne Angi Cabal, co-creadora de Mr. Wonderful. "Al final, acabé trabajando muchas noches hasta la una de la madrugada". "Mucha gente piensa que solo ponemos flores y frases bonitas en tazas, no ven todo el trabajo que hay detrás", nos explica Javi, su marido y socio al frente de la empresa. "Incluso yo, al empezar a trabajar por nuestra cuenta, pensaba cosas como 'qué guay, podré hacer surf un martes'. Por supuesto, en cuatro años eso no ha ocurrido ni una sola vez".
Javi y Angi, creadores de Mr. Wonderful
Hoy son una de las marcas más reconocibles de España, su estética y mensajes inundan las redes y sus productos se han convertido en un básico del mundo de los regalos, pero en febrero de 2011 Angi y Javi eran una pareja de diseñadores gráficos que estaba planeando su boda sin sospechar que de ahí acabarían creando una empresa que da empleo directo a 53 personas.
“Veía que Pinterest estaba lleno de cosas chulas para bodas pero que aquí era todo muy rancio”, nos relata Angi. “Como ya habíamos diseñado nuestra invitación de boda y también las de algunos amigos, pensé en dedicar los fines de semana y sacar algo de dinero extra creando productos para ese mundo distintos a la estética predominante, que era muy de mariposas y flores. El nombre se me ocurrió el mismo día de crear la página de Facebook; estaba leyendo una revista, creo que era el nombre de un disco (efectivamente, de Fleetwood Mac), y me gustó, porque además encajaba con el concepto que tenía en mente, un nombre masculino y en color azul. En ese momento alejarse del rosa en las bodas resultaba muy fresco”.
El primer día les contactó un cliente. Y al día siguiente otro. Y al siguiente otro más. Un mes después de lanzar la página de Facebook, la cosa se desbocó y Angi dejó su trabajo para dedicarse a Mr. Wonderful. Esto no fue casualidad. Desde el principio la pareja hizo hincapié en la comunicación y consiguió que los blogs dedicados a la organización de bodas más importantes se hiciesen eco de su proyecto.
Una de las publicaciones de Mr. Wonderful de su primer año.
En 2011 era un mundo pequeño, anterior al boom de las bodas que vive nuestro país, pero que ya movía grandes cantidades de dinero, al que la gente prestaba mucha atención y con el que se implicaba emocionalmente por las connotaciones obvias que ese día tiene. Enseguida llegaron también encargos ajenos a los enlaces por parte de emprendedores que querían que les diseñasen la imagen o proyectos ligados al mundo de la artesanía, también en plena expansión. Así, en junio de 2011, Javi también dejó su trabajo para ligarse a la recién nacida empresa.
Su boda, el origen involuntario de todo, también les sirvió como tarjeta de presentación. “Hicimos cosas como chapas, notas para que los invitados pudiesen dejar mensajes, un photocall con complementos, kits de supervivencia… cosas que hoy están más vistas, pero en ese momento resultaban muy originales", cuentan. "Poner unas galletas con superpoderes para bailar pachanga toda la noche llamaba mucho la atención, era algo muy distinto”. Así, el enlace fue difundido y compartido en varios blogs (como Una boda original o Boda con encanto) dedicados a este tipo de eventos, ayudando a la promoción del nombre Mr. Wonderful.
Desde el comienzo, uno de los principales aciertos fueron los mensajes inspiracionales que lanzaban en su blog Muy molón y Facebook. Eran frases muy sencillas inundadas de optimismo y con un punto de humor que pronto se convertirían en su emblema y acabarían transformando un pequeño estudio de diseño gráfico “para eventos no aburridos”, lo que eran al principio, en una marca de productos físicos tan inconfundible que ha generado infinidad de copias. “Eran ideas que se nos ocurrían en nuestro día a día, cosas muy sencillas, como 'meter la gamba' y un dibujo de una gamba, pero que a la gente le hacían mucha gracia y compartía al momento. Más o menos el mensaje era cosa mía y Javi les daba la forma”, cuenta Angi.
El éxito viral de algunas de las imágenes les animó a lanzar en 2012 una tienda online en la que venderlas asociadas a productos: tazas, libretas… Los primeros meses los envíos los hacían ellos mismos, pero el éxito les obligó a contratar a gente para montar la distribución, el almacenaje, la logística… Pronto algunas tiendas, primero las especializadas en papelería y regalo, les contactaron para distribuir también sus productos.
En ese momento Mr. Wonderful pasó de ser un estudio de diseño gráfico a una marca propia que había trascendido lo digital para centrarse en sí misma como producto vendible y aplicable a mil objetos físicos. Luego llegaron grandes cadenas como Fnac y El Corte Inglés con quienes están a punto de abrir puestos de venta personalizados diseñados por ellos mismos. Hoy, su tienda online cuenta con unas 2500 referencias y reciben en torno a unos 500-600 pedidos al día, más lo que se vende en tiendas físicas.
“Internet lo ha sido todo”, reconocen Angi y Javi. “Te permite tener una respuesta automática de la gente y saber qué funciona mejor al momento”. Tienen claro que el producto tiene que ser bueno, pero que es primordial trabajar la comunidad y la comunicación por redes: “Podemos ponernos a vender en Francia, por ejemplo, pero no ha sido hasta tener una community manager francesa cuando de verdad hemos empezado a funcionar allí”. Al principio ellos tenían mayor presencia e interactuaban de forma directa con sus seguidores, pero cuando estos se multiplicaron hasta las cifras de ahora (casi un millón en Instagram y cerca de 600.000 en Facebook) decidieron "dar un paso atrás y que fuese Mr. Wonderful el que hablase”.
El espíritu que les hace tan reconocibles se plasmó en el libro Cosas no aburridas para ser la mar de feliz, de la editorial Lunwerg, traducido a varios idiomas; posteriormente sacaron también con Lunwerg Tu idea mola, una guía para emprendedores en la que buscaban animar a la gente que estuviese pensando en lanzar un proyecto: “Manuales para emprender con consejos prácticos hay mil, nosotros queríamos transmitir una idea, siempre con la premisa de ser realista y saber bien a qué te enfrentas”.
Libros, guías de viaje, una revista, infinidad de productos a la venta que van de velas a llaveros, carcasas de móviles o las exitosísimas tazas, una colaboración con Oysho que lleva ya tres temporadas, otras colaboraciones con marcas de cava o de preservativos, presencia masiva en Internet… resulta inevitable plantearse si no hay riesgo de saturación y de morir de éxito. “La cuestión es saber evolucionar, inventar y reinventarse. Si por miedo a que algo no funcione o que acabe por no funcionar no se hicieran las cosas, no existiría nada nuevo”, contesta Angi.
“No podemos evitar que pase de moda, pero todavía no ha ocurrido y no vamos a frenarnos por ello”, responde Javi. “Todas las marcas llevan un ciclo, pero si nos agotamos aquí tal vez la respuesta sea ir a otros países y otros mercados. Es verdad que ahora estamos en lo más bonito, que es crecer, pero estamos preparados para decrecer –que ojalá pase más tarde que pronto– e incluso para desaparecer o convertirnos en otra cosa. Lo que hemos aprendido estos años no nos lo quita nadie. Mientras tanto, decimos que no a muchas colaboraciones y trabajamos mucho por renovarnos, por tocar campos y productos que todavía no hemos explorado. También ha habido una evolución estética importante entre los primeros años y hoy, siempre intentando mantener intacta nuestra identidad”.
Identidad compuesta de optimismo, cotidianeidad y “buen rollo” es lo que desprenden algunas de sus frases más exitosas, como “que tus sueños sean más grandes que tus miedos”, “Haz lo que te dé la real gana, pero que te haga feliz” o “Hacen falta días malos para darte cuenta de lo bonitos que son el resto”. Identidad que a muchos encanta, pero para algunos resulta infantil, ridícula e irritante. Mr Wonderfuck es una cuenta paródica de Mr. Wonderful que funciona como su reverso tenebroso con lemas como “No molas tanto crees” o “Si estás alegre un lunes eres imbécil”.
“Algunas de sus frases me hacen gracia, y hasta pienso que también se me podían haber ocurrido a mí”, comenta Javi entre risas. “A mí no”, dice Angi, “es que yo no soy así”. “Nos dan más rabia las copias que las críticas, aunque tampoco tenemos tiempo para perseguir a los que se descargan nuestros dibujos, le borran nuestro nombre y lo ponen en una camiseta”.
Por muchas copias que haya, ellos se han convertido en la cabeza visible de una estética (banderolas, tipografías escritas a mano, tonos pastel) que han contribuido a hacer inmensamente popular. “Para nosotros es un orgullo haber creado una estética que gusta tanto a la gente. Si no hubiera gustado no hubiéramos podido crecer como lo hemos hecho”, resume Angi. Y los mensajes motivacionales que han unido a ella son tan reconocibles que ya hasta Wyoming hace chistes con el tema.
Grandioso, Wyoming hablando de una taza de Mr. Wonderful
Posted by Angela Cabal on miércoles, 21 de octubre de 2015
“Más que la estética yo creo que lo que tiene éxito es que es un producto muy emocional que no existía en el mercado”, explica Angi. “Siempre decimos que no vendemos objetos, vendemos sentimientos y mensajes plasmados en objetos”.
“Hay gente de todos los ámbitos que nos dice que le hemos ayudado a cambiar de vida, de trabajo… ¡Incluso a salir de una depresión! Recibimos cantidad de mensajes de agradecimiento, mails e incluso cartas a mano”, cuenta Angi. “Vendemos en países como Francia, Portugal, Alemania, Italia, Colombia, Perú…” enumera Javi. Todo un triunfo para un proyecto autofinanciado que no ha contado con grandes inversores detrás y que nació de una conversación entre una pareja en una tarde invernal de sofá y manta.