Mario pasa sus fines de semana buscando fosas junto a miembros de unas 400 familias. Son del grupo Los otros desaparecidos de Iguala, en Guerrero, uno de esos Estados "mágicos", según Mario, "porque es donde la gente desaparece". Ahora el mundo los conoce por la desaparición de los 43. Él busca a su hermano, y a muchos de sus compañeros les faltan 2, 3 o 4 desaparecidos a cada uno. Pero Los otros de Iguala no buscan solo sobre el terreno sino que, sumándose a cientos de familias en todo el país, se han lanzado a las redes para hacer "lo que los gobiernos no hacen", dice Mario.
Las familias y los activistas coinciden en que las autoridades no buscan o lo hacen tarde, empezando por el plazo de 72 horas que tardan en arrancar el proceso: tres días que pueden ser clave para la víctima. Es más, aseguran que, de entre las decenas de miles de desaparecidos (más de 24.000 a inicios de 2015, contabilizados oficialmente) muchos de los que aparecen tardan meses, a veces más de un año, en ser identificados. Esto no solo tortura a los familiares sino que, además, deja sin sustento a los hijos que, según la ley, tienen derecho a recibir ayuda estatal. Al final, lo que les queda es internet.
Mario y Los otros de Iguala han creado una página en Facebook, Tebuscaréhastaencontrarte Unidos Lo Lograremos. Por esta vía les llegan avisos anónimos. "Nos dicen, en ese cerro búscale y caminamos y caminamos hasta encontrarlos. Nos mandan mensajes y mapas de todo para ubicarnos donde puede haber algo", cuenta Mario en un mensaje a Verne.
Así, integran una red donde los perfiles, páginas, grupos y cuentas de Twitter y Facebook que divulgan casos de desaparecidos se multiplican. En ellas además se divulgan artículos, fotos y alertas, se dan ánimos y pésames y, a veces, también se celebran buenas noticias.
"Los tuiteros las ven"
"La difusión que hacemos ha llevado a encontrar a algunas chicas. Tuiteros las ven y avisan a los parientes", cuenta a Verne el fundador y vocero del colectivo La Alameda, que pide no ser identificado por seguridad. La Alameda cubre diferentes Estados y ciudades del país gracias a una red de colaboradores voluntarios. Ellos se encargan de apoyar y orientar a las familias sobre cómo denunciar o qué tipo de datos pueden divulgar en internet para no ser extorsionados.
"Esto es un colectivo formado por gente común y corriente: empleados, comerciantes, amas de casa. Muchas familias nos buscan para que difundamos las fichas de sus desaparecidos y nos alientan a seguir, así que en eso estamos", asegura su fundador, que alerta de que muchos grupos tratan de cobrar dinero a las familias.
También dice que empezó La Alameda "porque tenía ganas de apoyar a las familias, por mera solidaridad, así que parte de mi tiempo lo dedico diariamente a esta labor difusora. Así mismo operan los otros gestores de las cuentas. En sus ratos libres arman fichas, actualizamos listados, -los oficiales no los actualizan y quedan casos en el limbo-, avisamos cuando alguien aparece o cuando alguien fallece".
No es tarea fácil: los desaparecidos son tantos que están desbordados, y a pesar de que la red creció "no da para tuitear todos los casos". Pero aunque los administradores voluntarios no puedan dar abasto, las redes siguen vivas y las familias alimentan las cuentas tanto o más de lo que lo hacen ellos.
"Es parte de la dinámica de la redes, muchos nos dicen Oye, esa señora que estás difundiendo ya fue hallada hace un mes o Ese señor fue encontrado sin vida. Hay una interacción. De eso se trata esto porque está despojado del interés que mueve a algunas ONGs y del oficialismo ancestral y oxidado", explica el fundador del colectivo.
Esa dinámica también se hizo con el perfil de Facebook de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, una organización que nació del drama de los feminicidios de Ciudad Juárez y que hoy divulga casos del Estado de México y el resto del país. "En el blog no difundimos caso por caso, pero en la página la gente sí sube muchas alertas de desapariciones y luego avisan que fueron localizadas, se hace una red virtual", cuenta en una conversación telefónica Humberto Robles, dramaturgo y miembro de la organización. "Normalmente [la policía] no activa hasta las 72 horas. Ni siquiera se ponen a buscar. En ese tiempo puedes estar violada, desmembrada... Aquí la gente se avisa, se apoya, se da ánimos. Hacen todo lo que las autoridades y gobiernos no hacen".
"Tenemos casos de localizados con vida", cuentan por su parte los de La Alameda. "Nos han reportado casos en los que la difusión ayudó a que alguien los reconociera y denunciara, o que ellos regresaran a casa. Recuerdo a una niña que desapareció en Veracruz. Activaron la Alerta Amber, me contactó una organización que apoyaba a la familia y me dijo que gracias a la difusión una persona la había reconocido y había denunciado. Había sido robada para pedir en la calle... Cuando los localizan vivos es una alegría enorme y eso reconforta todo lo que vemos".
En cualquier caso, la difusión no solo sirve para buscar: Para ellos también "es un ejercicio de memoria histórica sobre lo que pasa en México, para que no sean desaparecidos del inconsciente social. Ponerles rostro, nombre y hablar por ellos".
"Adopta un desaparecido"
Muchos administradores quieren discreción y se niegan a hablar por seguridad, pero este no es el caso de Mario. Opera a cara descubierta, busca en las fosas y cuando encuentra llaman "para que levanten". Cuenta que ha salido "en muchas notas" y a su grupo lo han visitado periodistas de todo el mundo. No teme que mostremos su perfil en redes, dice que "no le afecta" porque ya está expuesto: "Ya estamos amenazados. Cualquier día nos matan por buscar a nuestros familiares y, pues ni modo".
También las fundadoras de Nuestras Hijas han luchado a cara descubierta. Aunque tuvieron que salir de Juárez por amenazas aún hoy presionan a las autoridades. Humberto tampoco se resigna y desde la red divulga incansable su causa feminista con la inestimable perspectiva de un hombre. No solo desde la red, pues creó la obra teatral Mujeres de Arena que recorre México y el mundo con licencia Copy Left. "A veces ni me avisan de que la van a montar, pero lo que importa es que cuenten la historia".
Y esta movilización en red puede hacer la diferencia, a juzgar por lo que proponen de La Alameda: "Acciones pequeñas pueden ayudar mucho. Bastaría que una persona adoptara a un desaparecido para ayudar a su familia a encontrarlo y a exigir su regreso. Aunque no somos de pontificar; la gente ve lo que hay, y cada quién decide si apoya o no, no puedes decirle a alguien que no sea indiferente".
Por su parte Mario quiere que las "horas extra" que le quedan sirvan para continuar luchando y en su Facebook se suceden testimonios de quebrar el corazón.
"Le digo a todo Mexico que no nos dejen solos. No somos gente mala, tan solo buscamos a nuestros familiares desaparecidos porque esto es un infierno. Gracias a los papás de los 43 se han desenterrado cientos y cientos de desaparecidos. Ojalá pronto regresen a su casa, nosotros los apoyamos en su lucha hasta encontrarlos".