Hasta hace unas semanas, Mike Posner era un cantante de Detroit de escaso éxito. Había editado un disco en 2010 sin apenas repercusión y, desde entonces, se había dedicado a escribir para otros músicos. En 2015 logró publicar un nuevo álbum, cuyo sencillo, I took a Pill in Ibiza (algo así como 'Me tomé una pirula en Ibiza'), es número uno en la codiciada lista de ventas británica y top 10 en el Billboard estadounidense.
En la letra de la canción, el autor hace un retrato pesimista sobre la soledad y la tristeza que rodea a la industria de la música y se centra en su fracaso profesional. Solo se hace referencia a la isla española en la primera frase y se refleja la experiencia con el éxtasis desde un punto de vista negativo.
Aun así, el Ayuntamiento de Ibiza parece determinado a luchar contra algunos tópicos sobre el lugar. El año pasado logró paralizar las grabaciones de Ibiza Shore (MTV) por considerar que iba a ofrecer "una imagen negativa de la isla" y también ha reaccionado ante la canción.
El director insular de Turismo de Ibiza, Vicent Torres, ha asegurado a la agencia AFP que ha invitado a Mike Posner a viajar hasta la isla, para que el cantante descubra otras facetas más allá de bares y discotecas."Tenemos mucho más que ofrecer además de la vida nocturna famosa en todo el mundo. Tenemos museos, playas, cultura, gastronomía y una gran oferta, pero lamentablemente se nos ha encasillado así", ha afirmado. Según datos del gobierno regional recogidos por AFP, algo más de 2,5 millones de personas visitaron Ibiza y su vecina Formentera el año pasado.
A juzgar por las palabras del propio Posner, su relación hasta ahora tanto con las drogas como con Ibiza ha sido casi nula. "Ya estaba borracho cuando tomé la pastilla. Había escrito una canción con Avicii esa semana en Suecia titulada Stay with you y él tenía que pinchar en Ibiza, así que me dije: 'Me voy contigo', porque yo ya estaba en Europa. No tengo un trabajo típico de 9 a 5 de la tarde y podía irme a Ibiza, ¿no? No había estado nunca, así que fui", explica el estadounidense en su propio perfil de la web musical Genius.
Y añade: "Estábamos en su sesión y yo estaba bebiendo. (Ya no bebo, pero en ese momento no estaba actuando y no tenía mayor responsabilidad que pasármelo bien, así que empecé a beber chupitos de vodka y probablemente algo de whisky. (...) Casi nadie me conocía, pero un tipo sí lo hizo. Me dijo: '¿Eres Mike Posner?' y se emocionó mucho. Llevaba una bolsa con pastillas en la mano y me dijo si quería una. Y la versión borracha de Mike Posner dijo: '¡Pues claro!'. Tomé una, lo que no había hecho nunca antes, y me sentí genial. Con la bajona de después, me sentí diez años más viejo...".
BBC Radio 1, la cadena de radio musical del ente público británico, sí analizó la letra de la canción antes de emitirla. "El tema comienza con el cantante tomando éxtasis, pero la letra deja claro que tuvo una experiencia negativa. No creemos que glorifique el consumo de drogas. Es una canción polémica, pero confiamos en que nuestra audiencia reconozca que no defiende las drogas", ha explicado una representante de la cadena a la prensa británica.
Por eso mismo, tras pedir a los locutores que acortaran el título y se refirieran a ella solo como In Ibiza, decidieron incluirla en su A-list, la selección semanal de canciones que se radian más a menudo a lo largo del día. Es muy complicado alcanzar el número uno en ventas en Reino Unido si no se aparece en esta influyente lista. En la actualidad, el tema de Posner sigue perteneciendo a esta categoría, con su nombre censurado, como se puede ver en este enlace.
El cantante opinaba en la plataforma Medium, antes de que la grabación se convirtiera en un éxito, la poca atención que se prestaba a la letra de su tema: "El oyente medio (incluido yo mismo) no se fija en la letra a la primera escucha. Solo si le atrae la atmósfera general de la canción como para escucharla una segunda o tercera vez quizá pueda empezar a entender lo que se está cantando".
El vídeo musical de I took a pill in Ibiza, rodado en blanco y negro, se inspira en el clásico de Bob Dylan Don't look back. En cambio, el vídeo rodado para promocionar el remix del tema el que sí incluye escenas explícitas relacionadas con las drogas y que ha alcanzado hasta el momento los 61 millones de reproducciones en YouTube.