El pasado 28 de marzo Jéssica Balbino, una periodista y profesora brasileña, abandonó como cada mañana su casa para dirigirse al trabajo. Al salir, se encontró una pintada en el muro exterior que decía Jessica gorda. Lejos de avergonzarse Balbino tomó una foto y horas después la publicó en su perfil de Facebook junto a un mensaje inspirador:
"Creo que les faltó poner 'linda' al inicio, pero me alegra que cuenten algo que soy. Si la intención era ofenderme no lo consiguieron porque me representa. Estaría enfadada si me hubieran dicho que soy tonta, una delincuente o algo por el estilo. Gorda es exactamente lo que soy". Sus palabras, en las que etiquetó a varios conocidos, han sido secundadas desde entonces por más de 200.000 personas.
"Es la primera vez que me ocurre algo así", explica Balbino a Verne en un correo electrónico, "nunca había recibido una ofensa de este tipo, física y tangible, en la pared de mi casa. Aunque sí he sido objeto de ataques virtuales en Internet". En un primer momento Balbino se sorprendió por lo que vio - "puede considerarse un acto vandálico"- , pero se lo tomó bien. "Me di cuenta de que quien había pintado la pared quería realmente hacerme daño, pero como no era capaz tuvo que esconderse detrás de un muro y recurrir al espray".
Tras comentar los hechos con algunos amigos fue cuando se animó a contarlo en Facebook "solo para recordarme a mí misma que estar gordo no es un defecto, pero me sorprendió lo rápido que se extendió por las redes sociales y cómo había llegado incluso a otros países".
Como comunicadora Balbino agradece la oportunidad que la repercusión del post le ha brindado para abordar el tema de la gordofobia en un contexto internacional: "Creo que es fundamental que cambiemos los términos que utilizamos", explica, "no podemos permitir que la palabra gordo sea considerada un insulto y, en cambio, delgado sea un halago. Son adjetivos que definen una forma física, pero no la personalidad".
En esa lucha contra los prejuicios estéticos Balbino cree que Internet debe desempeñar un papel fundamental: "De hecho, siempre que tengo ocasión lo utilizo para defender a las mujeres y luchar contra el desprecio que sufrimos las personas gordas. Y lo seguiré haciendo".
La periodista se siente también agradecida por todos los mensajes de apoyo que ha recibido, pero lo que le causa más emoción es saber que ha podido ayudar a otros: "En los comentarios muchos me daban las gracias por haberles inspirado. Gente que se sentía mal con sus cuerpos y que tras mis palabras habían conseguido verlo de otra manera. Ha sido muy gratificante". Y por eso no se plantea borrar la pintada. "Llenemos el muro de color, de nuevas formas, algo que cobre sentido más allá de un mero intento de ofensa".