Las tortillas mexicanas pueden hacerse a mano, en una prensa circular o en una máquina industrial como las de las tortillerías o los supermercados. Una empresa suiza quiere agregar un nuevo método a la lista. Una cápsula de plástico que contiene una bola de masa se introduce en una máquina. Ésta la aplana y la cocina en uno o dos minutos. Eso es lo que promete Flatev en su video promocional del producto del mismo nombre.
Este aparato se le ocurrió al mexicano Carlos Ruiz en 2010 mientras estudiaba Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de Zurich. “Viviendo en Europa me di cuenta que la calidad de la tortilla mexicana no era buena y hacerlas en casa es un trabajo laborioso y no queda de la calidad que uno desea”, comenta a Verne el ahora director de Flatev vía telefónica. “Me encanta probar la comida de otros países, pero cuando vives mucho tiempo fuera de México comienzas a extrañar los tacos y las tortillas bien hechas”.
Su máquina Nespresso (cafetera a base de cápsulas) lo inspiró a crear una máquina similar para hacer tortillas. Comenzó a estudiar los mecanismos y la tecnología de este tipo de aparatos. Más tarde se asoció con el entonces estudiante de ingeniería Jonas Müller, con quien creó un prototipo en 2011. Su propuesta ganó un premio de 130.000 dólares en el concurso de emprendedores en Suiza Venture Kick con el que pudieron mejorar el modelo y arrancar su empresa a principios de 2012.
Desde entonces, la compañía ha presentado Flatev en eventos de tecnología e innovación como la Semana del Emprendedor en la Ciudad de México en 2015 y TechCrunch Disrupt en Nueva York en 2016. En esos eventos, Ruiz y su equipo ofrecieron muestras de sus tortillas y a juzgar por los videos en su canal de Youtube, recibieron buenas críticas. También han obtenido reseñas positivas en la web Gizmodo, la revista Fast Company y del chef mexicano Eduardo Wichtendahl, del restaurante Mar del Zur en la Ciudad de México, según muestra uno de los videos de la startup.
No todas las reacciones ante Flatev han sido halagadoras. En la sección de comentarios de sus videos en Youtube, de algunas reseñas y en un foro en reddit, hay mensajes que califican al aparato como ridículo, innecesario o algo que jamás tendrá éxito en México por el fácil acceso a las tortillas en este país. Al respecto, Ruiz comenta: “La mayoría de las tortillas que se venden en México tienen ingredientes de muy baja calidad y en muy pocos lugares las encuentras orgánicas, también se rompen fácilmente o se les tiene que echar aceite para ablandarlas”.
El empresario asegura que su invención no pretender ser un reemplazo de la tortilla artesanal de calidad. “Qué más quisiera yo comer las tortillas de mi abuelita o mi mamá, pero como alguien que vive en el extranjero, eso no es posible”, comenta. “También he notado que la mayoría de los comentarios son de hombres que están acostumbrados a que sus madres o esposas les hagan de comer ¿Por qué las mujeres son las únicas que deben cocinar? Si ellos hicieran las tortillas se darían cuenta que no es tan fácil como parece”.
Sin embargo, Flatev no es accesible para todos los consumidores. Con un costo de lanzamiento de 399 dólares (7.200 pesos), el producto está enfocado a un nicho de alto poder adquisitivo. “Es la gente que aprecia la comida saludable, orgánica y sin transgénicos y que puede pagar ellos. También hay creciente mercado de tortillas y tacos gourmet en Estados Unidos, de precios que van entre 8 y 15 dólares por taco”, comenta Ruiz. El costo promedio de una tortilla hecha con Flatev será de 79 centavos de dólar o 14 pesos, 3 pesos más caro que el precio del kilo de tortilla en la Ciudad de México. La compañía dice que prevé bajar sus precios conforme crezcan sus operaciones.
Flatev será lanzado al mercado hasta el verano de 2017 en Estados Unidos. Mientras tanto, la compañía seguirá haciendo sesiones de degustación en ese país, así como en México y harán pruebas con alrededor de 700 clientes piloto que apoyaron su proyecto en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, en la que pretendían recaudar 50.000 dólares y ya van por más de 138.000. “Es importante llevarlo al mayor número de lugares posible para que la gente pruebe las tortillas y note la diferencia entre el sabor y calidad de las que ya consume”, dice Ruiz. “Es muy difícil convencerlos solo con videos”.