La Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) ha tenido que lidiar con un problema desde el Mundial de Brasil en 2014: su afición. Desde entonces, la FIFA le ha advertido que recibirá sanciones cada vez que los fanáticos de la selección nacional griten puto en los estadios. A pesar de estas llamadas de atención, los aficionados siguen coreando la palabra cuando los porteros de los equipos contrarios hacen un despeje. Algunos de ellos han defendido el uso del término en redes sociales y argumentan, a través de una imagen, que tiene muchos significados en el vernáculo mexicano.
Los diccionarios de la Real Academia Española y de Modismos Mexicanos también le atribuyen varios significados, como un sinónimo de cobarde, o de pinche para describir algo despreciable. Sin embargo, todos derivan de su significado original: un término peyorativo para referirse a un hombre homosexual o que tiene sexo con otros hombres.
Luis Guzmán, vicepresidente de Codise, organización LGBT en Jalisco, asegura que ese el sentido que tiene cuando los aficionados gritan la palabra en los estadios. “Siempre se ha utilizado para ofender a los hombres y este caso no es la excepción”, comenta a Verne vía telefónica. “Los que lo gritan le están diciendo al portero cobarde y débil, que es algo que se asocia con ser homosexual. Se entiende como lo peor que le podría pasar a un hombre: atribuirle lo que ellos creen son características de una mujer”.
No existe un registro de cuándo se utilizó esta expresión por primera vez de forma colectiva en un partido de fútbol. Según un artículo del diario Milenio, la frase se originó entre la afición de la Chivas del Guadalajara y se utilizó por primera vez en un evento internacional durante las Olimpiadas de Atenas en 2004. Fue hasta el mundial de Brasil que la FIFA tomó cartas en el asunto, explica René Tovar, editor general de ESPN.com.mx. “El grito llamó la atención de muchos periodistas durante los partidos y nos preguntaron el significado, desde entonces se internacionalizó y se hizo más evidente”, explica vía telefónica.
La FIFA no impuso multas por el uso de la palabra hasta 2016, no solo a México, sino a Argentina, Perú y Uruguay por que sus aficiones la gritaron durante los partidos para calificar en el Mundial del 2018. “La intención del grito es incomodar al portero, se hace en plan de juego: un juego dentro del juego”, dice Tovar. “No creo que la intención sea ofender a alguien, pero entiendo que la tradición contiene una carga machista que ha prevalecido en el futbol y entiendo por qué hay esfuerzos para evitar que se utilice”.
Durante el Mundial de 2014, el grupo Molotov se unió a la defensa del uso de la palabra a través de un mensaje en su cuenta de Facebook. La publicación hace referencia a la canción Puto que lanzaron en 1997. Desde entonces, la banda ha dicho en varias ocasiones que en el contexto de su canción, puto no es una palabra homofóbica, sino un término para insultar a políticos cobardes y faltos de integridad.
A pesar de sus explicaciones, la organización GLAAD, una de las más influyentes sobre los derechos de la comunidad gay en Estados Unidos, le solicitó retirar la canción de su repertorio durante su gira en ese país en 2013. Molotov sí cantó el tema, pero omitió la palabra ‘maricón’ en su interpretación, a petición de esta organización.
El show South Park tuvo un conflicto similar con GLAAD por su episodio The F Word (la palabra que comienza con f) transmitido en Estados Unidos en 2009. En el capítulo, los niños protagonistas le explican a los adultos que ellos utilizan la palabra fag (maricón) para referirse a alguien insoportable y petulante. En un comunicado, GLAAD comentó que aunque la intención de South Park era loable, fag continúa siendo una palabra utilizada casi siempre para insultar a los homosexuales. Comedy Central, productora del show, respondió en un boletín que no pediría disculpas por el episodio, pues su intención era invitar a la reflexión sobre los usos de los términos peyorativos.
¿Sirve de algo prohibir la palabra?
En 2013, la Suprema Corte de Justicia mexicana determinó que puto era una palabra homofóbica y por lo tanto de carácter discriminatorio. La decisión fue celebrada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el cual también se ha pronunciado en contra del uso de la palabra. Esto quiere decir que una si alguien recibe este insulto puede denunciarlo en ambas instancias.
Las sanciones no lograrán que la gente deje de decir la palabra, al menos en el contexto del futbol, opina Samuel Martínez, profesor de Comunicación en la Universidad Iberoamericana. “El uso de la palabra puto en el estadio es una forma de echar desmadre, es un grito para desafiar a la autoridad. No hay que olvidar que muchos mexicanos sufren pobreza y desigualdad y están hartos de las autoridades responsables de esto. Si la FIFA, que representa una autoridad, impone multas por gritar la palabra, la gente lo seguirá haciendo para desafiarla”.
El también investigador de la cultura del futbol mexicano añade: “No se puede controlar el uso de lenguaje, para lograr un cambio se debe trabajar en la educación y eso va más allá de una palabra que pueda decir un grupo de gente que va a un estadio de futbol. No es un asunto de moral y de malas palabras, es un problema más amplio y complejo del que todos somos responsables y no una federación de futbol”.
En un esfuerzo por evitar que los mexicanos usen la palabra, la Femexfut ha lanzado dos campañas para promover el respeto a la diversidad entre la afición: Abrazados por el futbol y Ya Párale. “El problema con esta campañas es que nunca se menciona la palabra que están tratando de erradicar”, comenta Ricardo Baruch, activista e investigador sobre temas de diversidad sexual. “De alguna forma estas campañas siguen invisibilizando el problema de la homofobia en el futbol y por lo tanto no creo que tenga mayores repercusiones”.
Genaro Lozano, politólogo y columnista, comenta que algo positivo ha surgido a partir de esta controversia: “Es algo de lo que he hablado desde 2008 y pocos querían unirse al debate”, dice via telefónica. “Me da gusto que la FIFA por fin le está dando la seriedad que merece y se está convirtiendo en un tema internacional. Espero que con el tiempo la gente se vaya dando cuenta que el sentido que le dan a la palabra en los estadios no concuerda con la realidad. El caso de Orlando es un ejemplo de como para ser gay es necesario ser muy valiente”.