Durante un acto de campaña celebrado este domingo en Orlando, el público dio la espalda a Hillary Clinton. No se trataba de un gesto de rechazo, ni mucho menos: solo estaban sacando selfis con sus móviles.
La foto es de Barbara Kinney, una fotógrafa de la campaña de la demócrata. La ha publicado en Twitter Victor Ng, que también trabaja con la candidata. La imagen ha superado los 15.000 reuits en menos de un día.
Es una fotografía llamativa, pero no es la primera vez que pasa algo similar, si bien es cierto que acostumbraba a ocurrir en contextos, digamos, más juveniles. Por ejemplo, le pasó a Kanye West en un local de comida rápida antes de los Brit Awards de 2015. Se presentó por sorpresa en el restaurante y acabó subido a la barra para que todo el mundo pudiera hacerle fotos, también de espaldas.
En 2014 vimos otro ejemplo durante el Vidcon, una convención de youtubers celebrada en Estados Unidos. Los fans esperaban en línea con sus móviles preparados para hacerse un selfie con el youtuber Sam Pepper, que iba posando al lado de cada uno de ellos. Sus seguidores ni se giraban: sabían que en cuanto apareciera su rostro en pantalla tenían que sonreír y apretar el botón del móvil.
Los selfis ya son comunes en las campañas políticas, también en España. Pero es cierto que en la mayoría de los casos era el candidato quien se daba la vuelta para hacerse la foto con el público. En este caso ha sido al revés: todo el mundo se ha hecho esta foto al mismo tiempo. De hecho, alguno apuntaba que quizás a sugerencia de la propia Clinton.
La candidata explicaba ya en 2015 durante una entrevista concedida al Daily Times Herald que en campaña dedica mucho tiempo a la gente que quiere, sobre todo, una foto con ella y que, por culpa de esta tendencia, no puede dedicar tanto tiempo a charlar con sus votantes como le gustaría. “Pero para la gente joven -añadía- esto es tan importante como cualquier otra cosa que puedan pedirme. Así que digo: ‘De acuerdo, hagámoslo’”.
Barack Obama no se mostraba tan comprensivo como Clinton. El presidente comentaba en febrero que “si hubiéramos tenido smartphones cuando fui candidato por primera vez, no sé si me habría presentado. Como la gente tiene sus móviles, ya nadie quiere darme la mano”. En 2014 la Casa Blanca incluso se planteó prohibir los selfis con el presidente después de que un jugador de los Boston Red Sox se hiciera uno con él sin avisarle de que se trataba de una campaña para Samsung.
Volviendo a la foto de Clinton, las respuestas han ido desde la resignación a las opiniones apocalípticas.
Un giro narcisista de la vida pública. La multitud da la espalda a Hillary Clinton y la foto captura la era del selfie.
La cultura del selfi en una imagen.
Noticia de última hora: los selfis son una parte importante de cómo consumimos cultura en la actualidad y no son inherentemente peores que otra producción mediática.
En realidad, no tiene nada de raro querer sacarse una foto con la posible presidenta de Estados Unidos. La tecnología simplemente nos hace más fácil esta posibilidad. Es un recuerdo de un momento histórico en el que hemos participado, aunque sea de forma modesta y aunque no volvamos a mirar esa foto jamás.
De todas formas, es cierto que ponerse de espaldas en ocasiones es peligroso. Que se lo digan a los ciclistas del Tor de Francia: algunos aficionados llevan provocando caídas desde 2014 por culpa de su manía de hacerse fotos mientras pasan.