“Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better”. “Lo intentaste. Fracasaste. Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor”. Es posible que hayas leído antes estas seis frases: forman uno de los mantras más repetidos de los emprendedores. Sus fans aseguran que les recuerda que el fracaso no es más que un aprendizaje imprescindible en el camino al éxito.
Pero en realidad esto no tiene mucho que ver con la intención original del texto.
El fragmento está arrancado de Rumbo a peor, un texto de Samuel Beckett publicado en 1983, seis años antes de su muerte y 14 después de haber ganado el premio Nobel de Literatura. “Nadie está de acuerdo en una interpretación única de sus textos tardíos", explica a Verne María Jesús López, profesora de Filología Inglesa de la Universidad de Córdoba. No es extraño: son textos complejos, muy minimalistas y llenos de ideas contradictorias. Pero López sí subraya que “este vitalismo y optimismo que se le quiere dar no tiene nada que ver con Beckett”.
Rumbo a peor “parte de la inevitabilidad del fracaso”, añade la filóloga. Según Beckett, tras esos fracasos no nos espera un éxito que culminará con una ronda de financiación y la salida a bolsa de nuestra start-up. Solo hay más fracaso. "Hay resistencia dentro de ese vacío, de ese pesimismo existencial”, matiza. Una resistencia que lleva a “continuar a pesar de todo”. Y recuerda en este sentido la frase final de su trilogía: “Debes seguir, no puedo seguir, seguiré”.
Aun así, las frases han sido recitadas por empresarios como Elon Musk y Richard Branson, quien incluso ha asegurado que las podría haber escrito él mismo, como recordaba este artículo de Slate.
Y no quedan solo en el mundo empresarial: hay tuits que usan las últimas dos palabras, #fracasamejor, como etiqueta y por lo general sin ironía, tanto en inglés como en español. Este lema se ha llevado a diseños pretendidamente inspiracionales de camisetas, tazas, fundas de móviles e incluso tatuajes. Aunque también a chistes, claro.
Como apunta el escritor Ned Beauman en The New Inquiry, es posible que a Beckett esto le pareciera gracioso. El pesimismo, derrotado por lo banal, se convierte “en un reconfortante imán de nevera”, lo cual a su vez le da la razón al pesimista. Además, en Beckett hay mucho humor, sobre todo en sus primeros textos, como recuerda López. Un humor negro y que le sirve para añadir distancia e ironía.
En definitiva, no deja de ser extraño ver cómo este fragmento se usa en contextos tan alejados de su intención original. Tanto que hemos pensado en proponer otras frases del escritor, también llamativas por su pesimimo, como lemas inspiracionales. Incluimos otro fragmento que viene pocos párrafos después en el mismo Rumbo a peor y que nos anima, precisamente, a fracasar peor. Aún peor. De ese no se acuerda nadie.