Los mexicanos tenemos nuestra propia versión del Black Friday de Estados Unidos: el Buen Fin. Este evento patrocinado por el Gobierno mexicano busca incentivar y aumentar el consumo en el país a través de ofertas y oportunidades de pagos a plazo. La emoción de ver estas promociones nos puede hacer caer en errores que pagaremos muy caro a la larga (literalmente). Identificamos los más comunes para que los evites este finde.
1. Creer que en el Buen Fin se ahorra. Para Alberto Tovar, profesor de finanzas del Tecnológico de Monterrey, ahorrar es poner tu dinero en un instrumento financiero y obtener un rendimiento. “Comprar barato no es ahorrar”, señala. De acuerdo con el profesor, "pensar así lleva al consumismo, lo que provoca que en lugar de ahorrar se gaste más".
Recomendación. Si lo que quieres es ahorrar, compra los productos o servicios que ya pensabas adquirir y que este fin de semana se encuentran a menor precio. El dinero que no uses destínalo al banco o a un instrumento financiero que te produzca rendimientos.
2. Aventurarse a comprar sin comparar precios. Los escépticos del Buen Fin creen que muchas de las rebajas que se ofrecen no son tan jugosas como parecen y puede ser que no estén tan equivocados. “Por ejemplo, en el caso de los productos electrónicos que es lo que más se vende esos días, solo un 50% bajan de precio. De esos, el descuento es de máximo 16%”, comenta Raymundo Campos, investigador del Colegio de México, quien ha realizado diversos estudios los días del Buen Fin. Muchas veces, tan solo por ver la etiqueta de rebaja o por temor a que un producto se agote, terminamos comprándolo en la primera tienda que se nos cruza en el camino. Treinta minutos después pasamos por un aparador de otra tienda y vemos que ahí el producto está mucho más barato.
Recomendación. Resultaría complicado visitar todos los establecimientos cada semana para mantenernos al tanto de los precios, pero no es necesario. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) lo hace por nosotros. A través de su portal, podemos comparar los precios de determinados productos en distintos establecimientos. Calvillo indica: “En una era en la que la información está en nuestro celular, podemos revisar los precios de algo en varios lugares en solo unos minutos. No es necesario comprar todo en un mismo sitio".
3. Comprar cosas que te durarán un año o menos. Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El poder del consumidor, explica a Verne que esto representa un efecto muy negativo en la economía. “Vivimos en un país con problemas económicos en donde hay muy bajos ingresos y a veces ves que la gente compra varios pares de zapatos a 12 meses ¿es esto necesario?”. En 2015, los artículos más comercializados fueron ropa y calzado (27%) y productos electrónicos (21%), según una encuesta de la consultora Nielsen.
Recomendación. Se debe evaluar qué productos se necesitan, cuáles serán sus beneficios, cómo se van a pagar y de qué manera afectarán las finanzas.“Cambiar el refrigerador porque el que se tiene consume demasiada energía o ya no sirve es algo necesario. Una pantalla para el cuarto de los niños no lo es”, dice Calvillo.
4. Dejarse llevar por las marcas. En México solemos casarnos -niños y adultos- con una sola marca, cuando hay un sinfín de opciones que ni siquiera hemos explorado. "A veces terminamos pagando más por un producto de muy baja calidad solo porque es de determinada marca. Hay que tratar de consumir inteligentemente", dice Calvillo.
Recomendación. Visita las tiendas y evalúa los productos de distintas firmas. "Es una excelente práctica", comenta el representante de El poder del consumidor. “También hay que intentar comprar productos nacionales, pues a veces son más baratos y la calidad es también muy buena. Hay que comparar marcas".
5. Pensar que nada grave podría pasar en seis o 12 meses. Una de las ventajas del Buen Fin, más que las rebajas, son las oportunidades de financiamiento, explica Tovar, del Tec de Monterrey. Sin embargo, debido a la cantidad de información de ofertas y promociones que recibimos estos días, pocas veces planeamos cómo vamos a pagar y eso puede tener graves consecuencias. Campos, del Colmex, explica: “Si no estructuras un plan de pago, después puede salirte más caro. Si en seis meses no tienes flujo para pagar tu refrigerador porque te quedaste sin trabajo, vas a acumular intereses”.
Recomendación. Lo ideal siempre es pagar de contado para evitar sorpresas. Si no es posible, intenta escoger el esquema de pago más corto (4 o 6 meses). Si vas a realizar varias compras bajo ese tipo de financiamiento súmalas y calcula cuánto vas a pagar en total durante el periodo de tiempo que hayas elegido. Evalúa si eso será posible. “A veces la suma de todos los artículos que tomaste a pagos se convierte en un mayor pago en tarjetas. Esto pasa cuando después de pagar lo que debes no tienes para pagar otros gastos fijos, como por ejemplo la despensa”.
6. Firmar sin leer los acuerdos de financiamiento. Este punto es importante cuando adquirimos productos en una modalidad de pagos a meses sin intereses. Jorge Aguirre, representante legal de la Asociación del Consumidor Mexicano, indica que la mayoría de las veces las tiendas no los entregan. Esto complica las cosas cuando el consumidor busca entablar una demanda en contra del vendedor por alguna falla del producto o cuando hay un malentendido en la modalidad de pago. “En ocasiones las supuestas ofertas o financiamientos se plantean de una forma y a la hora de pagar son otra”, dice. “Hay personas que se nos acercan para denunciar el cobro de intereses excesivos, pero llegan los tickets y esos no sirven para realizar una queja formal”.
Recomendación. Si vas a comprar algo a plazos, pide tu acuerdo o contrato en el que se establezcan los términos de la compra, tus tickets y tu garantía. También revisa que no haya una cláusula de arbitraje. Esto excluye cualquier acción de la Profeco o de asociaciones como la de Aguirre para protegerte como consumidor.
7. Superar la capacidad de pago. Cuando llegamos a las tiendas, al ver tantas ofertas y facilidades de pago, las cosas suelen irse de las manos. Usamos el efectivo que traemos en la cartera y encima llevamos la tarjeta de crédito al límite. Esto sin pensar en cómo y cuándo lo tenemos que pagar.
Recomendación. Es importante tener un presupuesto fijo de lo que se va a gastar en estas fechas y si se va a comprar a plazos más. “Cuando tienes un esquema de pagos a meses, debes saber cuál será el costo anual total, para que consideres si puedes o no pagarlo”, explica Calvillo. “Lo ideal es que lo que estemos pagando en esos meses no represente más del 15% o el 20% de nuestros ingresos.