El pasado 3 de noviembre, el documentalista Michael Moore compartió en Facebook una lista de acciones para aquellos estadounidenses inconformes con la victoria de Trump en la elección presidencial. En México también hay quien anima a protestar por las consecuencias que podría significar para México. Una serie de mensajes en cadena que se comparten en WhatsApp y redes sociales invitan a los usuarios a pegarle a Estados Unidos en donde más le duele: la economía. ¿Cómo? Dejando de comprar productos provenientes de ese país y consumir solo lo hecho en México.
“Esto refleja el grado de enojo que provocó la campaña de Trump”, comenta a Verne José Luis de la Cruz, economista y director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico. “Su retórica creó una especie de frente a frente entre México y Estados Unidos y la respuesta de estos mexicanos es el daño económico, donde consideran que pueden afectar al país”, añade.
Los consumidores mexicanos están eligiendo cada vez más productos nacionales, pero no lo hacen como acto de protesta. Según un reporte de Expansión, esta tendencia se debe al alza del dólar, que llegó al pico de los 20 pesos en septiembre y rebasó esta cifra tras el triunfo de Trump. "Los bienes de Estados Unidos o del mundo se están encareciendo frente a los de nosotros y los consumidores hacen un efecto de sustitución", dijo Dolores Ramón, analista del banco Ve por Más, a la revista de negocios Expansión.
Pero evitar comprar productos importados de Estados Unidos por completo no es tarea fácil. Un poco más de la mitad de las importaciones en México provienen de este país (51%) y el resto se reparte entre China (15%), Japón (5%) y otros países de Asia, Europa y América Latina (30 %), según datos del INEGI. Los principales productos que México compra de Estados Unidos son: refinado de petróleo (gasolina), maquinaria, plásticos y bienes agrícolas como trigo y maíz, según datos del Observatorios de la Complejidad Económica de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
“Tenemos un alto grado de dependencia económica con Estados Unidos, esa es una realidad”, dice De la Cruz. “Desde hace muchos años, el país se volcó en el producto extranjero y eso genera un problema al no tener en nuestras manos el destino de nuestro país”. Pero esto no quiere decir que la relación comercial con el vecino del norte es negativa, aclara. "Hay cierto tipo de interacción que sí es positiva, existen vínculos que benefician a ambos países. La iniciativa debería ser buscar maneras de reconstruir una relación que sufrió daños por el proceso electoral".
Miguel Herrera, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, le ve un lado bueno a estas iniciativas en redes. “La coyuntura nos presenta una gran oportunidad y es muy gratificante ver cómo este tipo de mensajes nacen de manera natural de los ciudadanos, la gente se está despertando. Consumir lo nuestro nos favorece a todos”, dijo en una entrevista con La Jornada.
De la Cruz concuerda en que elegir productos mexicanos es benéfico para la economía personal y nacional. “Es bueno que exista un interés por buscar y apreciar lo que está hecho en México, pero la iniciativa debe ser parte de un proceso que permite elevar la calidad de estos productos, que estos sean elegidos por su calidad y no por un acto de protesta política”, comenta el economista. “Al final, llamar a boicotear productos de Estados Unidos es una respuesta agresiva a una campaña agresiva y no debemos seguir con esta espiral de reacciones violentas”.
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