Ocurrió en 1972, Maria Schneider lo denunció abiertamente en 2007 y Bernardo Bertolucci lo confirmó en 2013. A pesar de todo, ha sido en 2016 cuando el trato recibido a la actriz durante la famosa escena de violación de El último tango en París ha generado una enorme polémica en Hollywood y en el resto del mundo. La industria cinematográfica estadounidense ha expresado en Twitter su repulsa por el comportamiento del director de la cinta y de su protagonista masculino, Marlon Brando.
Ambos pactaron no consensuar con Schneider los límites a los que llegaría la escena, que incluye una sodomización simulada, para que la reacción de la joven de 19 años resultara lo más veraz posible. Fue en buena parte ese realismo sexual el que generó que cientos de españoles cruzaran en su momento la frontera con Francia para ser espectadores en Perpignan de una cinta que no escapaba a la censura franquista.
Como cuenta S Moda, el portal en español El mundo de Alycia recuperó la semana pasada el vídeo de 2013 con motivo del Día Internacional contra la violencia de género. Bertolucci, director de Novecento (1976), Belleza robada (1996) y Soñadores (2003), admitía entonces el engaño a su actriz.
El cineasta ya ha reaccionado a la polémica: "Es un asunto ridículo. Todo estaba escrito en el guion menos el asunto de la mantequilla. La violencia ya estaba ahí", dice ahora. En sus declaraciones grabadas de 2013 aseguraba: "Quería que Maria sintiera, no actuara, la rabia y humillación".
Una de las primeras reacciones de repulsa sobre la escena simulada llegó por parte de un hombre, el actor Chris Evans. La cantante y actriz Anna Kendrick estableció este fin de semana un diálogo con él lamentando que el asunto no se tomara en serio hasta ahora.
"Nunca más veré esta película ni a Bertolucci ni a Brando del mismo modo. Va más allá de lo asqueroso. Siento rabia"
"Ella lo aseguró hace años. La gente solía poner los ojos en blanco cuando yo sacaba el tema (me refiero a los tíos)"
"No tenía idea hasta ahora. Hubiera sentido la misma rabia. Deberían haber ido a la cárcel"
"No lo dudo. No se trataba como un asunto relevante. Me alegro de que al menos ahora se tome en serio"
Jessica Chastain también mostró su rechazo con un comentario que contestó la protagonista de la serie West World (HBO), Evan Rachel Wood.
"A todos los que aman esta película: Estáis viendo a una niña de 19 años siendo violada por un hombre de 48. El director planeó ese ataque. Me enferma".
"Lo secundo. Es descorazonador e indignante. Ambos son gente enferma si piensan que estaba bien"
Rachel Wood admitió hace unos días a Rolling Stone haber sufrido agresiones sexuales en su juventud, para poco después publicar una carta a través de Twitter en la que ampliaba su testimonio.
Ava DuVernay, directora de Selma (2013), aseguraba sobre la polémica de El último tango en París: "Inexcusable. Como directora apenas puedo sondearlo; como directora, estoy horrorizada, disgustada y llena de rabia".
¿Por qué la polémica no llegó antes?
Cuando Maria Schneider murió en 2011, casi todos los obituarios que se dedicaron a su figura recordaron las palabras que había pronunciado unos años antes en su entrevista para el Daily Mail. En ella hablaba de cómo se sintió violada y de las consecuencias psicológicas que arrastró desde entonces. Su testimonio, por tanto, no había pasado desapercibido; sencillamente no había generado un sentimiento de repulsa como lo ha hecho ahora.
El texto de The New York Times recuperaba unas palabras de Bertolucci en las que justificaba la elección de la actriz para el papel definiéndola como "una Lolita, pero más perversa". En sus declaraciones de 2013, el director admitía que Brando y él mismo jugaron con el desconocimiento e inocencia de Schneider para obtener un mejor resultado ante la cámara.
Hace menos de diez días repasábamos en Verne algunos conceptos relacionados con la cultura de la violación: la normalización del impulso agresor, la impunidad y culpabilización de la víctima y la necesidad de grabar la agresión estaban entre ellas. Todas parecen cumplirse en este caso, aunque no hubiera penetración real.
The Washington Post se pregunta por qué este asunto no ha generado polémica hasta ahora. El caso de Bill Cosby, acusado de haber violado a decenas de mujeres durante décadas, es para el diario un ejemplo del cambio reciente que se ha experimentado en Hollywood a la hora de afrontar el acoso sexual. Las denuncias se conocían desde años antes, pero no fue hasta 2014 cuando se convirtió en noticia y en asunto de debate, recuerda el periódico. Antes de este asunto, casos como el de Bertolucci, Brando y Schneider no generaban tal controversia.
A finales de octubre, Tippi Hedren era quien denunciaba con más fuerza que nunca el trato que había recibido por parte de Alfred Hitchcock en el rodaje de Los pájaros. Rememoraba una situación similar a la vivida por Schneider, cuando el director no le previno de que los ataques de las aves serían más reales de lo que podía esperar. Aunque todo el mundo ha comentado la complicada relación entre ambos, ha sido la actriz la que ha tenido que pronunciar el término acoso sexual.
También han sido muy comentadas las relaciones entre Lars Von Trier y Björk, Stanley Kubrick y Shelley Duvall o Kechiche y Léa Seydoux. Ante un patrón tan evidente, ¿Por qué aceptamos que se martirice a las actrices?, se preguntaba Cinemanía en abril de este mismo año.