Al convertirse en madre, la ucraniana Dinara Kasko decidió abandonar el estudio de arquitectura en el que trabajaba para aplicar sus conocimientos a su verdadera pasión: la repostería. El resultado es una colección de postres nada comunes, que equivalen a construir edificios en miniatura. Se pueden descubrir en su perfil Instagram, a través de vídeos que a menudo superan el millón de visionados.
Aunque sus creaciones parecen surgidas del cuento de Hansel y Gretel, para su autora son "recetas tradicionales hechas de una forma inusual", comenta a Verne a través del correo electrónico.
"Bloque de chocolate Valrnona"
"Tarta triangulada"
Efecto de tela de araña
"Pastel de frambuesa"
Formada en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Járkov (Ucrania), la pastelería ha sido una de las debilidades de Dinara Kasko desde la infancia. Empezó a cocinar tartas y bizcochos sencillos, como tantos otros cocineros aficionados. El hobby se convirtió de inmediato en una pasión.
"Desde mi pequeña cocina y con mi escaso tiempo libre, comencé a estudiar repostería y a acudir a cursos con cocineros profesionales. Cuando me quedé embarazada, tuve más tiempo para dedicarme a ello de pleno", explica.
Las redes sociales han sido clave para desarrollar su propuesta: "La presentación es una parte muy importante y soy una gran aficionada a la fotografía. Me gusta inspirar a la gente. Por eso, Instagram y YouTube son parte muy importante de mi identidad como artista, además de un gran vehículo de promoción".
Se reconoce igual de adicta al azúcar que a la geometría pero, a la hora de cocinar, el sabor es más importante que la apariencia. "No importa lo bonita que sea una tarta, si al probarla te resulta indiferente no vas a volver a probarla", admite.
Estos son los dos postres que Kasko considera los más complicados de los que ha hecho.
"Pirámide con coco"
"Bola, cubo, triángulo"
Por desgracia, sus creaciones no están en venta. Para degustarlas hay que acudir a sus talleres en Ucrania o seguir sus recetas.
¿Cómo se crean sus postres?
Cuando surge una nueva idea, Kasko dibuja un boceto en un papel y repasa mentalmente todos los detalles necesarios para hacerla realidad, cuenta a Verne.
Luego usa un programa de ordenador para crear el modelo 3D de la estructura del postre e imprime el modelo para crear con él un molde de silicona, que además vende a través de su web para quienes quieran intentar sus recetas. "Si sale a la primera, puede llevarme un mes. Si necesito de más intentos, puedo necesitar varios meses", confiesa.
Aunque un objeto especialmente estético o la propia naturaleza pueden ser fuentes de inspiración, es la arquitectura la principal musa de Dinara Kasko. La repostera menciona las obras de Santiago Calatrava, Zaha Hadid, Rem Koolhaas, Le Corbusier y Norman Foster como las más influyentes en su ambiciosa repostería.