El youtuber Wilson Alfonso publicó este martes un vídeo titulado "Besos robados" y grabado en Oviedo. En él, se acercaba a desconocidas y, con la excusa de mostrarles un juego de magia, les pedía que cerraran los ojos. Era entonces cuando les daba un beso sin su consentimiento.
“Pues no me ha hecho mucha gracia, la verdad”, “vaya subnormal”, son algunas de las respuestas que se pueden oír en el vídeo. Alfonso lo cierra asegurando que “ha salido muy bien, hemos tenido buenos resultados… También me he llevado una torta, como puedes ver”. Como “sabía que podía tener el riesgo de ser abofeteado”, se quitaba las gafas antes. También añade que su próximo vídeo consistirá en una broma también a mujeres con la ayuda de un teléfono móvil.
Pero no hubo siguiente vídeo: Alfonso, de 24 años, ha acabado borrando su canal, donde colgaba vídeos desde 2016 y que definía como un canal dedicado a "abordar mujeres, bromas y vlogs". Aparte de la polémica en redes sociales, cuatro mujeres denunciaron los hechos, según informa la Policía Nacional.
Tal y como recoge Europa Press, la Policía llamó a declarar al youtuber, que dio su versión de los hechos durante tres horas de la tarde del miércoles. Tras esta declaración se le han imputado tres delitos de abusos sexuales. Según informa El Comercio, irá a juicio rápido este viernes a las 10:40 de la mañana.
Hubo un vídeo anterior, titulado "Beso o billete", en el que ponía en marcha otra treta similar. Aunque el canal está cerrado, aún se puede ver el anuncio en Twitter.
El caso de Wilson Alfonso se suma a otras bromas pesadas de youtubers que han terminado en los juzgados. El alicantino MrGranBomba recibió una bofetada de un repartidos al que llamó "caranchoa" y también acabó borrando su canal. En este caso, el youtuber denunció al repartidor, que fue condenado a pagar una multa de 30 euros por lesiones leves.
Otro youtuber, ReSet, de Madrid, se grabó dando a un indigente galletas rellenas de pasta de dientes: borró el vídeo y pidió disculpas, aunque su canal sigue abierto. Fue denunciado por un delito de trato degradante.
El sexismo también tiene precedentes en YouTube: una campaña de marzo de 2016 recogió más de 100.000 firmas para cerrar el canal de Álvaro Reyes, que se presentaba a sí mismo como “experto en seducción”. Tenía vídeos besando a desconocidas y dando lecciones como “nunca preguntes si lo puedes hacer, hazlo sin más”. El canal sigue abierto.
Se trata de youtubers que dan mala fama a los youtubers, como recogíamos en Verne, y que eclipsan el trabajo de quienes hablan de ecología, de libros y en contra del acoso escolar, por poner tres ejemplos.