El youtuber Wilson Alfonso subió un vídeo este martes en el que besaba a chicas sin su consentimiento. Este youtuber de Oviedo de 24 años no tardó en ser interrogado por la Policía, que le llamó a declarar el miércoles 22 de marzo, acusado de abuso sexual. Por entonces, su canal de YouTube ya estaba cerrado. Este viernes 24 de marzo ha acudido al Juzgado de Guardia de Oviedo, donde ha sido condenado a pagar 1.890 euros de multa y 500 a dos de las jóvenes que le denunciaron, según Europa Press.
Wilson Alfonso indemnizará a dos de ellas, pese a que se interpusieron cuatro denuncias. Una de las jóvenes ha renunciado a ser resarcida y la cuarta denuncia se ha quedado en grado de tentativa -no llegó a haber beso-. "Lo que era una broma para él es un delito para el resto de las personas", ha dicho, según recoge Europa Press, la abogada del youtuber a la salida del juicio.
En el vídeo, grabado el lunes 20 de marzo, Wilson Alfonso convencía a las chicas para que cerrasen los ojos con la excusa de un supuesto truco de magia. Entonces, aprovechaba para besarlas. En la misma escena, eliminada de YouTube como el resto de su canal, anunciaba que la próxima broma sería parecida.
Antes ya había realizado otras bromas sexistas. Los vídeos ya no están disponibles, pero se pueden ver los anuncios en Twitter. Además de la multa y la indemnización a las afectadas, se ha decretado la confiscación del ordenador del acusado, la tarjeta gráfica y la cámara con la que grabó los vídeos.
"En ese momento nadie me ayudó y nunca pensé que me estuvieran grabando. Wilson iba con otro chico que portaba una cámara réflex y creí que con ella no se podían hacer vídeos", dice una de las víctimas a El Comercio. "No presenté la denuncia hasta el miércoles por la mañana y se puede decir que la Policía Nacional me estaba esperando. Me siento engañada y además en ningún momento él ha pedido perdón", añade.
Antecedentes de youtubers que dan mala fama al gremio
Este episodio recuerda a otros de youtubers que también han acabado en los juzgados. El alicantino MrGranBomba insultó a un repartidor llamándole "caranchoa". El trabajador contestó dándole una bofetada. Un juzgado condenó al empleado a indemnizar al youtuber con 30 euros por un delito de lesiones leves.
Otro youtuber, el madrileño ReSet, se grabó dando a un indigente galletas rellenas de pasta de dientes: borró el vídeo y pidió disculpas, aunque su canal sigue abierto. Fue denunciado por un delito de trato degradante.
El sexismo también tiene precedentes en YouTube: una campaña de marzo de 2016 recogió más de 100.000 firmas para cerrar el canal de Álvaro Reyes, que se presentaba a sí mismo como “experto en seducción”. Tenía vídeos besando a desconocidas y dando lecciones como “nunca preguntes si lo puedes hacer, hazlo sin más”. El canal sigue abierto.
Estos son algunos de los youtubers que dan mala fama a los youtubers, como recogíamos en Verne, y que ensombrecen el trabajo de quienes hacen un trabajo divulgativo, formativo y creativo.