“Ningún estilo es sexista, ningún género musical alienta la violencia contra la mujer, ninguna forma de bailar y ninguna canción ha sido vetada por el Instituto Vasco de la Mujer Emakunde”, insisten desde la institución, ante la tormenta que se ha desatado por la lista de 200 canciones que ha colgado en Spotify.
Emakunde proponía una lista de canciones no sexistas para las fiestas de verano, pero algunos medios y usuarios de redes sociales han interpretado esto como un veto a las canciones que no aparecen, sugiriendo que Despacito, Maluma y Shakira, por ejemplo, no podrán sonar en las fiestas del País Vasco.
Pero lo cierto es que Despacito ha estado en la lista, así como Atrévete-te-te de Calle 13, que sigue en ella, y la polémica canción de las Vulpes, Me gusta ser una zorra. En unas semanas habrá otras, ya que se trata de una propuesta colaborativa que se va renovando. La lista de las 200 canciones no es un monolito. Es colaborativa: se han ido incluyendo propuestas a lo largo de los tres años que ha estado funcionando. Unas entraban y otras salían.
El nexo en común de esas canciones es que sus letras se alejan de los estereotipos de la mujer y la muestran de maneras diversas, pero siempre desde la perspectiva de la igualdad con los hombres y en positivo hacia el empoderamiento de la mujer, en todo tipo de estilos, idiomas, y colores de piel de sus creadores. Y el único filtro es que sus letras no alienten el machismo ni la violencia contra las mujeres, y que no usen un lenguaje sexista. Pero una cosa es el sexo y otra el sexismo, y otra es que un determinado ritmo sea más o menos sensual, lo que tampoco lo convierte en sexista.
No hay géneros machistas
Por otro lado, que una canción no figure en la lista no significa que sea machista. Se trata solo de una propuesta: “No son las únicas 200 canciones, podrían ser otras 200, u otras mil”, subraya Emakunde, queriendo dejar claro que no aparecer no supone ni veto ni exclusión ni demonización, “ni mucho menos”. Sus portavoces prefirieron este miércoles no sumarse a la polémica. Sí quisieron dejar claro que en la lista “hay reguetón, rap, rock, pop, jazz y otras maneras de expresarse, y que ningún género es sexista. En todo caso las letras de cualquiera de ellos son susceptibles de serlo”, incidiendo en las declaraciones que recogíamos este martes.
Por ejemplo, el criticado perreo no es sexista de por sí, tal y como defienden muchas voces del feminismo en Euskadi. Una de ellas, June Fernández, se planteaba en su blog que “si no puedo perrear no es mi revolución”. Una cosa es disfrutar libremente y otra que te obliguen: "El reguetón es un espacio consensuado en el que pongo mi cuerpo a disposición total de la pareja de baile (a menudo desconocida)", escribía.
La provocación tampoco es sexista. En Me gusta ser una zorra, de las Vulpes, aquella canción que se convirtió en un himno feminista en la Bizkaia industrial de los años 90, se dice: “Prefiero masturbarme, yo sola en mi cama, antes que acostarme con quien me hable del mañana. Prefiero joder con ejecutivos, que te dan la pasta y luego vas al olvido".
Es decir, no hay ningún veto a Despacito: primero, porque esta canción ha estado en esta lista colaborativa y, segundo, porque la intención de la propuesta de Emakunde es proponer canciones que pinchar y no prohibir las que no aparecen.