La racha de titulares negativos nos puede llevar al "miedo líquido"

Estrés, ansiedad e inseguridad generalizada son algunas consecuencias de la sobreexposición a informaciones catastrofistas

Incendio en Galicia (Cabalar EFE) / Carga policial en Cataluña (TEJEDERAS)

En las últimas semanas, nos enfrentamos como lectores y espectadores a una racha de malas noticias. Los incendios de Galicia, la tensión vivida en Cataluña, los desastres naturales al otro lado del Atlántico, atentados terroristas y el tiroteo en Las Vegas se han encadenado en el tiempo. Las consecuencias de exponerse a tantos sucesos negativos, que además ocurren en sitios diferentes y que se deben a causas distintas, "puede generar un estado de inseguridad generalizada que se denomina miedo líquido", explica a Verne el psicólogo Luis García Villameriel.

El sociólogo Zygmunt Bauman dedicó uno de sus ensayos a este término. "El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible de ver en ningún lugar concreto".

Puede que no estemos sufriendo en primera persona ninguno de esos titulares, pero leerlos produce una sensación de desprotección "fruto del contacto prolongado, continuado e intenso con este tipo de informaciones", que se considera miedo líquido. Así lo explica a Verne la psicóloga Vanessa Clemente.

Son las personas que tienden al estrés, la depresión y la ansiedad las principales afectadas de esta cadena de malas noticias. "El problema es cuando se pasa de la empatía a la simpatía y comienzan a vivirse esas emociones negativas como propias", destaca Clemente, especializada en trauma.

EFE

Pero existe una jerarquía entre esas informaciones catastróficas, cuenta Luis García Villameriel: "Nos afectan mucho más las tragedias provocadas por la mano del hombre, como los incendios provocados, que aquellas que son producto de un error o que ha generado la naturaleza, como es el caso de un terremoto".

El miedo líquido o, en otras palabras, el sentirse vulnerable sin encontrar un culpable o solución concreta, "es un buen caldo de cultivo para que la sociedad tienda a renunciar a sus libertades individuales frente a líderes que les ofrecen protección. Es la misma sensación de inseguridad generalizada que ha definido votaciones como Trump o el Brexit", advierte el psicólogo, que es coautor del libro Psicología del miedo.

Ambos expertos mencionan algunas pautas para evitar sentirse afectados por tantos titulares negativos.

- Disminuye la exposición. Consultamos nuestro teléfono móvil al día entre 80 y 110 veces. Con esas cifras, resulta complicado no estar expuestos de forma permanente a este tipo de informaciones. Ocurre en los medios de comunicación tradicionales y también a través de los comentarios suscitados en redes sociales. "Ser selectivo es clave para experimentar un cambio", comenta Villameriel.

- Conócete a ti mismo. "El miedo y el estrés son positivos en la vida, pero debes de ser consciente del nivel que puedes soportar, así que desconecta antes de cruzar esa línea", recomienda Vanesa Clemente.

- Elige el momento. Tómate dos pausas al día para leer o ver las noticias. No se trata solo de ser selectivo. "Al saber cuándo vas a informarte, estás psicológicamente más preparado para lo que te puedes encontrar", apunta el psicólogo.

- Pon distancia. Villameriel recomienda hacer un análisis más crítico de estas informaciones, y hacerlo desde la razón más que desde la emoción. "Si lo que estás leyendo no te aporta información nueva, ¿por qué volver a disgustarse?", plantea. Esto no significa que debamos insensibilizarnos del todo: "Aunque es un mecanismo de defensa natural, solo funciona a corto plazo y no resuelve el problema", advierte Clemente.

- Cuídate. "Se pueden compensar los efectos negativos del miedo líquido si se duerme y se come mejor. Y practicando deporte o relajación activa -yoga, meditación-", explica Clemente. "Bebe más agua. Aunque parezca absurdo, ayuda, ya que el cerebro necesita hidratarse cuando se está estresado".

- Contrarrestar con noticias positivas no funciona. La empatía en sucesos negativos es mucho más poderosa que en sucesos positivos. Que le toque la lotería a una señora de Cuenca (o incluso a toda la ciudad de Cuenca) nos arranca una sonrisa, "pero en el fondo no nos afecta en nuestro día a día", apunta Villameriel. Es un hecho que no nos va a hacer sentir que todo va a ir bien en nuestra vida. O, por ejemplo, que España gane el Mundial de fútbol puede distraernos, pero solo hasta cierto punto.