Vida y muerte de las hormigas voladoras que regresan cada octubre

"Aparecen varias veces al año, pero las que llegan en otoño son más grandes", cuentan los expertos

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Imagen de hormiga voladora tomada por Alberto Sánchez Martín, de la Asociación Ibérica de Miermecología (AIM)
Imagen de hormiga voladora tomada por Alberto Sánchez Martín, de la Asociación Ibérica de Miermecología (AIM)

En los últimos días han llegado a varios puntos de España una gran cantidad de hormigas con alas. Varios medios regionales han informado sobre la presencia de estos animales y las búsquedas en Google del término "hormigas voladoras" se han disparado. “Ocurre como con las setas, que aparecen de forma regular. Además, pasa varias veces al año con otras especies de este insecto. Pero las que llegan en octubre son de mayor tamaño y llaman más la atención", explica a Verne el entomólogo Xavier Espadaler, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

En este gráfico, que refleja las búsquedas con el término "hormigas voladoras" desde 2012, puede comprobarse el interés que han suscitado estos animales en los últimos días. También se dispararon las búsquedas en Google en octubre de 2016, cuando aparecieron en las calles de varias ciudades españolas.

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Búsquedas en Google en los últimos cinco años del término "hormigas voladoras". Haz clic para ampliar imagen.

Las hormigas voladoras que aparecen cada año coincidiendo con la llegada del otoño son inofensivas. "Pertenecen al género Messor y en Andalucía se llaman alúas, por ser aladas", explica Espalader a través del teléfono.

Salen a las calles durante estas fechas del calendario por dos razones, explica Espalader. "Una de ellas es que son insectos granívoros [se alimentan básicamente de grano]. Es al final del verano cuando las plantas que han germinado en primavera se secan y llenan todo de grano. Por eso, cuando estas hormigas disponen de una gran fuente de energía, tras unas semanas atiborrándose a semillas, salen a procrear. Tras aparearse (o intentarlo) caen al suelo".

La segunda de las causas que apunta el experto está relacionada con una combinación de lluvia y temperaturas elevadas: "Tras un par de días de lluvia, el suelo se blandea y estos animales pueden excavar. Las hormigas reinas que han conseguido procrear buscan un sitio en el que cavar y poner sus huevos. Además, no depende solo de que haya llovido, sino de que haga sol y cierto calor. Por eso es más común verlas por la tarde que por la mañana, cuando las temperaturas son más bajas".

Las hormigas macho "mueren a los 2 o 3 días de aparearse", mientras que las hembras "pierden sus alas y se encaminan a zonas cercanas a los árboles para excavar. Allí pasan el invierno y nacen las crías. Su mortalidad es igualmente alta, porque sufren ataques de varias especies de hongos, coches o peatones las pisan o se convierten en la comida de otros animales", cuenta a Verne Alberto Tinaut, catedrático de la Universidad de Granada y entomólogo especialista en hormigas.

De hecho, estos insectos "además de no suponer ningún tipo de peligro para el hombre, son incluso una alegría para pájaros y lagartijas, que se alimentan de ellas", destaca Tinaut, quien asegura que estas hormigas voladoras otoñales pueden verse en casi todos los puntos de España. "Habitan en zonas despejadas y con poca vegetación. Por eso, en las provincias del norte se aprecia algo menos su llegada. En cambio, cuanto más mediterráneo sea el ambiente, más subespecies de este género hacen acto de presencia"

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