En el pueblo austríaco de Oberndorf, justo ante de la Misa del Gallo de 1818, el sacerdote Joseph Mohr descubrió que el órgano había dejado de sonar. El cura pensó en un poema que él mismo había escrito y se lo llevó a Franz Xaver Gruber, organista y director del coro, que a prisa compuso una pieza en el que un tenor, una soprano, un coro y una guitarra, pudieran salvar la noche. El órgano se estropeó de nuevo en 1833 y Karl Mauracher, que vino a repararlo, encontró la partitura, la copió y se la llevó a su pueblo. La canción se extendió por Europa, llegó a Estados Unidos y fue traducida a más de 300 idiomas. Así nació y se expandió Noche de Paz.
A menudo, se ha dicho en Internet que el villancico, en origen, era una especie de noticiero rural: canciones propias de pastores que la iglesia adaptó a la temática religiosa. A la vez que se asegura que surgió en el siglo XV y en un entorno secular, también hay quienes afirman que el más antiguo lo compuso un religioso once siglos antes.
Entonces, ¿cuándo surgieron los villancicos?
Maricarmen Gómez Muntané, musicóloga especializada en los repertorios de la Edad Media y del Renacimiento y experta en villancicos, asegura que su origen no es popular. “Se empieza a cantar en entornos eclesiásticos y sustituyó a los responsorios que se cantaban en el servicio de maitines de la Navidad”, explica a Verne.
En la Edad Media, muy pocos entendían la letra, que era cantada en latín. Esto hacía complicado alcanzar el objetivo: convencer y convertir a la gente. Así nacieron los villancicos, cuya seña de identidad era que se cantaban en lengua vernácula. En su popularización tuvieron un papel determinante “la Catedral de Toledo y el hecho de buscar atraer a la iglesia a los moriscos de Granada, tras su Reconquista”.
Villancico, canción de Navidad o ensalada
Las diferencias entre los géneros villancico y canción de Navidad se han ido difuminando a lo largo de los siglos, a tal punto que hoy llamamos villancico a ambos. De ahí la confusión: “Cuando se empezaron a cantar villancicos en la iglesia, lo que se cantaba fuera de ella que no tuviese que ver con un tema religioso eran canciones, no villancicos”, aclara Muntané.
Esta musicóloga define el villancico como un género sacro en lengua vernácula, cuyo auge sitúa en la segunda mitad del siglo XIII. Después dio lugar a un género conocido como “ensalada”. Sí, como el plato. En él tenía cabida la canción popular, el villancico y el romance. El auge de la ensalada como género musical continuó hasta el siglo XVII, cuando comienza a confundirse con el villancico.
Carmen Zavala Arnal, musicóloga y profesora de la Universidad de Zaragoza, también asegura que el origen del villancico no es popular. Según explica a Verne, “es una forma culta y, por extensión, se denomina con este nombre a la canción popular navideña”.
A Belén pastores
¿Quién no se ha preguntado por qué los pastores son omnipresentes en Belén y en la música de Navidad? La aparición constante del pastor en las canciones navideñas es otra de las razones que atribuyen falsamente al villancico un origen rural. Habría que diferenciar el villancico protagonizado por pastores y la pastorada leonesa, porque, según afirma Muntané, “una cosa es lo que cantan los pastores, que tiene que ver con el drama litúrgico medieval, y otra cosa el villancico que es un género que no se representa”.
Zavala, que investigó la figura del pastor músico en su tesis doctoral, explica que las artes plásticas de la Edad Media lo convirtieron en una imagen constante en el Nacimiento de Cristo. Esta representación “se da especialmente en el Barroco, coincidiendo con la proliferación de los villancicos”.
El villancico tuvo sus equivalentes en otros países como Portugal, donde lo llaman vilancete y cantinela. En el mundo anglosajón, donde el latín se mantuvo durante más tiempo en los géneros litúrgicos, surgieron las carols o Christmas Carols. Los franceses los llaman nöels, los italianos canzonetta di Natale y para los alemanes son Weihnachtslieder.
El villancico pronto llegó a América y se convirtió en “un instrumento literario y musical de conversión”. Las negrinas de Hispanoamérica, comúnmente consideradas villancicos protagonizados por indígenas para favorecer la evangelización, pertenecerían, en realidad, al género de la ensalada.
Es a partir de entonces cuando el villancico se canta con motivo de otras festividades religiosas como el Corpus Christi, así como para alabar a algunos santos. Tal fue su popularidad que “hubo quien llegó a escribir que si no se cantaban los villancicos la gente no iba a misa”.
Y después de contarte todo esto, lo normal es que te apetezca escuchar villancicos. Si no, eres el Grinch y nos caes mal. Aquí te dejamos unos cuantos y, además, te pedimos que votes a tus favoritos.