En la imagen hay dos círculos concéntricos que dan la impresión de entrecruzarse. Eso, si nos creemos lo que dice el tuit de Akiyoshi Kitaoka, profesor de psicología de la Universidad Ritsumeikan, en Kioto (Japón), y autor de multitud de ilusiones ópticas. Se trata de una ilusión llamada Peaches (melocotones) y, aunque la diseñó en 2008, se ha compartido más de 1.800 veces en menos de tres días, después de que la publicara en Twitter el pasado sábado 6 de enero.
Entre los comentarios, algunos preguntan al psicólogo “por qué nos haces esto” y otros le piden que por favor lo pare. Alguno explica que ha tenido que seguir las líneas con el dedo para comprobar que de verdad eran dos círculos concéntricos. Nosotros hemos optado por superponer dos círculos negros sobre la imagen.
También hay quien recuerda que se trata de una versión de otra ilusión creada en 2002 por el psicólogo italiano Baingio Pinna. Tal y como hemos explicado con anterioridad en Verne, en el diseño de Pinna, los círculos están creados con cuadrados blancos y negros que se alternan en color y en inclinación, por lo que dan la impresión de entrelazarse.
La mecánica es similar en la ilusión de Kitaoka: los círculos están formados por cuadrados ligeramente torcidos y un patrón de sombras y luces. Aunque este patrón es el mismo en ambos círculos, los cuadros de cada uno de ellos están inclinados hacia el lado contrario.
Los círculos de Pinna también dan la impresión de ser una espiral, cosa que no ocurre en Peaches, al tratarse de solo dos círculos. Pero el efecto está relacionado: de hecho, Kitaoka incluye esta ilusión en uno de los apartados de su web dedicados a las falsas espirales. Recientemente compartía otro ejemplo en Twitter.
Efectivamente, también son círculos concéntricos. En este caso, el efecto viene causado por los pequeños cuadrados en diferentes tonos de gris que hay las esquinas de cada uno de los cuadrados que forman los círculos, además de por las líneas del fondo.
Esta ilusión de falsa espiral fue descrita por primera vez por James Fraser en 1908. El efecto procede de combinar el patrón regular de las líneas concéntricas con otras partes no alineadas, que en el caso de la espiral de Fraser son las bandas de diferentes colores. Es similar a la ilusión de la pared de la cafetería, en la que líneas rectas parecen torcidas por la disposición de los cuadros negros y blancos.