Las ilusiones ópticas no son solo un entretenimiento divertido, que también. Son un objeto de estudio para neurocientíficos y psicólogos, ya que ponen de relieve cómo nuestro cerebro percibe la realidad. Por eso Susana Martínez-Conde, directora del Laboratorio de Neurociencia Integrativa en la Universidad del Estado de Nueva York, organiza cada año un concurso que premia las mejores ilusiones visuales.
La primera edición de The Illusion Of The Year Contest se celebró en 2005 en A Coruña, la ciudad natal de Susana Martínez-Conde, en el seno del Congreso Europeo de Percepción Visual. Aunque la idea original solo contemplaba una edición del concurso, su buena acogida llevó a que se siguiera celebrando desde entonces. La noche del 5 de octubre conocimos las tres ilusiones que han ganado en la edición de este año, tras la votación online que permitía escoger entre las 10 propuestas finalistas seleccionadas por un jurado de expertos.
1. Forma y movimiento
Los conejos que corren solo se ven cuando hay movimiento. Cuando el movimiento cesa, no hay forma de ver a los conejos. Ni a la persona que baila. Ni el resto de escenas del vídeo. Esto parece muy raro, pero se entiende muy bien si se ve el vídeo.
Lo que muestra esta ilusión, escribe Martínez-Conde, es que "los circuitos del cerebro del movimiento y de la forma interactúan los unos con los otros para ayudarnos a crear nuestra interpretación de los objetos que tenemos alrededor". Esta ilusión es obra de los ingenieros Hedva Spitzer, Dana Tearosh y Niv Weisman, de la Universidad de Tel Aviv (Israel).
2. La pared de cafetería de Victoria Skye
De la segunda mejor ilusión del año ya hablamos en agosto, cuando se hizo popular tras compartirse miles de veces en Twitter. Se trata de una variante de una ilusión óptica clásica, la “café wall” o pared de la cafetería. En esta ilusión las franjas son paralelas, aunque no lo parezca por la disposición de los cuadros, que dificulta que se vea bien la línea que separa las filas y que hace que cada uno de estos cuadros parezca más ancho en uno de los extremos.
La ilusión se conoce desde 1898, pero la popularizó en los años 70 Richard Gregory, neurólogo de la Universidad de Bristol, que le puso el nombre al verla en la pared de una cafetería de la ciudad. Hay incluso un edificio de Melbourne que juega con este efecto.
En agosto ya entrevistamos a la autora de esta ilusión subcampeona, Victoria Skye, maga y artista de Atlanta (Estados Unidos). Nos explicó un efecto que se ve en el vídeo: cuando se difumina la imagen, la ilusión desaparece y vemos que las líneas son perpendiculares: "Las líneas y colores se difuminan, por lo que no se pueden distinguir los detalles, los ángulos, el contraste de colores y las variaciones, y la ilusión desaparece por arte de magia".
3. Müller-Lyer dinámica
Se trata de una versión de otra ilusión óptica clásica, descubierta por F. C. Muller-Lyer en 1889. El segmento que tiene las puntas de flecha hacia fuera parece más largo que el que tiene las puntas hacia dentro, a pesar de que ambos miden lo mismo. Nuestra atención se ve atraída por el área que está entre las puntas de flecha, causando esta impresión de cambio de longitud. La ilusión se mantiene aunque sepamos lo que de verdad ocurre e incluso en movimiento, como se ve en el vídeo de la ilusión creada por el artista visual italiano Gianni A. Sarcone. Aparte del vídeo, hay versión radial en forma de gif.
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