Una sudadera sobre un jersey, un bolsillo lleno de ropa interior... El sentido de la moda (e incluso el del ridículo) pueden quedar anulados en caso de querer evitar pagar el sobrepeso de una maleta. No es complicado conocer a alguien que haya acabado entrando al avión con un par de camisetas de más, y no pasa nada: la mayoría de las aerolíneas se muestran permisivas con esta práctica, y solo aluden al sentido común de sus pasajeros.
Esta artimaña ha sido noticia en muchos medios de comunicación a mediados de este enero por lo sucedido en el aeropuerto de Keflavik, Islandia. Ryan Hawaii, un diseñador de moda británico, contó en Twitter cómo había intentando viajar vistiendo prácticamente toda su ropa por no poder pagar su exceso de equipaje. El personal de British Airways le impidió la entrada al avión, pero no por su vestimenta: según él mismo explica en sus tuits, la aerolínea le dijo que podría viajar si se ponía toda la ropa, y la acusa de racismo. Un portavoz de la compañía defiende que la verdadera causa por la que no le permitieron embarcar fue su actitud agresiva.
"Yo también me puse varias capas de ropa para no pagar sobrepeso en Ryanair" es un grupo de Facebook creado en 2010. Lleva más de siete años sin actualizar y todavía conserva 35.000 seguidores. Entonces, ¿podemos subir a un avión vistiéndonos con todo lo que no nos quepa en la maleta? Un portavoz de Aeropuestos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha explicado a Verne que en sus controles para acceder a la zona de embarque no se hace un examen exhaustivo de la vestimenta. "Solo se comprueba que el billete sea válido y que se cumple la normativa de seguridad", explican. "En el caso del control de embarque [el que realizan las aerolíneas antes de subir al avión] la normativa depende de la compañía".
La organización de consumidores FACUA ha explicado a Verne que no tienen conocimiento de que alguna aerolínea tenga restricciones sobre la cantidad de ropa que puede llevarse puesta. Tampoco han recibido reclamaciones de usuarios que hayan tenido problemas por realizar esta práctica: "No tenemos registrada ninguna reclamación al respecto", afirman.
Verne se ha puesto en contacto con tres aerolíneas que operan en España –dos de ellas de bajo coste–, y ninguna de ellas controla el número de prendas que llevan sus pasajeros. "No nos metemos con cuánta ropa se puede llevar ni cuál es el límite", cuenta un portavoz de Vueling. Ryanair, una de las que más chanzas suscita en redes debido a sus restricciones en el equipaje de mano, ha bromeado con que, gracias a los cambios que han realizado en su política de equipaje, sus pasajeros "pueden traer todo lo que necesiten al avión sin necesidad de parecer un muñeco Michelín".
Desde Vueling cuentan que no recuerdan haber tenido "ninguna situación extrema de alguien que llevara puesta muchísima ropa". Abogan, en cualquier caso, por el sentido común, y afirman que sí se tomarían medidas en caso de que el pasajero, por ejemplo, invadiera más de un asiento. Los extremos no son frecuentes y, como ha ocurrido con el caso del viajero que no logró subir a su vuelo en Islandia, suelen ser noticia: en 2015 lo fue el joven actor y músico James McElvar, que se desmayó en un vuelo mientras viajaba con 12 capas de ropa.
Ese mismo año, el diario británico The Telegraph publicó un reportaje en el que el personal de tierra de la aerolínea Norwegian contaba las formas más ridículas que tenían sus pasajeros para intentar evitar pagar el suplemento por sobrepeso. Entre ellas, enumeran "ponerse dos pantalones como si fueran una bufanda vaquera" o "llevar atados a la cintura dos abrigos de invierno y tres sudaderas". A su lado, tus bolsillos cargados de ropa interior son minucias.