Cuenta la leyenda que en el siglo XX viajar en avión podía llegar a ser una experiencia placentera: los controles no te obligaban a quedarte en calcetines con un cinturón en la mano, tenías espacio para las piernas y a veces incluso te ofrecían café (o té) gratis.
La llegada de las low cost hizo más asequibles los vuelos y eso está estupendo, pero también llevó a que los viajes fueran mucho menos cómodos. Y con la incomodidad surgen los roces, los malentendidos e incluso las discusiones con otros viajeros.
Para ayudar a que los viajes sean más llevaderos para todos, proponemos algunas normas básicas de etiqueta. No solo para los aviones: ya de paso, hablamos también de viajes largos en trenes, autobuses y coches compartidos. Al final, solo se trata de recordar que no viajamos solos. [Aquí puedes consultar la previsión del tiempo y aquí, el estado de las carreteras]
Recomendaciones generales
- Haz el menor ruido posible: pon tu móvil en silencio, habla bajito, usa los auriculares, no saques la guitarra...
- Mejor no inicies conversaciones con desconocidos. Descártalo del todo si esa persona está leyendo o con los auriculares puestos. Si aun así te pones a hablar, ten en cuenta que los monosílabos como respuesta suelen significar que no quieren conversar contigo y no saben cómo decírtelo.
- Si eres tú el que no tienes ganas de hablar y otra persona inicia una conversación contigo, no seas maleducado, pero déjale claro que estás haciendo otras cosas.
- No te despatarres.
- Cuando te levantes, no te apoyes en el asiento de delante, a no ser que tengas 185 años. Lo vas a mover y es molesto.
- No pasa nada por subirte unas galletas o chocolate, siempre que luego limpies las migas. Si subes comida, ten en cuenta que hay opciones mejores que las hamburguesas, por ejemplo, que solo huelen bien cuando te las comes tú. Recuerda que en los autobuses mucha gente se marea. Que no sea por tu culpa.
- Los niños casi nunca dan problemas. Los padres a veces sí. Si el niño lleva entretenimiento y se le presta un mínimo de atención, no molesta a nadie.
- Si viajas solo y alguien te pide que le cambies el sitio para poder ir con un amigo o con su familia, no seas rancio y dile que sí. A no ser que tengas un problema de movilidad, claro.
- Hay que viajar duchado y con el desodorante puesto.
- No te cortes las uñas.
- Tampoco te descalces (excepto en los vuelos muy largos).
Aviones
- El control de seguridad es un incordio. Intenta adelantar todo el trabajo que puedas para ir más rápido. Por ejemplo, puedes poner todo lo que lleves en los bolsillos en la chaqueta o en la mochila antes de llegar al control. Y te van a obligar a quitarte el cinturón, así que, si puedes, llévalo en la maleta. Cuando acabes, no te quedes obstaculizando el paso.
- Otro momento especialmente tedioso de volar es el embarque. No te cueles. Si has facturado y no necesitas espacio para tu equipaje de mano, te recomendamos esperar al final y ahorrarte la cola.
- Intenta no monopolizar el espacio para el equipaje. Si llevas una mochila o un bolso pequeño, colócalo bajo el asiento delantero.
- El que va en el asiento de en medio tiene derecho a los DOS reposabrazos. Es justo: está en el peor sitio, no tiene ventana y no puede estirar las piernas en el pasillo. Se trata de una pequeña compensación para que su vuelo sea un poco menos horrible.
- Puedes descalzarte si haces un vuelo largo (de seis horas para arriba) y llevas calcetines. Si vuelas de Barcelona a Mallorca, por ejemplo, no lo hagas, por favor.
- En algunos vuelos, tomarse una cerveza o un vino es casi necesario. Pero no te emborraches. No quieres acabar como Melendi.
- Puedes reclinar el asiento. Pero si el vuelo es corto y hay poco espacio, piensa antes si realmente lo necesitas. En todo caso, hazlo con cuidado y echa un vistazo atrás, por si hay alguien con un bebé en el regazo, por ejemplo. Ten cuidado si la fila de atrás no puede reclinar su asiento. Si estás “trabajando” (sí, claro) con el portátil, puedes perdirle a la persona que está delante de ti que te avise antes de recostarse, pero no puedes prohibirle que se ponga cómodo.
- Muchas aerolíneas prohíben el uso del Knee Defender, unas pinzas para evitar que el asiento delantero se recline. No las uses aunque no estén prohibidas. Son un truco feo y que se hace a escondidas y sin avisar, en plan cobarde. Eso es feísimo.
- Si llevas el pelo largo, no lo pongas sobre el respaldo de tu asiento.
Congrats to the ponytailed young woman in seat 22B. You've invented a whole new way to be awful at 35,000 feet. pic.twitter.com/VWTPMI5JrM
— Dante Ramos (@danteramos) 29 de marzo de 2016
Felicidades a la joven con la coleta del asiento 22B. Has inventado una nueva forma de ser horrible a 35.000 pies.
- Si estás en ventana, tu compañero de pasillo es consciente de que se va a tener que levantar si necesitas ir al baño, así que adelante, no te cortes. Pero intenta aprovechar cuando esté despierto y coge todo lo que creas que vas a necesitar cuando embarques.
- Cuando toque desembarcar, no salgas a codazos. No eres el único que tiene prisa. ¿Y realmente necesitas ponerte de pie en cuanto se apagan las luces que te recuerdan que debes llevar puesto el cinturón de seguridad?
- Sé educado con los asistentes de vuelo. Di por favor y gracias, como te enseñaron tus padres. Y recuerda poner el modo avión en el teléfono y otros
- Si tienes una enfermedad grave y desconocida, no te subas al avión, que así empiezan todas las películas de pandemias y de holocaustos zombis.
Trenes
- Deja salir antes de entrar.
- ¿Sabías que en Japón hay carteles en los trenes que recomiendan tener cuidado con el ruido que haces al teclear en tu portátil? Quizás llegue el día en que estos mensajes no nos parezcan una marcianada. De momento, si vas en el vagón en silencio del AVE, tienes que guardar silencio: no te pases el viaje de cháchara. Si tienes que hablar por teléfono, sal del vagón.
- En el resto de vagones nadie espera que te quedes callado, pero sigue siendo de buena educación salir para hablar por el móvil y llevarlo siempre en silencio. Por supuesto, si estás escuchando música o viendo vídeos, usa los auriculares.
- Si vais varios amigos, es normal que arméis escandalera. También es normal que os vayáis a la cafetería a armarla.
- No te levantes y te quedes de cháchara en el pasillo: para eso está la cafetería.
- No es mi culpa que la cafetería esté llena.
- No apoyes los pies en el asiento de delante o en el hueco entre los asientos delanteros. Da igual que no haya nadie: lo habrá.
@apocalypticGrip Los pies, ten la bondad. Te lo agradecerá el resto de viajeros.
— Renfe (@Renfe) 15 de abril de 2016
El por qué del desgaste de los trenes de @Renfe ... pic.twitter.com/aAIl18ou24
— Fred (@FredericTorres) 25 de mayo de 2016
- Las bolsas van arriba o en tu regazo, no en el asiento de al lado. Sobre todo, si en el tren no hay asientos reservados.
- En los trenes no hay asiento central, así que el reposabrazos puede ser zona de conflictos, excepto en los trenes y vagones en los que hay dos, claro. Lo ideal es compartir: que uno (quizás el más alto) se quede con la mitad delantera y el otro con la mitad posterior. Con apoyar el codo, ya vale.
- Deja tu sitio limpio cuando te bajes, sobre todo (pero no únicamente) si el tren sigue su viaje y alguien puede ocupar tu asiento.
Autobuses
- Infórmate de los descansos previstos y aprovéchalos, tanto para ir al baño como para comer. No van a parar por ti.
- El móvil puede ser un problema: en los aviones no puedes llamar y en los trenes puedes (debes) ir al espacio entre vagones a mantener una conversación. Si estás en el autobús y realmente tienes que cogerlo (te llaman del hospital y estás esperando un trasplante, por ejemplo), hazlo, pero habla bajito y no alargues la conversación. No llames a tus amigos solo porque te aburres: los demás no tienen la culpa de que no te hayas subido una revista.
Viajar en #autobús es maravilloso. Te encuentras con un montón de gente. Como la mujer que me dio un codazo por quedarme dormido y ROZARLA.
— Ismael Pardo (@Ismael_Pardo) 2 de abril de 2017
mira hay un olor a sudor en el autobus que no se como lo estoy aguantando pic.twitter.com/RLWiJnvZKT
— nere (@Nerea_2410) 5 de enero de 2017
Coche compartido
- Si usas una app o algún servicio para compartir coche, hazlo con información real. No uses el perfil de un amigo o de tu novia. Si por algún motivo tienes que hacerlo, avisa cuando hagas la reserva y no cuando te presentes. Entiende que es motivo suficiente para que no quieran llevarte.
- Sé puntual. A lo mejor tus amigos ya están acostumbrados a tus retrasos, pero esa gente no te conoce de nada. Si te ha surgido un imprevisto, avisa lo antes que puedas.
- En Blablacar, los conductores suelen especificar si hablan mucho o si les gusta escuchar música, entre otras preferencias. Intenta adaptarte o, al menos, atente a las consecuencias. Aunque sea un viaje para fumadores, intenta aprovechar las paradas para hacerlo.
¿Puedo pedir la devolución de dinero si el conductor con el que voy lleva puesta LA MISMA canción de flamenco desde que salí, @blablacar_es?
— Miguel Ángel (@MiguelAnSevilla) 23 de marzo de 2017
Sacandome unos eurillos con blablacar y moto xDD pic.twitter.com/Lx5P7CiwYu
— Khryptonss (@KhryptonSS) 23 de marzo de 2017
- Si tienes preguntas, hazlas antes de reservar, pero no esperes que los demás ajusten sus horarios e itinerarios a tus necesidades.
- Ofrece toda la información que puedas, tanto de horarios como de paradas. Avísales cuando vayas a recogerlos.
- De nuevo, cuidado con el móvil. Mira lo que le pasó a Álvaro de Marichalar.
Ascensores
- No mires fijamente a los ojos de quien vaya contigo.
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