La Tierra plana, una teoría de la conspiración construida con memes y grupos de Facebook

¿Había terraplanistas hace cinco años?

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El terraplanismo siempre ha sido una teoría marginal que nunca se había tomado en serio. Ni siquiera en la Edad Media se creía que la Tierra fuera plana. Ni siquiera en internet.

Hasta 2014, como explica Óscar Alarcia en su libro La secta de la tierra plana. Muchos de los que ahora defienden estas teorías “sí que odiaban a la NASA y creían toda clase de conspiraciones, pero no eran terraplanistas”, añade por teléfono. Pero defender que la Tierra es plana era disparatado incluso para la mayoría de conspiranoicos. Y estamos hablando de gente que podía creer que el Holocausto no existió, que nunca hemos llegado a la Luna, que Michelle Obama es extraterrestre, que el 11-M y el 11-S son en realidad obra de “las cloacas del estado” y que las vacunas provocan autismo.

Entonces, ¿de dónde han salido todos los terraplanistas? ¿Por qué hay vídeos con cientos de miles de reproducciones y grupos de Facebook con miles de usuarios que comparten memes que niegan que la Tierra sea esférica?

Los terraplanistas y las redes sociales

Aparte de Samuel Rowbotham en el siglo XIX y la Flat Earth Society, que estuvo a punto de desaparecer hace unos años, llevamos siglos sin apenas poner en duda que la Tierra es redonda.

Eric Dubay es quien comienza a popularizar la idea de una Tierra plana en Estados Unidos, cuando a finales de 2014 difunde un pdf de 35 páginas con 200 pruebas de que nuestro planeta "no es una bola que da vueltas". La idea ha ido recibiendo el apoyo de personajes más o menos populares, como el jugador de la NBA Kyrie Irving, la actriz y cantante Tila Tequila y el rapero B.o.B. Y en noviembre del año pasado, unas 400 personas acudieron a una conferencia internacional sobre terraplanismo, que se celebró en Carolina del Norte (Estados Unidos).

La teoría aún tardó dos años en llegar a España: “La descubrí en enero de 2016”, cuenta a Verne por teléfono Óliver Ibáñez, youtuber que se hizo popular tras defenderla en Twitter dirigiéndose al astronauta Pedro Duque. “En un principio me pareció una locura”, admite. Aunque poco después no solo acabaría convencido, sino dedicando su canal casi en exclusiva al terraplanismo.

El chileno Felipe Lasen es el administrador de la página de Facebook Terraplanismo Avanzado (casi 1.500 miembros). ¿Por qué “avanzado”? Porque el grupo está pensado para gente que ya cree que la Tierra es plana o, al menos, que no es esférica. Quiere evitar las discusiones básicas y los insultos: “Las redes sociales son bien complicadas para los terraplanistas -explica-. Puedes hablar del tema de los aliens y nadie te va a atacar. Del tarot, lo mismo. No te atacan porque no atenta contra tu sistema de creencias”. En cambio, es fácil que la conversación suba de tono cuando se menciona la Tierra plana.

Ibáñez y Lasen no están solos: en Argentina está Iru landucci y en Facebook hay decenas de grupos dedicados al asunto: Tierra Plana (25.000 miembros) La Tierra no se mueve (3.100), La Tierra es plana (2.500), Tierra plana vs. Tierra esférica (sin censura) (8.800 miembros)... Alarcia se pasó meses en muchos estos foros. Calcula que hay unas 100.000 personas metidas en estas páginas, solo contando las españolas. Eso sí, “no tengo manera de descubrir quiénes creen en todo ello de verdad y quiénes solo están por las risas”.

La guerra memética de la Tierra plana

En opinión de Alarcia, la teoría de la Tierra plana se enmarca en el clima de desconfianza hacia el poder de los últimos años. El mismo clima que ha dado lugar al Brexit y a la victoria electoral de Trump. En Estados Unidos, explica, el terraplanismo y la derecha supremacista tienen mucho en común. Incluso tienen su versión de Pepe, la rana de la que se apropió la alt-right. Se trata de Fepe, el pingüino de la Tierra plana.

"Si la NASA supierta que la Tierra es plana, ¿te lo diría?"

Es más, la forma en la que se han difundido estas teorías es la guerra memética, siguiendo una estrategia similar a la de los seguidores del presidente estadounidense durante la campaña electoral: el bombardeo incesante de memes y vídeos en los que se repiten las mismas tres o cuatro frases. Los terraplanistas “se mueven a base de repetir cosas, pero cuando les pides que vayan más allá, no pasan de ahí”. Se trata, como añade en el libro, de “un puñado de memes repetidos hasta la extenuación", que para muchos consisten en "su única forma de comunicación”.

Desde luego, estos memes son constantes en sus grupos de Facebook. El propio Ibáñez los comparte a menudo, nos cuenta: “Me parece una manera buena de transmitir información. Hoy en día la gente tiene una capacidad de atención muy corta”. Y añade: “Los memes son bastante efectivos. Resumen todo en una imagen, en una o dos frases y además son graciosos, son entretenidos”.

Sobre todo, tratan los temas que más preocupan a los terraplanistas: ¿cómo es posible que el agua de los océanos siga la curvatura de la Tierra y no salga disparada cuando el planeta gira? ¿Por qué no notamos la rotación? ¿Nadie se da cuenta de que todas las fotos y vídeos de la NASA son montajes de Photoshop?

Párrafos contra memes

Rebatir estos memes es fácil, pero requiere tiempo. Sabemos que la Tierra es redonda porque nos lo han explicado en la escuela y hemos visto vídeos y fotos desde el espacio. Pero es posible que jamás lo hayamos puesto en duda, del mismo modo que no nos preguntamos cómo demostrar la existencia de Finlandia aunque no hayamos estado nunca allí. “Ese es el problema -explica el divulgador científico Jordi Pereyra-. Te viene alguien y te dice que la Tierra es plana y tú sabes que no lo es, pero no puedes decir por qué”.

Bueno, él sí puede: Pereyra lleva cinco años escribiendo en su blog Ciencia de Sofá y es autor de dos libros: El universo en una taza de café y Las cuatro fuerzas que rigen el universo. Su blog y su página de Facebook llevan recibiendo comentarios terraplanistas desde 2016.

Fue entonces cuando respondió a un vídeo de Ibáñez, rebatiendo punto por punto sus argumentos. En su texto y entre otras cosas recuerda que “la superficie del agua no tiende a quedarse plana y horizontal en cualquier situación, sino a adaptar su forma al campo gravitatorio que actúa sobre ella”. Claro que muchos terraplanistas niegan que la gravedad exista, en una táctica habitual en las teorías de la conspiración: cuando algo molesta, simplemente se niega.

No es el único post que Pereyra ha publicado sobre el tema: “Esta gente es una minoría superpequeña de la población. Pero son pesadísimos, por lo que a veces te ves obligado no a convencerles, que eso es imposible, pero sí a desmentir lo que dicen por si alguien tiene alguna duda”. Aunque darle cancha a estos temas puede parecer peligroso, ya que se les da publicidad, Pereyra cree que es mejor responder y rebatir.

El problema es que la verdad es compleja de explicar y los memes son muy sencillos. Para refutar esta clase de imágenes no hace falta mucho, quizás tres o cuatro frases, pero es mucho más fácil recordar una ocurrencia que el funcionamiento de los satélites que se usan para la telefonía móvil. Aunque también hay memes terraglobistas, claro.

Nunca se ha visto un eclipse lunar terraplanista.

Todo es mentira

Los terraplanistas Ibáñez y Lasen se muestran abiertos a la posibilidad de que les demuestren que los equivocados son ellos, pero no admiten la validez de las pruebas que se les dan. Por ejemplo, Ibáñez sostiene que no hay fotos ni vídeos de la Tierra desde el espacio, que son todo montajes. En su opinión, el siguiente vídeo, que muestra un paseo espacial en la Estación Espacial Internacional, es falso, por ejemplo. "Les han pillado tantas veces con fallos evidentes que muestran que no están en el espacio, que está todo grabado en un estudio con técnicas tanto de realidad virtual como arneses y pantalla verde, como en las películas, que ya de entrada pensamos que no va a ser real. No hay por qué creerles a estas alturas", asegura Ibáñez.

Así es como todas las teorías de la conspiración resisten el debate, negándolo todo. En su libro Denying to the Grave, el psiquiatra Jack Gorman y la doctora Sara Gorman explican por qué en ocasiones rechazamos las explicaciones científicas y abrazamos teorías de la conspiración. Los autores recuerdan que internet ha ayudado a conectar a gente que de otra forma no podría compartir experiencias. Esto puede servir para amantes de los trenes y de los instrumentos musicales exóticos. Pero también para toda clase de conspiranoias. Estos grupos tienden a aislar y a polarizar, ya que acostumbran a enfatizar “el aspecto de nosotros-contra-ellos de las teorías de la conspiración, ridiculizando todo lo que las contradiga”.

Los conspiranoicos quizás no se rindan, pero sus teorías sí se acaban olvidando con el paso del tiempo. Como pasó con los ovnis y los fantasmas, por ejemplo. Pereyra recuerda que cada vez menos gente menciona estos dos temas desde que todos llevamos cámaras en el móvil. Ya es casualidad que nadie haya grabado ninguna imagen nítida y se sigan compartiendo las mismas cuatro imágenes borrosas de siempre, una y otra vez. Es posible que con el terraplanismo acabe pasando algo parecido: al fin y al cabo, son los mismos cuatro memes de siempre, rebatidos, también, una y otra vez.

Eso sí, hay que reconocer que son más graciosos que las fotos de platillos volantes.

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