La mayoría de los 40 millones de turistas que viajan a Roma (Italia) cada año visitan la Fontana di Trevi. Oliver Kmia, fotógrafo estadounidense de 29 años, fue uno de ellos en 2017. "Me pareció una locura", dice a Verne por correo electrónico. No se refiere a la belleza del monumento, que se da por descontada, sino a la cantidad de personas que rodeaban la fuente. Entonces se le ocurrió crear el siguiente vídeo, un corto de dos minutos titulado Instravel, la experiencia del fotogénico turismo masivo.
Consiste en una sucesión de 1.000 imágenes de lugares muy fotografiados. Todas ellas proceden de Instagram y están etiquetadas con el hashtag más utilizado para cada rincón turístico. "La Fontana estaba tomada por cientos de turistas, algunos de ellos haciendo cola. Me pasó lo mismo en el Panteón", añade el fotógrafo sobre el viaje que le dio la idea.
Su vídeo ha captado mucha atención en Vimeo, donde acumula más de 473.000 reproducciones en cinco días desde 31 de enero. Medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de su vídeo, que viaja por varios continentes. Pasa por Pisa (Italia).
Por París (Francia).
Por Machu Picchu (Perú).
O por el Taj Mahal (India).
"Puedo tener la misma sensación de agobio en el Cristo de Corcovado de Río de Janeiro (Brasil), en la Sagrada Familia de Barcelona o en la Estatua de la Libertad de Nueva York (Estados Unidos)", añade Kmia.
Pero, y este es un detalle importante, el fotógrafo deja muy claro que no critica a las personas que masifican los monumentos y se hacen la misma foto repetitiva. "Que un sitio esté lleno de turistas destroza la experiencia, pero yo soy uno de ellos. Es como estar en un atasco con tu coche: estás enfadado pero no es culpa de los que están allí. Y tú eres uno de ellos", dice el artista.
"Muchas personas creen que he intentado criticar a las redes sociales y mandar un mensaje profundo, pero no es el caso. Yo era uno de los turistas en la Fontana di Trevi. Soy parte de esa oleada de personas, me guste o no. Creo que, en ese sentido, mi vídeo es irónico e incluso hipócrita. Me rio del turismo de masas pero, a la vez, soy parte de él. No creo que tenga nada de malo el hecho de que todas las fotos sean iguales", añade Kmia.
El artista estadounidense, especializado en fotografías aéreas con drones, no critica a los turistas, pero sí carga contra el postureo en redes sociales: "Hace 15 o 20 años te hacías las fotos para tener un recuerdo, no para presumir por internet. Muchas veces (no siempre), creo que algunos instagramers solo viajan en busca de likes y de demostrar que su vida es mejor que ninguna otra".
También critica el daño que la masificación de turistas puede suponer para los habitantes de esos lugares. “Cuando la masificación va demasiado lejos, las consecuencias son difíciles de revertir”, advertía un estudio publicado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo a finales de 2017. Varias ciudades españolas, como Madrid y Barcelona, están tomando medidas contra la masificación turística. El objetivo es no convertirse en Venecia (Italia), una ciudad totalmente desfigurada por la afluencia de turistas.
La crítica de Kmia tiene otra variable: los voluntariados en países del Tercer Mundo en busca de likes. Las propias ONGs advierten de que los voluntariados no son una excursión para llenar el muro de Facebook o Instagram, sino un acto de solidaridad que se debe afrontar con otros objetivos en mente.
La canción en el vídeo del estadounidense, que refuerza la sensación de repetición de las imágenes, es del músico Ben Laver. "No soy el primero que hace un vídeo como este. Me he inspirado en un vídeo del artista francés Hiérophante de 2015", añade el fotógrafo. Esa escena también agrupa las imágenes por etiquetas. "Ojo a la ironía. He hecho el vídeo para reírnos de las redes sociales y yo mismo me estoy beneficiando de ellas para que mi vídeo se vea en todo el mundo", añade.