Esta instagrammer muestra cómo sería su cuerpo si hicera caso a los comentarios negativos

'Recibo una media de 3 o 4 críticas realmente desagradables cada día', cuenta Chessie King a Verne

La bloguera británica Chessie King, que cuenta con 339.000 seguidores en Instagram, colgó el 11 de abril la foto más extraña de su muro. Con ayuda de Photoshop, aparecía con unos ojos y labios excesivos, grandes pechos, una cintura minúscula, cadera voluptuosa y piernas finísimas. Ese cuerpo, más que humano, parece marciano, pero es el resultado de corregir todas las críticas a su figura que los usuarios de la red social hacen en sus publicaciones.

"Si cambiáramos nuestro cuerpo por cada troll, si escucháramos a cada abusón cibernético, seríamos monstruos. Tanto si tienes 23 seguidores como si son 3 millones, NADIE tiene que lidiar con el odio diario en internet", comenta ella misma en su mensaje. El vídeo que lo acompaña supera las 250.000 visitas e incluye la etiqueta #TrollingIsUgly (ser un troll es feo). "Lo que más suelen comentar mis trolls es que mi cuerpo es demasiado grande como para ser instragrammer dedicada al fitness y la alimentación sana", cuenta King a Verne.

La idea surgió de la ONG The Cybersmile, que lucha contra el acoso en internet. Aprovechando el elevado número de seguidores de la británica y su habitual discurso a favor de la belleza real, colgaron en su muro el 10 de abril un vídeo de ella en ropa interior. A medida que iba recibiendo en su muro comentarios criticando su figura, expertos digitales iban modificando su cuerpo hasta dar con el resultado final, poco cercano al de un ser humano.

Así era la imagen inicial, sin ningún tipo de arreglo.

"Esta soy yo y este es mi cuerpo. Sin ángulos ni iluminación favorecedores. Solo mi cuerpo y yo sintiéndonos en la cima del mundo. Hace algunos años, jamás hubiera publicado algo así. Solo me preocupaba estar lo más esbelta posible, yendo al gimnasio tantas veces como pudiera y contando cada caloría que comía", comenta King en la publicación original.

Desde hace tiempo, ella anima a sus seguidores a que se sientan a gusto con su propio cuerpo, incluidos sus posibles defectos. Un mensaje muy distinto del que mostraba hace cinco años, cuando apenas comía para mantenerse delgada. En este post muestra el antes y después y compara el "odiaba comer" de antes con el "amo comer" actual.

"La comida no da miedo, ni es el enemigo; es gasolina, es deliciosa y está para que la disfrutemos. Solía irme a la cama satisfecha por haberme saltado la cena, deseosa por levantarme al día siguiente con un vientre plano. Me forzaba a hacer sesiones interminables de cardio sin apenas alimento en el cuerpo y me sentía todo el tiempo sin energía y sin capacidad de concentrarme. Me felicitaba a mí misma si sentía hambre y si mi estónago rugía", recuerda en Instagram.

El cambio para aquellos obsesionados con la comida debe ser paulatino, recomienda: "comencé a incluir en mi dieta alimentos que me austaban, poco a poco para no agobiarme. Iba experimentando con nuevos sabores y ahora como lo que quiero y cuando quiero, después de descubrir durante cinco años qué alimentos necesito para mantener un modo de vida activo. Sin la comida, no podría hacer el ejercicio que hago".

No hay día que King no reciba varios comentarios criticando su cuerpo desde que se muestra con curvas en Instagram. "Recibo una media de 3 o 4 críticas realmente desagradables cada día. Algunos llegan como comentarios a mis publicaciones y otras directamente por mensaje privado", comenta a Verne la británica.

El que considera más cruel de todos ellos le llegó hace poco: "me decían que debería sentirme avergonzada de mí misma y que mi novio Mat no debería estar comigo porque soy una persona patética".

Su intención, explica es que la gente sientan que no está sola en este asunto. "Por eso comparto mi experiencia. Los más jóvenes ven perfección cada día en internet; espero ser una pequeña dosis de realidad que les haga sentirse normales y a gusto en su propia piel. A los trolls les aburre su vida y necesitan destacar los posibles fallos de los demás. Es muy triste y, en el fondo, tenemos que sentir lástima por ellos", dice.