Tengo 40 años y una hija de 6. Desde hace casi cuatro años, es decir, desde que comenzó con el ciclo de infantil en el colegio, vengo “sufriendo” y, a la vez, “disfrutando” los grupos de WhatsApp de padres y madres de las diferentes clases a lo largo de los cursos. Siempre en un discreto segundo plano. Hablando estrictamente cuando la ocasión lo requería. Observando lo que decían los demás no fuera a ser que se me pasara alguna cosa importante: un trabajo del cole, un evento imprescindible o el cumpleaños de un amigo/a de mi hija, quien jamás me perdonaría no haber podido ir.
En mi profesión de guionista, una de las tareas que se deben realizar con más cuidado a la hora de crear una serie de televisión es el diseño de personajes. Y estos grupos te lo ponen en bandeja. Con estos personajes se podría rodar una sit-com sobre las idas y venidas de los padres cuyo hilo de comunicación es WhatsApp, pero que se encuentran en la vida real a la entrada y a la salida del colegio, en las diferentes actividades extraescolares y en las numerosas celebraciones de cumpleaños, la auténtica esclavitud del siglo XXI porque, especialmente cuando llega la primavera, no hay fin de semana libre. En una serie como “Whatsapp de padres” no podrían faltar los siguientes personajes.
1. El que no se entera de nada. La profesora (digo profesora porque, en el colegio de mi hija, en las edades de mi hija, siempre ha habido profesora, nunca profesores) ha explicado a los niños un trabajo que hay que realizar en el cole. La mayoría de los niños se lo han contado a los padres. Y, para los que no se han enterado, la maestra también ha puesto una nota en la agenda del alumno/avisando del citado trabajo. Por si acaso, en muchas ocasiones, además de todo lo anterior, la docente ha enviado un email a los padres explicando el encargo y lo necesario para realizarlo. También ha dejado tiempo suficiente. Pongamos dos o tres semanas. Bien, pues la madre o el padre que nunca se entera de nada, el día justo antes de la entrega del trabajo, cuando los padres y madres del grupo de Whatsapp están comentando cosas sobre el mismo, de repente, pregunta: “¿Es que hay que entregar un trabajo? Mi hijo/a no me ha dicho nada”. Y lo peor no es que le pase una vez. Es que es reincidente: no se entera de los días que los maestros hacen puente y no hay cole para los niños, aunque tenga a golpe de clic el calendario escolar oficial.
2. El que se mantiene un un discreto segundo plano. Suele haber varios miembros durmientes en el grupo. Generalmente son padres porque sí, en el siglo XXI, en plena revolución feminista, los padres o rechazan estar en el grupo o están escondidos. Me declaro culpable, aunque no orgulloso. No hablan. Algunos ni lo leen, pero otros miran los mensajes prudentemente y, si tienen que decir algo, lo comentan con su pareja para no ser ellos quienes lo ponen.
3. El vendedor o vendedora de segunda mano. Alguien a quien le da por vender toda su ropa o los objetos que no usa en Wallapop y comparte los anuncios a porrón en el grupo de WhatsApp de padres del cole. Con gente que no conoce o conoce de apenas hablar en los cumpleaños. Lleva a rajatabla aquello de “si no lo usas, súbelo”. Cada vez que hace algo así uno o dos miembros del grupo salen.
4. Los que tienen tiempo y maña para las manualidades. Los que no somos hábiles, vamos postergando ese disfraz o esa manualidad que han pedido en el cole para el día de la Paz, el de San Patricio, el de Carnaval (¡será por días especiales!). Sabemos que, como siempre, en el último momento, lo compraremos en el chino o haremos una birria. Tu falta de maña para los trabajos manuales te avergüenza. Mucho más frustrado te sientes cuando estas madres perfectas con tiempo para todo y unas manos de artista ponen en el grupo las fotos de los trabajos realizados o los disfraces diseñados. Y entonces piensas que tu hijo/a va a ser el hazmerreír de todo el colegio.
5. Los superhéroes del siglo XXI, sin tiempo para nada. Esas mujeres y hombres con profesiones liberales que salen, como pronto, a las 7 de la tarde de trabajar y, cuando llegan a casa, bañan a los niños, preparan la cena y, por fin, se sientan en el sofá y deciden leer los mensajes del grupo. Al ver que “Doña perfecta” o "Don perfecto" manda fotos de los trabajos perfectos y los disfraces perfectos, primero se llevan las manos a la cabeza (“me olvidé”) y, después, escriben: “pues yo lo compro mañana en el chino”. Experimentan un poco de alivio cuando, a su comentario, responden otras madres y padres en la misma situación con un “y yo”. Ganan por goleada.
6. Los “pierde-deberes”. No sabemos si el despistado es el niño/a o son los padres, pero el caso es que siempre es la misma persona la que pide, por favor, que alguien le haga una foto a la ficha que les han mandado en el cole porque o se les ha perdido, o se les ha olvidado en la clase o la han roto. Bien es cierto que la reacción es rápida y siempre hay alguien aplicado que le manda la imagen.
7. Los pesados del AMPA. No es que el AMPA esté mal, es que hay alguien que todos los días habla de algo del AMPA. Que si una reunión para decidir no sé qué, que si hay que aprobar los presupuestos, que si hacen falta padres para la excursión de tal o la actividad de Pascual... Siempre a horas lectivas, por supuesto. Es decir, cuando la mayoría de los padres no puede acudir a ayudar por encontrarse trabajando. Claro que todo el mundo sospecha que en el AMPA hay trapicheos. Es decir, que el AMPA encarga las actividades extraescolares a empresas amigas a cambio de comisiones no muy legales. Pero bueno, esto es España y, si sucede en el Gobierno, en las Comunidades Autónomas y en las comunidades de vecinos, por qué no iba a ocurrir en los AMPAS.
8. Los divorciados enemistados. Se han separado hace poco y caminan por aguas turbulentas. Como para acordarse del trabajo del niño del cole, el disfraz que hay que preparar, las fechas de los exámenes o pagar la excursión a la granja-escuela. Y, claro, dentro del grupo, a ojos de todos, los activos y los durmientes, se tiran pullitas en plan: “supongo que lo habrá hecho X, que le tocaba recogerla hoy”.
9. El/la que tiene una academia y siempre está de comercial. Quien dice academia, dice empresa de actividades infantiles o parque de bolas. El caso es que siempre está promocionando su negocio. Que si tenemos cursos de inglés y otros idiomas para los niños, robótica, patinaje, una noche en el cole, campamentos de verano. Además, lo hace de manera sibilina, demostrando sus dotes comerciales, sin darte cuenta de que no es más que “spam”. Te cuenta primero cómo ha mejorado su hijo/hija con cuál o tal curso y, claro, resulta que es un taller que se imparte en su academia y, pues, cómo le vas a negar al tuyo desarrollarse en este ámbito. Más de uno pica y paga.
10. La que va de amiga de la profesora. Siempre hay una madre (suele ser una madre, lo siento) que se queda a la entrada y a la salida de clase hablando con la profesora. Se hace más amiga de ella o eso hace creer a todos a través de sus mensajes en el grupo de WhatsApp.: “que me ha dicho Fulanita que mañana va a hacer un examen sorpresa”, “que no sé quién se ha dejado esto en clase” y manda la foto. Podría catalogarse de amiga porque.... Quién sabe si es verdad esa supuesta amistad y, si existe, quién conoce si no la estará utilizando para su propio beneficio en plan “tráfico de influencias”. Y, por otro lado, ésta suele ser la madre que, a final de curso, lidera y toma la iniciativa de comprarle un regalo a la profesora para agradecerle el año. Un regalo que suele ser más caro del que todos pensamos que se merece o que, en sí, vale el presente elegido. Una vez más regresan las sospechas de “mordidas”.
11. Los que nunca pagan. Como en cualquier grupo de amigos siempre hay alguien que se hace un poco más el remolón con los pagos. Y, por ejemplo, cuando se acerca el final del curso, como ahora, de repente, surge esa persona que, hasta ahora, no sabía que había una cuenta común de la clase donde se ingresan los pagos de las excursiones, del material escolar o de alguna otra actividad. Si hasta junio no te has enterado de la existencia de esta cuenta... ¿qué has estado haciendo todo el curso? ¿Todo gratis?