Consejos que Rajoy no necesita para hacer una mudanza, pero tú sí

Después de haber tirado lo que te sobra, sigue tirando cosas

Veronica Grech / Ikon Images

La mudanza de Rajoy de La Moncloa no es como la tuya. Entre otras cosas porque probablemente a ti te toque hacerla con tus propias manos y quizás alguna ajena a cambio de unas cervezas. Cambiarse de casa (y de ciudad y de país) cada vez es más común entre las nuevas generaciones de españoles, así que siempre viene bien una guía para hacer las mudanzas más llevaderas.

1. Tira TODO lo que puedas antes de empezar a empaquetar

En serio, tira lo que puedas antes de hacer las cajas. Regala cosas a tus amigos, recicla, tira a la basura, véndelas en Wallapop... Lo que sea para reducir al máximo las cosas a transportar. Lo de “ya lo miro bien cuando llegue allí” es un mito. Volverás a ver las mismas cosas en tu siguiente mudanza. Hazte una pregunta con los objetos que te generen dudas: "¿Cuánto hace que no uso esto?". Pues ya sabes si cruza la pasarela o no.

2. Y, una vez mudado, vuelve a tirar más cosas

Si te cambias a un piso más pequeño o con menos armarios, aplícate lo de menos es más. Te darás cuenta de que todo no cabe y te va a tocar nominar y expulsar varias cosas que habían pasado la gran criba inicial, como en Operación Triunfo y Factor X.

3. Fija la fecha con antelación

Así te da tiempo suficiente a ir desechando algunas cosas y guardando otras. Y a pringar a algunos amigos, para que pongan el coche o la mano de obra a cambio de unas cervezas de recompensa. También necesitas tiempo para ir recogiendo cajas de cartón de la calle: las pequeñas resultan inútiles, las grandes te van a parecer muy grandes para cargar con ellas. No solemos ser conscientes de la cantidad de cosas que acumulamos hasta que tenemos que encontrar cajas para meterlo todo.

4. Haz fotos

Sobre todo a la parte trasera de tus aparatos electrónicos. Quieres volver a instalar la tele en tu casa nueva y no te acuerdas de dónde iba el cable rojo y dónde el blanco. O con qué electrodoméstico va ese cable negro que, por misterios de las manos invisibles de la mudanza, ha aparecido entre la ropa.

5. Acuérdate de cambiar tu dirección

Aunque ahora casi todas las facturas llegan en formato digital, asegúrate de que las cartas de los suministros, bancos, Seguridad Social y demás te llega donde te tiene que llegar.

6. Etiqueta las cajas

Organiza y etiqueta las cajas. Qué tienen y dónde van. En una, las cosas de la habitación; en otra, las del baño. Hazlo en los laterales mejor que en la parte superior. Mejor apuntar en cada caja todas las cosas que lleva dentro que tener que vaciarlas todas para encontrar algo que necesites de urgencia. Por eso mismo, mete en una misma caja un kit básico de cosas que necesites nada más llegar: tu neceser, el ordenador...

7. Calcula el peso de las cajas

Una caja llena de bolígrafos y cuadernos no pesa lo mismo que una llena de libros. No hagas cajas muy grandes si alguien va a tener que cargarlas con sus propios brazos. Y usa tus maletas como cajas, especialmente si tienen ruedas.

8. La importancia del maridaje

Cosas frágiles como los platos -que además puedes forrar con papeles- van muy bien entre otras mullidas, como calcetines, sábanas u otras prendas de ropa. Dos cosas pesadas no pueden ir en la misma caja.

9. No solo de cajas viven las mudanzas

Hazte con papel burbuja, cinta adhesiva, cajas transparentes, etiquetas...

10. Las cajas pesadas van primero

En el coche, furgoneta, camión de mudanza, se meten primero las cajas pesadas para poder poner encima las más ligeras. Y para ir motivándote poco a poco a la hora de subirlas a la nueva casa.

11. Ponte música

Porque hacer una mudanza... Y busca unas manos extras si tienes a tu cargo niños o animales. No vas a poder estar a todo.

Una vez completada, ya solo te queda adaptarte y colocar. Puedes hacerlo con consejos como los de aplicar la "magia del orden" en 9 pasos. O puedes sacarlo todo y dejarlo por cualquier lado para acabar lo más pronto posible con la pesadilla de una mudanza. Y ya estaría todo. Eso sí, es posible que algun día, todavía despistado, emprendas el camino hacia el sitio donde vivías antes.