La suma de escaños de PP (26), Ciudadanos (21) y la ultraderecha de Vox (12) podría formar un Gobierno de derechas en coalición en Andalucía tras los resultados electorales de este domingo aunque el partido más votado fuera el PSOE con 33 escaños. Hasta hace poco, el líder del PP, Pablo Casado, se mostraba en contra de que una "alianza de perdedores" impidiera gobernar al partido más votado.
"Pasó en Castilla-La Mancha, en Cantabria, en la Comunidad Valenciana, en Aragón... en el Ayuntamiento de Madrid, el de Valencia, el de Palma, el de Valladolid, Zaragoza, Cádiz... Los socialistas se aliaron con Podemos para, con los peores resultados de su historia, sacar un resultado muy digno en cuanto al ejercicio del poder. No era justo que después de que los ciudadanos votaran, los perdedores se aliaran en los despachos", decía Casado en julio de 2018.
Fue un día antes de presentar una propuesta para reformar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) e introducir que en los Ayuntamientos gobierne la lista más votada, iniciativa que ya había anunciado en abril de 2018 y que ya había propuesto sin éxito en 2014.
En ella, se planteaba la posibilidad de obtener mayoría absoluta en unas elecciones con un 35% de los votos o, en caso de no llegar a esa cifra, celebrar una segunda vuelta de votaciones.
Ciudadanos también reivindicaba en las semanas anteriores a las elecciones catalanas de diciembre de 2017 que la lista más votada fuera la que gobernara.
En octubre de 2018, Casado cambiaba de idea cuando mencionaba las elecciones andaluzas. De hecho, aseguraba que su formación estaría dispuesta a un pacto con Ciudadanos para gobernar en la región aunque no fuese la lista más votada. " [El PP] no puede salir al ring con una mano atada a la espalda", decía en una entrevista con la cadena SER recogida por Europa Press.
Tras las elecciones de este domingo en Andalucía, Casado ha explicado que había hablado con el candidato popular a la Junta, Juan Manuel Moreno, para "encargarle" que se presentara a la investidura. Por su lado, Rivera y Marín han reivindicado el liderazgo de ese eventual pacto con el argumento de que le corresponde a Ciudadanos presidir el Gobierno porque crece mientras el PP baja.
No es la primera vez que Casado apoya un "pacto de perdedores". Durante las primarias del PP de 2018, Soraya Sáenz de Santamaría pidió insistentemente a Casado que se integrara en su lista al haber sido ella la más votada en la primera vuelta de las votaciones, cuando elegían los afiliados. Él, que fue el segundo candidato más apoyado, se convirtió en el nuevo líder del partido al no acceder a la propuesta de su rival y gracias al apoyo de María Dolores de Cospedal, quien ocupó la tercera posición en esa primera vuelta.