Hay cosas que nunca fallan en Navidad. Sin ellas, sencillamente no es Navidad. Alegrarse por la salud el día 22, cuando la Lotería ha vuelto a no caer en nuestro barrio, o las comidas algo resacosas en casa de nuestra abuela o nuestros suegros son algunas de ellas. En España ya estamos preparándonos para las fiestas mucho antes de que acabe el otoño.
En estas fechas celebramos y celebramos, pero también consumimos. Los españoles ocupamos la segunda posición en un ránking de consumo navideño realizado por la agencia Deloitte en diez países europeos. Los consumidores españoles gastan una media de 601 euros en estas fechas, sobre todo en regalos, comida y bebida.
Entre diciembre de 2018 y enero de 2019 se calcula que en España se recuperará alrededor de 131.000 toneladas de envases de vidrio. Esta cantidad supone casi el 20% del total de todo el año, porque es la época en la que más residuos generamos. Son datos de la entidad sin ánimo de lucro Ecovidrio, encargada de gestionar los residuos de este material en España.
Olvidarse del coche y visitar los mercadillos navideños del centro en transporte público o, si es posible, dando un paseo es un pequeño gesto para lograr una Navidad sostenible. Cuando nos pasamos días comiendo las sobras de las cenas de Nochebuena y Nochevieja, ya estamos siéndolo un poco.
En toda buena cena navideña hay un cuñado sentado a la mesa diciendo que no se puede reciclar. Con regalarle un miniglú, que es una versión en miniatura de los contenedores verdes y que cabe perfectamente en la cocina, ya le desmontas uno de sus mitos.
Aquí van unos consejos para lograr unas navidades igual de divertidas y más sostenibles.
¿Esa copa es de cristal o de vidrio?
Por fortuna, en Navidad tenemos muchas ocasiones para brindar. Lo hacemos con la familia, también con los amigos, con los compañeros de trabajo y, si se tercia, hasta con los vecinos. Alguna copa siempre termina rota y, aquellos que se proponen reciclar, entran el en debate sobre si vidrio y cristal son lo mismo.
En Verne ya mostrábamos en una ilustración qué productos son buenos compañeros de viaje a la hora de separar materiales.
Por si queda la duda, vidrio y cristal no son lo mismo y, por tanto, no se reciclan igual. Los envases de vidrio están fabricados con materiales naturales e inertes como arena y caliza. Si lo que quieres e irte de experto esta Navidad, el truco más sencillo es probar a ver cómo suenan. Da un ligero golpe con el dedo y, si el sonido es prolongado y se parece al de un timbre, es cristal: su destino es el contenedor gris con tapa naranja. Si el sonido es poco duradero y un poco soso, es vidrio y eso sí va en el contenedor verde.
Reciclar una botella es también un regalo navideño
Cada español recicla una media de 11 envases de vidrio durante diciembre y enero. Si consigues reciclar 12, contribuyes a ahorrar en la fabricación de nuevos envases la energía suficiente para ver más de 1.900 películas en una tableta y para cargar tu smartphone durante casi tres años y medio.
Aquí puedes encontrar otras equivalencias por cada tres botellas de vidrio que se reciclan.
Ilumina con cabeza
Hay cosas que en Navidad nos hacen ilusión, por muy pequeñas que sean. Por ejemplo la nieve, que en muchas partes de España nunca termina de cuajar o ni si quiera hace acto de presencia. O decorar con luces nuestra casa.
¿Por qué no apagarlas a la hora de dormir o cuando no hay nadie en casa? En esos momentos solo van a disfrutarlas las figuritas del belén y del árbol... Las luces LED y un alumbrado de bajo consumo de calidad, que lleve el indicativo de garantía de la Unión Europea, reducen el consumo eléctrico de la iluminación navideña.
¡No hace falta más papel!
Que sí, que no hay nada más navideño que una postal felicitando las fiestas. Enviarlas por correo electrónico no solo sirve para que incluyas en ella gifs o emoticonos. Las tarjetas digitales y las que están hechas con papel reciclado contribuyeron a que en 2016 se reciclaran durante las navidades 38.400 toneladas de papel y cartón, según datos de Repacar (Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón). Esto permitió evitar la emisión de 35.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Si sales a jugar con la "nieve", no dejes rastro
Qué ilusión nos hace jugar con la nieve en Navidad. No importa que hayan caído solo tres copos, vamos a intentar hacer una bola y tirársela a alguien. Si vas a salir a jugar con eso que llamas nieve, recuerda no dejar restos de comida u otros productos por el camino.
Recuerda que si dejas tirada una fruta en la montaña, no estás reciclando. Los residuos orgánicos se pueden reciclar y sirven para fabricar compost y abonos naturales. El gesto de tirar una simple colilla o un chicle perdura en la naturaleza entre uno y cinco años. Y un tarro de vidrio puede necesitar miles de años. Al final, en vez de jugar con la nieve vas a hacerlo entre desperdicios...