Alba, de 22 años y originaria de Madrid, empezó a no depilarse hace dos años cuando su trabajo le llevó a un lugar aislado en Colombia. La joven cuyo usuario en Instagram es albacentauri y que prefiere no dar su apellido, solo podía llevar 15 kilos de equipaje para una estancia larga y la máquina depilatoria dejó de ser una prioridad.
La madrileña es una de las mujeres que ha compartido su fotografía mostrando las axilas con pelo acompañando la instantánea con #Januhairy, un hashtag que ahora está presente en casi 5.000 fotografías de mujeres sin depilar. “Cuando dejas de depilarte durante un tiempo extendido, cambias tu forma de ver lo que significa”, explica la joven. “Me planteé depilarme cuando regresé a España durante el verano, pero decidí no hacerlo. Claro que me miraban, pero también es una forma de dejar claro que yo tengo la decisión final. Ese es el empoderamiento, no es que sea más feminista quien decide no depilarse, lo feminista es ser libre de hacer lo que te dé la gana”, agrega Alba.
Pelo. Cuando era pequeña mis compañeros en la escuela solían llamarme Chewbacca por el lanugo en mi espalda, por lo que mataba de hambre. Siempre he tenido mucho pelo y odiaba mi cuerpo por ello. Hace dos años dejé de depilarme ya que estaba trabajando en un lugar remoto en Colombia y tenía cosas más importantes de las que preocuparme. Aquí estan las partes que más trabajo me ha costado aceptar: enseñar mi línea del bikini, en especial con quienes me acuesto. Los dedos del pie. El pelo alrededor de mi ombligo y pezones. Pero, como podéis ver, uso bañador, tengo citas y sobrevivo. Vosotras también pueden hacerlo.
La española decidió compartir su foto en Instagram para animar públicamente a otras mujeres a preguntarse por qué se depilan y mostrar que no hacerlo es también normal: “Tengo el privilegio de tener un círculo social feminista y quiero usarlo para iniciar la conversación. Sé que no voy a sentir el rechazo total de los que me rodean, por lo que es más fácil que una mujer blanca con pelos provoque, porque no se le ve igual que a una negra o a una gorda. Pero todas debemos tener el derecho a decidir no depilarnos o sí y no ser juzgadas ni juzgarnos”.
Januhairy es una iniciativa que invita a las mujeres a no depilarse el vello durante todo el mes de enero y compartir la experiencia en redes sociales para normalizar la apariencia natural del cuerpo. El nombre es un juego de palabras: January que significa enero y hairy que es peludo. La campaña fue idea de Laura Jackson, una joven británica de 22 años que estudia Arte Dramático. “Todo esto trata de trabajar la seguridad en uno mismo, desafiar los límites y el miedo que tenemos a ser juzgadas por no depilarnos el vello que tenemos naturalmente”, cuenta Jackson por teléfono a Verne. La cuenta en Instagram que administra Jackson (@janu_hairy) ya acumula más de 11.000 seguidores.
Hola, soy Laura la chica detrás de Januhairy! Pensé que podría escribir un poco sobre mi experiencia y cómo surgió Januhairy... Me dejé crecer el vello para un performance en mayo de 2018. Algunas partes fueron un reto para mí y otras me abrieron los ojos al tabú del vello en el cuerpo femenino. Después de unas semanas me acostumbré y me empezó a gustar mi vello. Me gustó no tener los episodios incómodos que representaban el depilarse. Aunque me sentí más liberada y con confianza en mí misma, algunos de los que me rodeaban no entendían porque no me depilaba y no estaban de acuerdo. Me di cuenta que aún tenemos mucho camino por recorrer para aceptarnos los unos a los otros de verdad. Luego pensé en Januhairy como un comienzo... ¡He tenido mucho soporte de mis amigos y familia! Pero sorpresivamente he tenido que dar muchas explicaciones de porque lo hago, una razón más para hacerlo. Cuando empecé a hacerlo mi madre me preguntó: "¿Tienes pereza o quieres probar un punto?". ¿Por qué tiene que decirse que es de perezosos no depilarse? ¿Por qué tenemos que probar algún punto? Después de hablar con ella entendió porqué eran preguntas raras. Si hacemos y vemos las mismas cosas una y otras vez se normalizan. Ahora ella se va a unir a Januhairy, un reto para ella y muchas mujeres involucradas. No es una campaña de odio hacia la gente que no ve nuestro vello como algo normal, es un proyecto de empoderamiento para que todos entiendan como se ven a si mismo y a los demás. Pongámonos peludas.
Jackson describe que la reacción ha sido abrumadora, pero las críticas y reproches también han llenado los comentarios en las fotos: “Hemos recibido muchos comentarios negativos. Los que se me hacen más locos son los que dicen que es antinatural que las mujeres se dejen crecer el vello. No puedo comprender cómo se llegó a este punto de pensar que lo antinatural es dejar que crezca algo que tenemos”.
Una historia muy peluda
La historia de la depilación femenina se remonta al antiguo Egipto. Según el libro Plucked (Arrancado) de Rebecca M.Herzig, profesora de estudios de género y sexualidad, se han encontrado vestigios en Egipto de la práctica tanto en hombres como mujeres. Existe evidencia de que los egipcios se depilaban casi todo el cuerpo, incluido el vello púbico, y lo hacían con piedras afiladas o cera. Herzig cuenta en su libro que en Grecia y Roma también se practicaba la depilación, pero todavía quedan dudas de si era una práctica generalizada o solo de clases sociales altas. La historiadora del arte y vestuario Anne Hollander, explica en su libro Seeing Through Clothes que en el arte griego se pueden ver representaciones de vello púbico en las mujeres en vasijas, pero que en las esculturas no. Según Hollander eso da a entender que los griegos veían la depilación femenina del pubis como un atributo estético.
En los siglos posteriores queda poca evidencia de las prácticas depilatorias, según cuenta Victoria Sherrow en el libro Encyclopedia of Hair: A Cultural History (Enciclopedia del pelo: un historia cultural). Sherrow afirma que existen en libros medievales y del Renacimiento vestigios de las recetas para preparar ungüentos que quitaban el vello. Por la literatura se sabe que quitarse el vello púbico era una práctica común entre las prostitutas del siglo XVI, tal y como se cuenta en la obra La lozana andaluza cuyo autor es desconocido pero las investigaciones apuntan que fue obra de un español llamado Francisco Delicado. La obra publicada en 1528 incluye un diálogo en el que se cuenta cómo la Lozana (una prostituta en Italia) depilaba a clientas con una crema.
Sobre la historia más reciente Herzig cuenta que las expectativas actuales sobre la depilación femenina se deben a tres factores o hechos históricos. El primero fue que las teorías de la evolución que Charles Darwin publicó en 1871 plantearon que un cuerpo con menos vello obedecía a que estaba más evolucionado (y por ende era superior). La segunda razón obedece a que King Camp Gillette, creador de la marca de cuchillas para uso doméstico, comenzó a vender un modelo para las mujeres en 1914: la Gillette Milady Décolleté. Gillette anunció su producto en revistas de moda femeninas como Harper’s Bazaar al darse cuenta que la moda exponía las axilas de las mujeres. Gillette no desaprovechó la oportunidad de duplicar el número de consumidores de sus productos y por eso se anunció en las revistas donde aparecía la ropa.
La moda es para Herzig el tercer factor determinante, pues al mismo tiempo que se anunciaban las cuchillas, la ropa estaba hecha para mostrar más piel que en el siglo XIX, en especial las axilas. La profesora cuenta que la práctica moderna de depilarse las piernas comenzó durante la Segunda Guerra Mundial, ya que hubo una escasez de Nylon y por lo tanto de medias. Esto empujó a las mujeres a depilarse las piernas y cubrirlas con aceite para que las piernas se viesen suaves a pesar de no estar recubiertas por el brilloso material de las medias. La práctica se popularizó y se quedó como normal social: para 1965 en Estados Unidos 98% de las mujeres de 15 a 44 años se depilaban las piernas. Según la autora esa cifra se mantiene hasta el día de hoy.
La investigadora de temas de feminismo en la Universidad Bates explica que el momento histórico de la modernidad que marcó un antes y un después para entender el pubis sin vello como algo atractivo sexualmente fue en 1975, cuando la revista pornográfica Hustler publicó fotos mujeres sin vellos púbicos. “La pornografía tiene un impacto importante en vincular la estética y la belleza con los cuerpos depilados. Esto influye tanto en los hombres como en las mujeres. Hoy en día ambos sexos se depilan casi todas las partes del cuerpo que tienen pelo”, explica la doctora en Filosofía Carmen González, del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III de Madrid.
Para Rosa San Segundo, directora del mismo Instituto, la depilación es tan solo un tema más de cuestionamiento en el ámbito feminista: “Estamos viviendo la cuarta ola del feminismo, en la que se está cuestionando toda la socialización que hemos recibido las mujeres. Eso por supuesto incluye un debate sobre la depilación que probablemente no tenga una respuesta inmediata”. San Segundo explica que casi no existe bibliografía sobre la historia de depilación femenina en castellano.
Los médicos opinan
El dermatólogo Antonio Ruiz de Almirón miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología valora que la tendencia de quitarse el vello depende del contexto cultural y las modas. Ruiz de Almirón dice que médicamente no hay ninguna diferencia entre depilarse o no, es decir no implica más higiene ninguna de las dos.
“El vello tiene dos funciones: la protectora y la estética. Las cejas, pestañas o el pelo en la nariz y en los genitales protegen. La estética puede ser por ejemplo las cejas, que dan expresión a la cara”, explica el médico Ruiz de Almirón, quien lleva 14 años ejerciendo.