Es el formato favorito de la televisión actual. Un jurado de expertos analiza el desempeño de un grupo de concursantes en una actividad concreta. Algunos bailan y otros cocinan o confeccionan prendas de ropa o intentan ser influencers en redes sociales. Desde este lunes 6 de mayo, los concursantes de Masters de la reforma (Antena 3) son peones en una competición de bricolaje y decoración.
El espacio que presenta Manel Fuentes no es precisamente el nuevo giro de guion de este tipo de programas. De hecho, la pasión por las reformas llegó antes a España que géneros como el reality o el talent show con los que ahora se hermana. Te montan la casa de tus sueños en programas de entre 22 y 90 minutos. Es una temática a las que nos han enganchado los gemelos Scott desde hace años.
"La vivienda es algo muy importante desde el punto de vista psicológico; es una proyección de nosotros mismos. La publicidad nos genera una ilusión de vida que a menudo no se cumple. El éxito de estos programas se basa en apelar a un deseo universal (acondicionar nuestra casa a nuestra imagen y semejanza) que además se resuelve de forma casi inmediata", explica a Verne el psicólogo y pedagogo especializado en terapia cognitivo-conductual Tasio Rivallo.
Contenido para todo tipo de formatos
En los últimos años, estos contenidos relacionados con la decoración y la arquitectura han invadido los canales temáticos. En la actualidad, siguen emitiéndose a diario, en canales como Cosmopolitan, DeCasa, TEN y Divinity y se han adaptado a todos los esquemas posibles.
Los hermanos Scott se han hecho famosos en todo el mundo con este tipo de contenidos, que han adaptado a todos los esquemas posibles. Ejercen en este tipo de programas de hadas madrinas al estilo de Cámbiame, Queer Eye o El patito feo y ayudan a sufridos propietarios a hacer el cambio definitivo de su hogar.
En La casa de mis sueños, los Scott ayudan a parejas a transformar una vivienda de segunda mano bastante insípida en una casa digna de premio. Echan mano de las últimas tecnologías para mostrar en tres dimensiones el resultado de la reforma antes incluso de empezarla. Y claro, los propietarios quedan hipnotizados hasta el final del programa. No importa los obstáculos a los que se enfrenten. A pesar del drama entre andamios o botes de pintura, siempre hay final feliz.
Manejan presupuestos en (millones de) dólares que resultan estratosféricos para el espectador medio español, pero que a ellos les resultan muy limitados. Y eso antes de que lleguen los imprevistos que dan ritmo al programa y aumenta unos cuantos miles de dólares el gasto inicial. El amianto es un clásico del género.
Aunque casi todas las propuestas que pueden verse en España muestran casas de Vancouver (Canadá), Wisconsin (Estados Unidos) o Leeds (Reino Unido), siguen triunfando entre espectadores que viven a miles de kilómetros de distancia.
Más de 20 años de éxito
Uno de los primeros giros de Gran Hermano que convenció a la audiencia fue La casa de tu vida, emitido entre el 2004 y el 2007. Y no parece casual. Endemol, la misma productora del reality de convivencia, apostaba esta vez por la reforma en directo. Los concursantes convivían por parejas en los cimientos de una casa. Las famosas pruebas semanales, resorte que sirve en este tipo de formatos como generador de tramas, se centraban en construir en cada entrega una estancia de la casa. El aliciente extra para los finalistas era ver el resultado definitivo de la vivienda creada con el sudor de su frente. También lo era para el espectador, aunque no hubiera colocado ni un solo azulejo.
Este tipo de contenidos recogen varias ideas que nos reconfortan o nos atraen, explica Tasio Rivallo: la filosofía del hazlo tú mismo, atreverse a abrazar el cambio y la moraleja del si quieres, puedes. “Es fácil empatizar con los concursantes y, además, los consejos de los expertos aportan ideas para nuestra propia casa que podemos aplicar fácilmente”.
No olvidemos que Bricomanía lleva emitiéndose sin interrupción desde 1994, primero en La 2, luego en las cadenas privadas y en la TDT y ahora también en YouTube.
El Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) celebra este tipo de programas. "Es necesario que se hable de la importancia de la arquitectura en nuestra calidad de vida", comenta a Verne su decano José María Ezquiaga.
En su opinión, hay un problema generalizado en España: las casas, incluso las de nueva construcción, no suelen cumplir con las necesidades actuales. “Mantienen con el tópico obsoleto de pasillo largo y salón comedor, cuando cada vez hay modelos de familia más diversos: solteros que viven solos, padres divorciados, familias con hijos de matrimonios distintos… Necesitamos viviendas más flexibles de las que tenemos y, por eso, las reformas enganchan al espectador. Son una necesidad de casi todos”, dice.
Desde COAM, Ezquiaga reconoce que la televisión hace las veces de las revistas de decoración, pero de un modo más terrenal y mucho más mediático. “A veces reduce la complejidad de la arquitectura y el diseño de interiores. Hace parecer que las decisiones que se toman en nuestra profesión son caprichos pensados a la ligera. Pero su popularidad tiene un efecto positivo en el espectador. Lo educa en la idea de que son ámbitos en los que también se necesita acudir a profesionales para lograr buenos resultados”, cuenta.
Oportunidad de negocio
La empresa RVDV Arquitectos ha sabido recoger el guante en ese aspecto. Combina desde 2012 en Galicia los servicios de reformas con los de una inmobiliaria. Su idea inicial es la de ayudar a revalorizar la casa para luego venderla, como algunos de estos programas con los que no duda en compararse en su web. “Quitamos la parafernalia y el postureo televisivo, pero la verdad es que al cliente le encanta contar con un servicio de personal shopper”, comenta por teléfono a Verne un portavoz de la empresa, Jacobo Pérez.
Algunos de los expertos de estos espacios hacen las funciones de Chicote en Pesadilla en la cocina y cantan las verdades del barquero a los dueños de las casas, a modo de entrenador personal.
“Desde el principio, nos llegaban personas que intentaban vender sus casas en fatales condiciones. Les aconsejábamos que, con un lavado de cara, podrían aumentar su valor. Algunos de ellos, tras ver el resultado de la reforma, decidían no vender porque volvían a sentirse a gusto viviendo en ella”, comenta Pérez.
Algo similar ocurre en Tu casa a juicio. La pareja de presentadores compite entre ellos para convencer a los participantes sobre si deben quedarse con su casa reformada o venderla y forrarse en el proceso.
Los responsables de RVDV Arquitectos han tomado nota del fervor de los programas de reformas y permiten que los clientes se sientan partícipes de todo el proceso desde la fase inicial de diseño. Incluso, si lo desean y sus posibilidades lo permiten, pueden tirar algún tabique ellos mismos. Es la tele llevada a la realidad.
¿Vendes o te la quedas? Es el dilema del programa Tu casa a juicio