Un piragüista vio este sábado cerca de la costa de Mazarrón a una tortuga enganchada por la boca, las patas y el cuello en un aparejo de pesca rudimentario y abandonado. El animal no podía volver a sumergirse para seguir su trayecto, por culpa de las botellas de plástico que mantenían a flote la red. El piragüista avisó a Salvamento Marítimo y se quedó junto a la tortuga en torno a una hora hasta que llegó un equipo de la Cruz Roja, que la rescató. Al día siguiente, la entidad publicó dos vídeos y varias fotos de esta operación en Facebook.
La tortuga tenía heridas en el caparazón, por culpa del sol, y en la pata y boca, por culpa del hilo. "Creíamos que era un anzuelo, pero intentando quitarse el hilo de la pata se había tragado más de un metro", explica a Verne Lorenzo Méndez, técnico de la base de Cruz Roja en Mazarrón y una de las personas que participó en el rescate.
La tortuga, que había resultado herida, fue trasladada a tierra para llevarla al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre en El Valle (Murcia), donde se recupera de sus heridas. Según explica Méndez, una vez el veterinario confirme que está sana, se la liberará por la misma zona donde se la encontró.
Se trata de una tortuga boba, que está en peligro de extinción. Méndez apunta que en ocasiones se han encontrado tanto tortugas como delfines varados en la costa, por lo general, ya muertos. "Se les suele hacer la autopsia y es habitual encontrar plástico en su estómago". También es cada vez más habitual encontrar plástico tirado al mar.
La organización ha querido avisar del peligro que supone el plástico y demás desperdicios tirados en la playa y el agua: "Los mares y océanos no pueden convertirse en un gigantesco estercolero, sino que tiene que permanecer siendo el hogar de infinidad de especies, para beneficio de todos los que intentamos convivir en este mundo”, apunta en Facebook.