Primer día de curso en Las Encinas. Tres jóvenes de clase obrera, recién llegados gracias a una beca, se saludan antes de empezar su andadura en uno de los colegios más exclusivos de España. “Hostia perdona, no te vas a inmolar por llamarte guapa, ¿no?”, le espeta Christian a Nadia tras ver su hiyab, todo ello bajo la sonrisa cómplice de Samuel. Así da comienzo la serie de Netflix Élite, con una frase que resalta todos los estereotipos a los que muchas veces tienen que enfrentarse los practicantes del islam.
La representación de la comunidad musulmana en la ficción española es todavía minoritaria. Si tratamos de buscar personajes con este perfil veremos que los ejemplos son pocos y, en muchos casos, estereotipados.
Como han denunciado en otras ocasiones los actores, en la mayoría de ocasiones solo les ofrecen papeles que pintan la religión islámica desde la perspectiva del extremismo. El personaje de Nadia en Élite promete ofrecer una visión distinta a la que estamos acostumbrados, dejando al lado la sobrerrepresentada trama del yihadismo para centrarse en cómo vive su día a día en España una menor musulmana con ascendencia palestina.
El personaje lo interpreta Mina El Hamanni, nacida en Madrid en 1993 de padres procedentes de Marruecos. En la serie El Príncipe, daba vida a Nur, una chica musulmana que también llevaba velo. Su Nadia ha cambiado mucho durante la segunda temporada (si no has visto la serie entera y no quieres tragarte spoilers, mejor que dejes de leer aquí).
Poco queda de la tímida alumna centrada en complacer a su estricta familia, compaginando el trabajo en la tienda de frutas de su padre con la exigencia de querer ser la mejor alumna de su promoción. La Nadia de esta segunda temporada se ha llegado incluso a despojar del velo fuera de casa y a catar la noche con todos sus placeres, incluidos el alcohol y el sexo. Este tuit con miles de reacciones denunciaba la idea de que se retrate a Nadia como “libre” únicamente cuando se quita el hiyab, por considerarlo un estereotipo.
Desde Verne, hemos hablado con cuatro jóvenes musulmanas para que nos aporten su visión del tema desde su experiencia personal.
Fatima Sillah (Zaragoza): “Todos pasamos esos momentos de confusión en los que no sabes si salir de fiesta o irte a casa”
Para esta joven enfermera de 25 años, el papel de Nadia fue el principal atractivo de Élite. “Me sorprendió encontrarme un personaje así porque ya de por sí no es muy común ver en las series españolas el papel de una chica musulmana”, explica a Verne por teléfono. “Me sentí identificada con el hecho de que Nadia está confusa. Tanto yo como la mayoría de chicas que conozco pasamos esa etapa de confusión porque vas a clase y toda la gente de tu alrededor sale de fiesta, se emborracha, y tú dices que no lo haces porque eres musulmana”.
Sin embargo, la representación que se hace en la serie de familia estricta que trata de controlar la vida de su hija la alejó del personaje. “No me gustó que resaltaran el papel de padre musulmán arcaico. También existe el padre musulmán que comprende que su hija vive en un país con una cultura diferente y te ayuda a pasar. Y ese papel nunca lo sacan”. Sillah sostiene que esto no ayuda a su comunidad: “Hace que la gente tenga un único estereotipo y luego es lo que piensan. Piensan que estamos oprimidas y que llevamos el velo por obligación cuando en realidad lo llevo porque quiero”.
Karima Ouchen (Málaga): “Esperaba que las capacidades de Nadia fuesen mucho más importantes que su velo”
Las primeras expectativas de Karima, de 25 años y graduada en Bellas Artes, nada tenían que ver con lo que ha resultado ser la serie: “Creía que Nadia iba a ser un personaje en el que su lucha se iba a centrar en conseguir la beca”. Aunque al principio este parecía el objetivo principal del personaje, la trama termina describiendo las diferentes situaciones a las que se enfrenta por el hecho de ser musulmana. “Esperaba que las capacidades de Nadia fuesen mucho más importantes que su velo”, explica la joven artista. “No podemos negar que existen chicas que sufren como ella. La cuestión es cuando esta representación se repite en todas las series, como si solo existiese ese perfil”.
Para Karima, es necesario abrir el abanico y mostrar la realidad que también viven otras muchas jóvenes musulmanas: “Necesitamos personajes que nos inspiren positivamente y al progreso. Esperaba un perfil que representara mi generación: mujeres con una identidad fuerte, independiente, luchadora, trabajadora… Porque al final son mi entorno, mis amigas y las chicas que conozco”.
Chaimah Lachiri (Ceuta): “Creo que en Élite se fomenta la discriminación con la representación que hacen de la comunidad musulmana”
"Lo primero que pensé al ver a una chica musulmana como es Nadia es que quizá tenían la intención de incluir el personaje para eliminar los prejuicios de la sociedad”, asegura esta estudiante de Derecho de 19 años. Una idea que desechó a medida que fue avanzando en la trama: “Aunque me gustó el hecho de que ella quisiese seguir con sus estudios pese a que su padre no la dejase, creo que esto es una manera de seguir alimentando los prejuicios de la imposición”.
Para Chaimah, según asegura ella misma, ser practicante del islam nace de una elección propia: “Así es como debe de ser. Afortunadamente mi familia me ha dado libertad para vivir la religión que quiera”. Por este motivo, la joven no se siente identificada con las dudas de Nadia y reclama que en la ficción aún falta un buen retrato de lo que realmente es ser una chica musulmana. “Hoy en día sigue habiendo un cierto rechazo al velo, y yo creo que en Élite se fomenta la discriminación con la realidad que representan”, afirma.
Fatima Ezzamouri (Parla, Madrid): “Si me preguntas si Nadia me representa como musulmana te diría que no”
Esta joven de 23 años sostiene que el personaje lo único que hace es repetir estereotipos: “Una cosa que me molesta bastante es la representación siempre de la mujer musulmana con pañuelo. Parece que si no llevas pañuelo ya dejas de representar a la comunidad. Yo por ejemplo no llevo hiyab, me voy de fiesta y no bebo nada de alcohol”. Fátima declara sentirse muy lejos del retrato que hace la serie: “Si me preguntas si Nadia me representa como musulmana te diría que no”.
Las críticas de esta estudiante de Ciencias Sociales se extienden mucho más hasta llegar a afirmar: “Se nota que en la serie no han hecho ninguna documentación de campo por conocer cómo vive la comunidad”. “Me parece muy gracioso que Nadia sea de Palestina y hable en dialecto marroquí. Es una de las cosas que me estalló en la cabeza. Me hizo mucha gracia ver cómo al final todo lo árabe se mezcla, esa idea de que lo musulmán es árabe cuando no es así”, declara.
Mina El Hammani: "Al igual que Nadia, a veces me preguntaba si lo que quería descubrir era lo correcto”
La propia actriz Mina El Hammani también ha vivido la dualidad que siente Nadia al provenir de otra cultura diferente a la de sus compañeros. Así se lo contaba ella misma a la blogger de moda Saufeeya Goodson, en una entrevista de Netflix que, además de tratar en profundidad temas como este, hace un repaso a su carrera artística. “A veces es complicado porque vives en un país y tienes una costumbre, una cultura distinta en casa, y a veces no sabes si lo que que quieres empezar a descubrir es lo correcto, ¿no? Porque hay cosas que te han enseñado y otras que te han prohibido”, relata la intérprete. Sin embargo, en ningún momento de la entrevista se hace mención al uso del velo.
El Hammani también pone de relieve que de niña nunca pudo contar con referentes de mujeres árabes en la ficción. “Es algo que me faltó. Yo sabía que quería ser actriz pero no me identificada con lo que veía en la televisión o el cine. Así es complicado poder inspirarte en otras personas”, cuenta. Además, en el vídeo lanza un mensaje a los adolescentes que, como ella, tuvieron que lidiar con situaciones difíciles solo por ser de una cultura diferente: “El instituto pasa, que no piensen que se va a acabar el mundo en ese momento”.