Alba Martín, de 37 años, lleva más de 15 trabajando como profesora en institutos públicos de Andalucía. Ante el debate político en torno al veto parental, la propuesta de Vox para que los padres puedan negarse a que sus hijos acudan a actividades complementarias impartidas en horario escolar, decidió crear un hilo en Twitter para contar su experiencia como docente. Su testimonio, compartido el sábado 18 de enero, se ha replicado miles de veces en apenas tres días.
En sus mensajes, Martín recuerda algunos casos en los que las charlas formativas sobre asuntos como violencia de género, acoso escolar o educación sexual, permitieron a algunos de los alumnos pedir ayuda a profesores y Guardia Civil ante situaciones de abuso que estaban sufriendo. "A menudo, estas charlas sirven para proteger a los menores de entornos familiares y sociales inadecuados y son una catarsis para ellos. Hay muchos más momentos así, porque 15 años dan para mucho", comenta la docente a Verne por teléfono.
Cambiando los nombres de sus exalumnos para proteger su privacidad, Martín recuerda casos concretos que ha presenciado. "María denunció a la Guardia Civil que su padre llevaba años maltratando física y psicológicamente a su madre. Ana me contó cómo su novio la presionaba para mantener relaciones sexuales (amenazándola si no con dejarla) y sin preservativo", apunta en sus mensajes.
Martín dio clase en el Instituto La Mojonera de Almería durante nueve años, antes de mudarse a Granada, donde ejerce como docente en la actualidad. "[La Mojonera] se encuentra en la zona llamada el Mar de Plástico [por los muchos invernaderos que la cubren], el alumnado es muy diverso en cuanto a razas y religiones y muchos de los chicos viven en entornos familiares complicados", cuenta
María del Mar Arenas, actual directora del centro, confirma a Verne haber presenciado todos esos casos que la docente menciona en su hilo de Twitter y explica que son habituales en el centro y siguen ocurriendo. "Ha habido otras situaciones recientes, posteriores a los que aparecen en el hilo, en los que se han abierto protocolos similares".
Arenas comparte la preocupación de la profesora ante la posibilidad de que ese veto parental, que ya ha aplicado el Gobierno de Murcia, llegue a Andalucía, donde gobierna el PP con apoyo de Vox y Ciudadanos. "Llevamos muchos años ofreciendo estas charlas y talleres y no hemos tenido hasta ahora peticiones de padres que desearan controlar la asistencia de sus hijos. En el centro nos preguntamos por qué ahora sí es un tema de conversación, si no ha existido conflicto previo", dice por teléfono.
Alba Martín, que ahora trabaja en un instituto de un barrio de clase media de Granada, solo recuerda "casos aislados en los que alguna alumna o padre musulmanes que pedían de forma muy puntual e informal no acudir a una charla de educación sexual por sentirse incómodos". Según su experiencia, son las actividades "relacionadas con la salud y la educación sexual impartidas por profesionales sanitarios" las que "curiosamente han despertado algo más de incomodidad" en los distintos centros de estudios donde ha trabajado. Estas charlas, además de violencia de género, acoso escolar y educación sexual, abordan asuntos como el respeto a la comunidad LGTBI+, el consumo de drogas o el uso adecuado de las redes sociales.
Muchos de los casos mencionados en los mensajes de Martín forman parte del Plan Director, disponible en toda España. Con él se ofrecen conferencias y actividades en miles de centros educativos, impartidos a menudo por miembros de la Policía local o la Guardia Civil. Su objetivo es lograr la "convivencia y la mejora de la seguridad escolar en los centros y sus entornos". Consultada por Verne, Guardia Civil de Almería rechaza hacer declaraciones sobre esta iniciativa gubernamental de la que habla el hilo.