En la ciudad de Valencia, la fase 1 ha permitido que los comercios puedan abrir finalmente sus puertas al público sin cita previa desde el 18 de mayo. En esta progresión a una nueva normalidad, muchos de ellos han tenido que encontrar fórmulas para reinventarse. La escritora María Bastarós lleva tiempo viendo cómo las librerías sufren una crisis provocada por la compra de libros en plataformas online, y pensó que se iba a agudizar aún más tras el confinamiento. Por ello, junto a su marido, el también escritor David Pascual, ha ideado una “red de apoyo” a través de Sentim les llibreries. Esta iniciativa pretende fomentar el comercio local con “un gran amigo invisible” en los participantes reciben y regalan un libro sorpresa.
La escritora, autora de obras como Historia de España contada a las niñas, mantiene una estrecha relación con propietarios de librerías de la zona y esto le permitió ver cómo la situación estaba siendo muy complicada para ellos. “Los estaba viendo hundirse en un pozo, durante el confinamiento el comercio online se ha naturalizado aún más de lo que ya estaba”, cuenta. Así, su marido decidió crear un grupo de WhatApp con algunos de estos comerciantes para buscar soluciones y ella les propuso adaptar a gran escala algo que ya hace ella misma en Navidad junto a sus amigas. “Siempre nos regalamos libros, y siempre comprados en librerías de barrio”, explica. La propuesta gustó tanto entre los participantes que, también con la ayuda altruista de personas Sara Luz (autora de las ilustraciones), lanzaron esta campaña por 16 librerías valencianas.
La manera de participar en este gran amigo es muy sencilla. A través de este formulario, los interesados de la ciudad de Valencia podrán inscribirse hasta el 15 de junio. En la ficha, tendrán que decir su apodo, su correo electrónico (que no será desvelado a la otra persona por cuestiones de privacidad), su edad y el tipo de género literario que les gustaría que les regalasen, además de la librería donde quieren comprar y recoger el libro. Entre el 16 y 18 de junio, los participantes recibirán un correo en el que se detallan estos datos sobre la persona que les ha tocado. Con esto, ya podrán acudir a sus librerías a comprar un regalo para su amigo invisible antes del 15 de julio. A partir de esta fecha, cada participante podrá recoger en su tienda correspondiente el libro que le hayan comprado de forma anónima.
Aunque todavía queda tiempo para que la gente pueda seguir inscribiéndose, la iniciativa ya suma más de 1.300 participantes. Las librerías, por su parte, también han recibido este juego con los brazos abiertos. Es, por ejemplo, el caso de la tienda Gaia. Su dueña, Lola Samper, sostiene que la suya es “una librería de barrio” y que Sentim les llibreries es una oportunidad “maravillosa”. De hecho, la idea le ha gustado tanto que ella misma se ha apuntado como lectora, pidiendo su libro en el comercio de otra amiga. “He puesto que me gustan los libros de humor y de viajes así que a ver con qué me sorprenden”, cuenta Samper.
Las peticiones de los participantes revelan algo que para Bastarós es “curioso” y “muestra de estos tiempos”. Como explica la escritora, “en muchos formularios aparece la palabra feminismo”, aunque también hay un gran número de peticiones sobre libros de suspense o novela histórica. “Hay gente que incluso está pidiendo que las personas que les haya tocado les regale su libro favorito, porque intentan establecer algún tipo de conexión con ellos”, cuenta. En este caso, están instando a que las dedicatorias se hagan en un post-it para que, si se da el caso de que ya se tiene el libro, pueda ser más facilmente descambiado. Sin embargo, a no ser que ambas personas estén de acuerdo y así lo soliciten, no se va a proporcionar información sobre a quién ha tocado regalar. “La idea no es socializar, es establecer conexión con el librero”, explica la autora.
Las personas que se están apuntando a la iniciativa, según sostiene Bastarós, “es de un rango muy amplio de edades, aunque pienso que es posible que estén participando más mujeres que hombres”. Estela Sanchís, de la librería Bangarang, cuenta: “Nos ha pasado algo muy bonito, y es que ha habido gente que nos ha contactado para que participen sus hijos”. Además, la dueña de este comercio afirma que “es una forma de ayudarnos entre todos y el beneficio sea mutuo”. La escritora, por su parte, espera que Sentim les llibreries permita a la gente “darse cuenta de lo fácil que es el comercio de cercanía, y que tu librero de confianza al entrar por la puerta ya te recomiende libros que te van a gustar”.