Dolores Fenoy, una histórica activista por el aborto en Argentina, se desconecta un momento de una llamada a través de Zoom con diputados del Congreso y representantes de colectivos feministas de la Comisión de Mujeres y Diversidad. La reunión debía celebrarse en persona pero la pandemia también se atravesó en los planes del movimiento a favor del aborto que cumple 15 años de lucha en el país.
El 1 de marzo, el presidente, Alberto Fernández, anunciaba un proyecto de ley sobre la despenalización del aborto en la primera fase del embarazo. Actualmente en Argentina, abortar está penado con hasta cuatro años de cárcel, excepto en los casos de violación o de riesgo para la gestante. Sin embargo, la propuesta del presidente nunca llegó a formalizarse por la crisis sanitaria.
“Como mujeres en la historia y como organización estamos acostumbradas a los contratiempos. Sabemos que hemos logrado mucho”, dice Fenoy, quien recuerda el duro golpe del Senado en 2018 cuando negó por muy poco la aprobación de la ley del aborto. “No nos sentimos derrotadas, esa vez conseguimos que la sociedad hablara del aborto, lo sacamos de la clandestinidad. Ahora con la pandemia, hemos trasladado nuestra lucha de las calles a las redes sociales”, cuenta la activista.
Fenoy es integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal en Argentina, uno de los movimientos sociales más nutridos del país con más de 500 organizaciones, impulsoras de la marea verde presente en muchos países del mundo.
Así como la agenda política cambió por la crisis sanitaria, también se modificó la estrategia del movimiento para mantener activa la lucha por el aborto de manera virtual y a través de redes sociales. El 28 de mayo, en el aniversario por los 15 años de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, se organizó una jornada virtual con muchas acciones en línea que tiñeron de verde las redes sociales en Argentina. “Desde la mañana en Twitter el hashtag #AbortoLegal2020 fue tendencia de conversación durante 12 horas, esto indica que el pedido de la legalización del aborto sigue vigente con amplios apoyos en la ciudadanía que se expresa de manera digital hasta que podamos volver a ocupar las calles”, dice Claudia Laudano, profesora e investigadora especializada en tecnologías digitales y feminismo de la Universidad Nacional de La Plata.
“Las redes sociales para nosotras son fundamentales”, dice la activista Celeste McDougall, quien considera que las discusiones en Twitter y Facebook fueron definitivas en 2018, opinión que comparte Laudano. “Junto a la movilización en la calle, la apropiación paulatina del movimiento feminista de las redes para difundir acciones y generar opinión publica a favor del aborto fue una de las estrategias clave”, comenta Claudia Laudano. “Las redes son un territorio de disputa política y un espacio donde dar las batallas culturales para transformar a la sociedad”, dice Jenny Durán, de la comisión de comunicación de la Campaña Nacional por el Aborto Legal.
Durán cuenta que no solo se volcaron en el activismo en redes, el acompañamiento virtual y por teléfono, también crearon una campaña en el espacio público de todas las provincias del país con información valiosa para las mujeres que deseen abortar. “En la pandemia la interrupción legal del embarazo no puede ser negada ni demorada. Tampoco la entrega de métodos anticonceptivos”, explican los carteles pegados en las calles.
Durante la cuarentena, se registraron 70 llamadas al día para acceder a abortos legales en Argentina, según datos del Ministerio de Salud, “la demanda telefónica para ser acompañada en el acceso a un aborto legal creció 536%”, cuenta la periodista Luciana Peker en un artículo publicado en Infobae y subraya que hay que “mantener el tema en la agenda y garantizar los abortos legales” pese a la cuarentena impuesta en el país.
“Lo que la democracia nos debe a las mujeres es el derecho al aborto legal, voluntario y gratuito, como una conquista de salud publica y justicia social. No me cabe duda de que este 2020 el aborto en Argentina será ley. Nosotras nunca bajamos los brazos”, dice Dolores Fenoy antes de volver a conectarse a Zoom.